Las exportaciones al vecino país sufren las consecuencias de la decisión del gobierno brasileño de depreciar su moneda. Qué dicen los especialistas.
La devaluación del real pone en jaque a la economía mendocina
"Brasil estornuda y Mendoza se resfría". El conocido refrán, aggionardo esta vez a la realidad provincial por un economista local, sirve para ejemplificar la histórica dependencia que el gigante sudamericano ejerce sobre la economía mendocina.
Y Brasil estornudó. Tras varios años de crecimiento con las cuentas públicas en rojo, el gobierno de Dilma Rousseff anunció diversos ajustes para equilibrar los números. Y uno de esos ajustes llegó a través de la devaluación del real, que provoca inconvenientes a los exportadores mendocinos.
Desde hace varias jornadas el real pierde terreno frente al dólar. Son dos las causas: por un lado, la moneda estadounidense se fortaleció en todo el mundo desde que la Reserva Federal le puso fin a su programa de estímulos. Y por el otro, la divisa brasileña se deprecia a raíz de la menor participación del Banco Central de Brasil en el mercado de cambios.
La intención del gobierno brasileño es beneficiar a los exportadores con un real que sigue cediendo hasta llegar en 2,71 por dólar. Incluso especialistas esperan que continúe esa tendencia durante todo el año y que el cambio se ubique en $2,90 reales por dólar, frente una inflación proyectada del 6,5% anual.
Problemas para Mendoza
Según datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), Mendoza exporta anualmente unos 350 millones de dólares FOB a Brasil que, por cercanía y tamaño, es el socio preferido de la mayoría de los exportadores locales. Frutas frescas, producción olivícola y ajo son algunos de los sectores "Brasil-dependientes". Y que ahora están en problemas.
"Disminuyó el poder de compra de los importadores", explicó Mariano Ruggeri, presidente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza. La devaluación del real, junto con el incremento de costos y el tipo de cambio fijo en Argentina, sumergieron en una profunda crisis a los productores de ajo.
El 70% de las exportaciones de ajo mendocino tienen como destino Brasil
Diferente es la situación para los exportadores de vino. "Es una situación manejable, no es traumática", el encargado comercial de una reconocida bodega. Si bien reconoció que los importadores brasileños están "más complicados" y solicitan la "disminución de precios porque no le dan los costos", agregó que "si la bodega puede dar algunas concesiones para no subir el precio del vino en góndola, no habrá grandes problemas".
En este sentido, reconoció que "se debe hacer un trabajo conjunto en la cadena de distribución para que no se afecte el valor del producto en la góndola".
Competitividad
La devaluación del real provoca una sensible mejora en la competitividad para los industriales brasileños. Incluso los exportadores del vecino país estiman que las ventas al exterior podrían aumentar un 20% en 2015 en comparación con el año pasado, lo que le permitiría a Brasil lograr un superavit comercial.
Pero para Argentina en general, y Mendoza en particular, la renovada competitividad del socio principal del Mercosur es un inconveniente.
"La devaluación de Brasil es otra razón para acelerar una nueva devaluación en el país, para dinamizar nuestras exportaciones", argumentó un empresario consultado por el Post. "Si el dólar se sigue fortaleciendo y Argentina mantiene la decisión de sostenerlo en torno a $8,50, habrá problemas", agregó.
"Todas las monedas se están adecuando a un súperdolar. Argentina tomó la decisión de acompañar esa tendencia pero con límites, para no afectar los precios internos, principalmente en un año electoral", opinó el economista y profesor universitario Roberto Roitman.
"Brasil tuvo el déficit comercial más fuerte en 20 años y la forma más rápida de ganar competitividad es devaluar", agregó.
Otro problema para los exportadores argentinos es el tipo de cambio fijo y la alta inflación, lo que se traduce en una fuerte pérdida de competitividad.
"Perdemos competitividad con los vecinos porque tenemos un problema cambiario más inflación. Cada vez podemos exportar menos", manifestó el economista Sebastián Laza, quien también sostuvo que "hace falta un plan anti-inflacionario gradual, serio y creíble, no sólo controlar el dólar".
Para Laza, "la perspectiva es negativa"
Por su parte Daniel Garro explicó que "con la actual política cambiaria nacional, las empresas están muy complicadas. Mientras las monedas en general se están devaluando, en Argentina el tipo de cambio no se mueve".
El economista de la consultora Valor afirmó que "el gobierno tiene el dólar planchado para sacar pesos del mercado. Es la paz cambiaria de los cementerios". Y con vistas al futuro, pronosticó una nueva devaluación. "Las empresas que no tengan espalda para aguantar hasta que llegue ese momento, van a tener problemas", comentó.
"Los procesos devaluatorios de las monedas van a seguir", indicó Garro.
Mientras que Juan Soldano, un economista argentino radicado en Brasil, sostuvo que "la devaluación aumenta la capacidad de la industria brasileña de sustituir importaciones, fenómeno que está comenzando con un tipo de cambio en el entorno de 2,6 reales por dólar".
Según Soldano, "la economía brasileña esta en recesión y va a tener crecimiento negativo en el entorno de 1% este año"
En este sentido, el experto ligado al comercio entre ambos países explicó que "el real tendría que llegar a 3,3 o 3,5 para equilibrar la balanza comercial y disminuir el déficit".