Otra vez sobreprecios en Santa Rosa, ahora con guantes de trabajo

“Algo huele mal en Dinamarca”, advirtió Hamlet cuando se enteró de la suspicaz muerte del rey que era, a la sazón, su propio padre. Finalmente, se comprobó lo peor: había sido asesinado.

Como en el célebre drama de Shakespeare, en Santa Rosa algo parece apestar. Solo que, en este caso, no se trata de ficción alguna, sino de la más dura realidad.

En el lejano terruño que gobierna Norma Trigo —junto a su alter ego Marcos Nuarte—, cada tanto estalla un nuevo escándalo, desde oscuros manejos presupuestarios y administrativos, hasta la muerte de una pequeña de dos años por la falta del cuidado más esencial de una plaza. Las situaciones se suceden una tras otra, sin solución de continuidad.

Ahora, por si hiciera falta algo nuevo a todo aquello, hartamente conocido, acaba de desatarse una nueva polémica, por aparentes sobreprecios —otra vez— en la compra de guantes “medio paseo” y “moteados”. Son los que se utilizan para trabajar bajo estrictas normas de seguridad.

De acuerdo a la factura a la que tuvo acceso el Post, cada par del primer modelo se pagó $170, cuando el precio de mercado es de mucho menos de la mitad.

Por caso, con una simple búsqueda en Mercado Libre puede encontrarse el mismo producto a $71.

Lo mismo ocurre con los guantes “moteados”, que fueron pagados a $58 el par y en la misma plataforma aparecen a $35.

En la misma factura aparece la compra de rollos de tanza Nº 3, que también aparecen con precios más elevados que los de mercado.

No obstante, para hacer una comparación directa, este diario pidió un presupuesto similar a una conocida casa de artículos de goma de la Ciudad de Mendoza. Se dijo que era para la municipalidad de Santa Rosa.

Ver además: Investigan una escandalosa licitación en Santa Rosa

Como puede verse en el siguiente documento, los precios ofertados son ostensiblemente menores. Con una salvedad: si se paga al contado se conseguirá incluso un 10% de descuento.

En el caso de los rollos de tanza la diferencia es superlativa: mientras el municipio pagó $650 por cada uno, el precio de mercado asciende a poco más de $102.

¿Cómo puede haber tanta diferencia entre lo que pagó la comuna y los valores de mercado? ¿Quién es responsable de semejante desprolijidad? Por ahora las respuestas escasean, como casi todo en Santa Rosa.

Entretanto, mientras estas líneas terminan de escribirse, en los corrillos de la comuna santarrosina empieza a hablarse de un nuevo escándalo, esta vez por supuestos sobreprecios en el asfaltado de Las Catitas. Pero esa es otra historia, que amerita una nueva investigación.