Marieke Vervoort, la triatleta que posee diversos récords mundiales se ve obligada a dejar el deporte y piensa en la eutanasia
La historia de la triatleta que pensará en la eutanasia después de Río
"Comienzo a pensar en la eutanasia. Pero, a pesar de mi enfermedad, he vivido lo que otros solo pueden soñar".
Este es el testimonio de Marieke Vervoort, una triatleta belga a la que una enfermedad degenerativa le paralizó las piernas. Según informa el sitio Playground, la Paraolimpiada de Río será la última competición en la que participe.
En Bélgica la eutanasia es legal desde 2002.
Vervoort fue campeona del mundo de triatlón en dos ocasiones y participante del Ironman de Hawaii, hasta que en 2008 la enfermedad, que le ha postrado en una silla de ruedas, le obligó a dejar el triatlón.
La belga optó entonces por practicar el blokart en la modalidad de carrovelismo, el esquí sentado, adiestrar a su propia perra de asistencia y las carreras en silla de ruedas. Durante los útlimos años también ha dado charlas motivacionales en fundaciones y asociaciones benéficas.
Arrasó en los Juegos Paralímpicos de Londres, donde ganó la medalla de oro en los 100 metros y la medalla de plata en los 200 y 400 metros. En 2015 se proclamó campeona del Mundial en Doha y rompió récords mundiales en 400, 800, 1500 y 5000 metros.
Vervoort está pensando en la eutanasia ya que en Bélgica es legal desde 2002. La eutanasia puede ser aplicada a los enfermos incurables que lo soliciten, siempre que padezcan sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables.
No es la primera vez que un atleta belga opta por la eutanasia. Hace un par de años, Emiel Pauwels, conocido como "el atleta más longevo del mundo" lo hizo tras serle diagnosticado un cáncer de estómago terminal con 95 años. La muerte de Pauwels se convirtió en un espectáculo televisivo, ya que era un personaje famoso por ganar diversos campeonatos de atletismo para veteranos.
En el caso de Vervoort, la decisión aun no está tomada. "Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio. Comienzo a pensar en eutanasia", ha expresado.
A los 37 años, cada día le resulta más difícil combatir la enfermedad ya que el deterioro físico no le deja seguir entrenando. Muchas noches los dolores no le dejan ni conciliar el sueño. Para Vervoort el deporte es la única razón para vivir.