"Soy fanática": Laura Catena publicó un libro ilustrado
Laura Catena, la directora de la bodega Catena Zapata y fundadora del Catena Wine Institute, acaba de publicar el libro “Oro en los viñedos” y divide su tiempo entre California y Mendoza, y entre la medicina y la enología.
En una entrevista que otorgó a Revista Noticias, Laura habla sobre “Oro en los viñedos”, que acaba de publicar por Catapulta y reúne la historia de los mejores terroir del mundo para producir vinos, desde los de Romanée-Conti en Borgoña hasta los de Harlan Estate en Napa Valley o los de Solaia en la Toscana. Y también los que produce Catena Zapata en el viñedo Adrianna, un pedazo de tierra en Gualtallary, en nuestra provincia, que muchos consideraban un paraje, pero gracias al empecinamiento del padre de Laura, Nicolás, terminó dando vinos de altísima gama, como el Mundus Bacillus Terrae, cuya cosecha 2011 recibió 100 puntos de la revista especializada Falstaff.
Noticias: ¿Por qué un libro sobre el vino ilustrado?
Laura Catena: Soy fanática desde chica de los libros ilustrados. Me acuerdo de “El príncipe valiente”, que leí a los 13 años. Miraba obsesivamente los dibujos. Hoy casi todo lo que pienso, desde un nuevo concepto en la bodega hasta cómo lanzar un vino, lo bajo en un dibujo y lo mando por WhatsApp.
Noticias: ¿Es buena dibujante?
Catena: No, no soy buena. Pero soy buena explicando ideas gráficamente. Lo que quería era que alguien escribiera un libro sobre los doce viñedos más famosos del mundo. Como no conseguí ningún periodista que lo quisiera hacer, terminé haciéndolo yo. Mandé todas las escenas dibujadas y un ilustrador las replicó.
Noticias: Es médica y bióloga. ¿Cuándo se dejó tentar por la empresa familiar?
Catena: A los 18 años ya viajaba con mi papá a Francia a probar vinos y hacerle de traductora. Una vez me pidió que representara a la bodega en una feria de vino en Nueva York. Veía las filas que se hacían para probar vinos franceses e italianos, y yo estaba solita en mi stand de vinos argentinos, que nadie conocía. Después de eso le dije a mi papá que quería trabajar con él. Durante veinte años estudié cómo hicieron las mejores bodegas para llegar a ser lo que son. Creo que al final es una cuestión de suerte.
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