5 mitos sobre el sueño que no deberías creer
El sueño es un estado fisiológico de autorregulación y reposo uniforme de un organismo. En contraposición con el estado de vigilia -cuando el ser está despierto-, el sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración) y por una respuesta menor ante estímulos externos.
Se dice que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, pero poco se sabe de lo que realmente pasa cuando estamos en ese estado ni que son los sueños.
La cultura popular tiene varios mitos relacionados al mundo del sueño que no son correctos. A continuación, algunos de ellos:
1- "El alcohol facilita el descanso"
Esta idea está muy arraigada, pero no tiene base científica. Sí es cierto que cuando hemos ingerido alcohol experimentamos somnolencia, sin embargo, una vez hemos conciliado el sueño, su calidad empeora.
La profundidad y el efecto reparador que se produce en el descanso normal se ven alterados porque la bebida reduce la fase REM. En este periodo se registra una relajación muscular total y se presentan los sueños, indispensables para reorganizar nuestro cerebro.
2- "Mientras duermo puedo aprender cosas"
Con el sueño perdemos nuestra autoconciencia, pero eso no significa que el encéfalo permanezca inactivo. En realidad, está trabajando en tareas fundamentales para procurarnos bienestar. Por ejemplo, en el descanso se fijan los conocimientos que hemos adquirido durante la vigilia. Por eso se afirma que lo más adecuado antes de presentarse a un examen, además de estudiar, es dormir el número de horas adecuado.
Sin embargo, eso no significa que la mente pueda asimilar nuevos conocimientos mientras se está durmiendo, por ejemplo una lección de inglés reproducida con MP3.
3- "Dormir es de vago"
Dedicar tiempo a descansar lo suficiente es la mejor forma de ser productivo. No hacerlo influye negativamente en la manera de razonar y sentir, y también se incrementa la probabilidad de sufrir problemas metabólicos y endocrinos.
Rachael Taylor, investigadora de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, ha descubierto que los niños de edades comprendidas entre tres y cinco años que duermen menos de once horas por noche son más propensos a tener sobrepeso uobesidad cuando cumplen los siete.
4- "El finde recupero horas de sueño"
Remolonear entre las sábanas el sábado y el domingo para compensar la dinámica de trasnochar y madrugar los días laborales puede tener sus ventajas, como reducir el riesgo de diabetes, tal y como sugiere una investigación realizada en la Universidad de Chicago. Sin embargo, no es una buena forma de equilibrar todo el sueño que hemos perdido, lo que puede acarrear numerosos problemas de salud.
Hacer maratones colchoneros el fin de semana tampoco es conveniente para el cerebro, según Josna Adusumilli, de la Universidad de Harvard.
5- "A quien madruga, Dios lo ayuda"
El ciclo circadiano es el nombre del reloj biológico interno que controla nuestros ritmos de sueño y vigilia, y está sincronizado con las fases de luz y oscuridad de la Tierra. Salvo por motivos laborales, la mayor parte de la gente funciona con ese ciclo: trabaja de día y duerme de noche.
Pero eso no quiere decir que el ritmo biológico de todas las personas sea el mismo: las hay que funcionan mejor por la mañana y otras que lo hacen a última hora del día.