Según varios autores, el «Comandante» pudo haber sido rescatado por su gran amigo, pero este se negó a ello. Además, no le prestó ayuda en su aventura en Bolivia.
El misterioso asesinato del Che Guevara: ¿Una traición de Fidel Castro?
A 50 años de la muerte de Ernesto “Che”Guevara, se torna imperdible la investigación Manuel Villatoro al respecto. Una crónica reveladora.
Fue el 9 de octubre de 1967, en una vieja escuela de escasas aulas en La Higuera (un pequeño pueblo de Bolivia). Aproximadamente a la 1 (a partir de las 12:45, según la mayoría de expertos), el sargento Mario Terán alzó su carabina M1 y disparó repetidas veces a Ernesto Guevara -más conocido como el Che-, el hombre que llevaba meses combatiendo junto a un grupo guerrillero en el país y al que se había dado orden de matar tras su captura en batalla. Oficialmente, la mano ejecutora del asesinato del «Comandante» (su grado militar y la forma en que le recuerdan a día de hoy las canciones) fue este suboficial. Sin embargo, tras ella había otras tantas.
Con un disparo (varios realmente, pues obligaron a Terán a descerrajarle una ráfaga para que no hubiera dudas sobre su fallecimiento) el ejército boliviano puso fin a la vida del Che. El mismo hombre que había combatido contra Batista en la expedición del yate «Granma», y que, posteriormente, se haría famoso -entre otras cosas- por viajar al Congo y a Bolivia para luchar contra sus respectivos gobiernos.
Apenas unas jornadas después del suceso (el día 12 de octubre de 1967) el también comandante Fidel Castro informó al pueblo de que su gran amigo, Ernesto Guevara, había dejado este mundo. Lo hizo, cuando la opinión pública dudaba seriamente de su fallecimiento y como una forma de corroborar lo que había sucedido.
«Se pueden hacer muchas imitaciones. Pero es imposible hacer una imitación de lo que constituyen los rasgos más sutiles de la personalidad, de los gestos... de la fisionomía de una persona. […] Ni al más cretino de todos los gobiernos -y el gobierno de Bolivia se caracteriza por el cretinismo y por el imbecilismo- se le habría ocurrido algo tan imposible de inventar como una noticia semejante. Carecería por completo de sentido. […] Las dudas que nosotros tenemos ya no se refieren al hecho de la muerte en sí, sino que se refieren a la forma en que ocurrió la muerte. A las circunstancias que podrían haber llevado a ese desenlace.», dijo Castro en un discurso de más de una hora (algo habitual en sus alocuciones).
Todo parecía pesar y dolor en la cara de Fidel. Sin embargo, son muchos los partidarios de que Castro colaboró en la muerte del Che. Tanto de forma pasiva (denegándole la ayuda a él y a sus guerrilleros cuando estos combatían en Bolivia contra un gobierno que consideraban tiránico) como activa. Y es que, en palabras de algunos investigadores como Eric Frattini o personajes implicados en el suceso como Félix Ismael Rodríguez (el agente de la CIA gracias al cual se logró capturar al Che) el futuro líder de Cuba tuvo la oportunidad de liberarle, pero se negó a ello. ¿Una gran traición? ¿Una gran mentira? Con la muerte del tirano el pasado 25 de noviembre, el misterio se vuelve a tornar difícil de resolver.
Las primeras traiciones de Fidel
El calvario del Che, el mismo hombre que había arrebatado junto a los Castro el poder al gobierno cubano con una revolución iniciada en 1956, comenzó allá por 1965. Así lo afirma el veterano periodista cubano Alberto Müller en su obra «Che Guevara. Valgo más vivo que muerto». En este libro, el experto explica que las risas y la felicidad entre Fidel y Guevara se terminaron cuando este último atacó, durante un discurso en la conferencia Afroasiática celebrada en Argel, a la URSS de forma indirecta.
Concretamente, el «Comandante» cargó (sin citarle eso sí) contra este país arguyendo que sus gobernantes eran «cómplices» de los imperialistas debido a sus medidas económicas. Todo un golpe en la nariz para Fidel, cuyas buenas relaciones con los ofendidos eran más que conocidas.
Estas fueron las palabras que tanto molestó a Fidel Castro escuchar en los oídos del Che: «¿Cómo puede significar beneficio mutuo vender a precios de mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimiento sin límite a los países atrasados y comprar a precios de mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente? Si estas son las relaciones, los países socialistas son en cierta manera cómplices de la explotación imperial. Se puede argüir que el monto del intercambio con los países subdesarrollados, constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos países. Es una gran verdad, pero no elimina el carácter inmoral del cambio. Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores de Occidente».
Tal y como afirmó el biógrafo del Che, Pierre Kalfon, en una entrevista concedida al documentalista Pacho O´Donnell, aquel discurso hizo que a Castro se le pusiesen los pelos de su descuidada barba de punta. Y es que, el líder buscaba cerrar acuerdos militares con el gobierno soviético. A partir de entonces, Fidel habría hecho todo lo posible para que Guevara se marchara del país. «El Che fue casi arrinconado para irse de Cuba. Se mandó un discurso antisoviético en febrero de 1965. Puso en tela de juicio la manera en que los países socialistas se negaban a ayudar a los pueblos que estaban en su lucha por la independencia», explicaba el autor a O'Donnell.