Mamá desesperada por el acoso que sufre su hija, sin respuestas

La nena es constantemente acosada por sus compañeros. Le dicen Peppa y la cargan a la hora de la comida. Dejó de comer y quiso suicidarse.

Mamá desesperada por el acoso que sufre su hija, sin respuestas

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Harta de ver sufrir a su hija por el acoso constante de sus compañeros, de esperar alguna respuesta por parte de las autoridades del colegio, y con la certeza de que no le van a solucionar nada, Mónica decidió no mandarla más a la escuela.

“He pedido que me den un pase para otra escuela, pero a esa no la mando más”, dijo con firmeza.

La nena tiene 13 años y “es grandota”. Por eso, desde que empezó a concurrir a la escuela Santiago del Estero, de Godoy Cruz, los compañeros la bautizaron Peppa (como la cerdita de los dibujitos animados). Desde entonces ha dejado de comer, escribe en su diario que nadie la quiere por gorda, que la cargan por gorda, que le gritan gorda.

Mientras, cada vez que Mónica iba a hablar con la maestra o con la directora, la respuesta era que ya iban a hablar con los niños. “Después me decían que mi hija también le decía cosas a los otros chicos, siempre la excusa era que mi hija esto, mi hija lo otro. Pero la que sufría era mi hija”.

Hace un mes y medio, la niña sacó todas las pastillas que encontró en la casa y se las tomó todas juntas en la escuela. Píldoras para el dolor de cabeza, para la diarrea, antiinflamatorios... se tomó todo lo que encontró y estuvo internada cuatro días.

Y en la escuela le siguieron diciendo que “no pueden hacer nada”.

A partir de ese episodio la nena tiene asistencia psicológica de OAL, pero debe seguir yendo a la escuela donde, ahora, la han apodado “empastillada”.

Además sigue sin comer, porque comen en la escuela antes de clases y cada almuerzo es una tortura de cargadas.

Frente a los reclamos de Mónica, en la escuela le dijeron que lo único que podían hacer era mandar a la nena al psicólogo. Y cuando explicó que la nena ya iba al profesional de OAL, le hicieron firmar un acta donde decía que ella se negaba a la asistencia psicológica de la nena.

Hace unos días la nena se defendió frente a unas compañeras y entonces comenzaron a amenazarla con agarrarla afuera de la escuela. Mónica fue, otra vez, a alertar a las maestras. “Del portón para afuera no podemos hacer nada”, fue toda la respuesta que obtuvo.

"Fuera de la escuela no es problema nuestro", le dijeron

Basta es basta

La semana pasada, cuando Mónica estaba llegando, una mamá le dijo que le estaban pegando a su hija en un playón a unos metros de la escuela. Corrió y encontró a su hija tirada en el piso, la habían agarrado de atrás y la empujaron golpeándole la cabeza contra el suelo.

“Había varias madres mirando. Una filmaba con el celular. Me dijo que ella filmaba para mostrar que su hija no había participado, por las dudas de que la acusaran”, contó.

Y la respuesta de las autoridades de la escuela fue la misma: “no podemos hacer nada”.

Miguel Conocente es el director de la DOAITE, que es la parte de la DGE que interviene cuando hay conflictos en los colegios, y fue categórico: “ no sólo que sí se puede hacer sino que hay obligación de hacer”.

Conocente aclaró que la dirección a su cargo tiene varios equipos que están capacitados para abordar las situaciones de bulliyng, pero que “lamentablemente es común que digan que no pueden hacer nada en la escuela”.

Al respecto señalo que la cantidad de profesionales casi se triplicó y que tienen denuncias de todo tipo, pero también casos que no se denuncian.

Y explicó que, para que se de una situación de acoso, hacen falta cuatro componentes: “una victima, uno o más victimarios, algún adulto que sepa y deja pasar (o puede no saber) pero que representa el orden, y el resto de los compañeros que hacen de testigos”. Si falta alguno de esos componentes el acoso no funciona”.

Por eso, la intervención se hace sobre los cuatro componentes.

Conocente está a cargo de la DOAITE

Conocente hizo hincapie en que los padres que tengan una situación como la de Mónica pueden recurrir directamente a DOAITE o bien exigir que la escuela pida la intervención. En este caso, aseguró que intervendrán ahora que tomó conocimiento por el Post. 

También recordó que Mónica está obligada a enviar a su nena a la escuela.

Ella lo sabe, pero no piensa hacer caso: “yo prefiero ir presa antes de ver que mi hija sigue sufriendo y llorando como la he visto. Ya pedí el cambio de escuela, espero que me lo den, pero si no, mi hija ahí no vuelve más”.