A mil días del comienzo de la invasión rusa a Ucrania, Putin cambia las condiciones sobre las armas nucleares para "alinear los principios rusos con la situación actual".
Putin advierte y decreta una posible respuesta nuclear a un ataque convencional
En un movimiento que intensifica la tensión global, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este martes un decreto que permite el uso de armas nucleares contra un Estado no nuclear si este recibe respaldo de potencias atómicas. El decreto fue presentado como una actualización necesaria para "alinear los principios rusos con la situación actual", según Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.
El anuncio coincide con el día 1000 del conflicto en Ucrania y llega en un momento crítico, tras la decisión de Estados Unidos de autorizar el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania para atacar objetivos en territorio ruso. Moscú calificó esta medida como "imprudente" y advirtió que habrá una respuesta proporcional.
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El decreto, publicado en el portal legal del Estado ruso, amplía las condiciones en las que Rusia podría recurrir a su arsenal nuclear. Entre las nuevas disposiciones, se establece que cualquier agresión de un Estado miembro de una alianza militar hostil, como la OTAN, será considerada como un ataque de la coalición en su totalidad.
Además, la doctrina incluye por primera vez el uso de drones y aparatos hipersónicos como motivos de una respuesta nuclear, destacando el papel de estas tecnologías en los conflictos modernos. Aunque Rusia sigue definiendo las armas nucleares como un "instrumento de disuasión de carácter defensivo", el documento enfatiza que su uso sería una "medida extrema y forzosa".
El endurecimiento de la postura nuclear de Rusia es visto como un mensaje directo a Estados Unidos y sus aliados en la OTAN. Según analistas, el Kremlin busca disuadir cualquier implicación directa de estas potencias en el conflicto de Ucrania, especialmente tras las recientes acusaciones cruzadas sobre el uso de armas prohibidas.
El nuevo decreto coincide con un informe reciente de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), que confirmó la presencia de gases prohibidos en muestras recolectadas en las líneas del frente en Ucrania. Kiev acusó a Rusia de usar estos agentes tóxicos en violación del derecho internacional, mientras Moscú negó las acusaciones.
Fernando Arias, director general de la OPCW, expresó su "grave preocupación" por estos hallazgos, aunque el informe no atribuye responsabilidades específicas. Sin embargo, Ucrania y sus aliados aseguran que estas acciones reflejan el desprecio de Rusia por las leyes internacionales.
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