La tradición era este domingo. ¿Y si no alcanzaste?
¿Qué pasa si no armaste el pino de Navidad este domingo?
Sin dudas que ya se sienten las expectativas por las fiestas de fin de año, y este domingo 8 de diciembre tuvo lugar el primer gran evento familiar que se comparte en muchas casas argentinas: el armado del árbol de Navidad.
Millones de personas en todo el mundo arman el arbolito de Navidad como primer paso de los preparativos para la Noche Buena. La fecha no es cualquiera, ya que tiene un significado y una tradición detrás.
Cuándo hay que armar el arbolito de Navidad
La tradición reza que todos los 8 de diciembre se deber armar el árbol, el pesebre y decorar todo con lo que uno desee. Muchos también adornan sus casas. Como siempre coincide con el feriado por el Día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
El 7 de enero, tras la celebración de los Reyes Magos, es el día en el que se desarma.
Qué pasa si no armé el arbolito de Navidad el 8 de diciembre
La creencia de que trae mala suerte no armar el árbol de Navidad el 8 de diciembre es más una superstición arraigada en tradiciones culturales que un hecho comprobado.
¿Por qué se originó esta creencia?
Día de la Inmaculada Concepción: El 8 de diciembre se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María, un día muy importante en el calendario católico. Asociar el armado del árbol a esta fecha le otorga un significado religioso y espiritual.
Símbolo de renovación: El árbol de Navidad representa el crecimiento, la renovación y la esperanza. Armarlo en esta fecha simboliza un nuevo comienzo y la llegada de tiempos mejores.
Tradiciones familiares: Muchas familias han transmitido de generación en generación la costumbre de armar el árbol el 8 de diciembre, convirtiéndola en una tradición arraigada.
Por supuesto, no hay estudios que demuestren que armar o no armar el árbol en una fecha específica tenga un impacto en la suerte o en cualquier otro aspecto de la vida. Esta creencia se basa más en supersticiones y tradiciones culturales que en hechos concretos.
En definitiva, cada familia es libre de elegir cuándo y cómo celebrar la Navidad.