Piden un "RIGI para PyMES" que incentive inversiones en la industria del vino

A raíz de la iniciativa del Gobierno nacional de promover grandes inversiones en sectores económicos "clave", desde el sector vitivinícola proponen alternativa para atraer inversiones que potencien la industria.

Piden un "RIGI para PyMES" que incentive inversiones en la industria del vino

 El presidente Javier Milei viene desarrollando una política económica, financiera y monetaria tendientes a bajar el gasto público, lograr un equilibrio fiscal y atraer grandes inversiones. En este último punto, con la reglamentación y puesta en marcha oficial del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), llegó a Mendoza la primera inversión bajo este régimen, con la construcción de un parque solar en Las Heras

En este marco, el Gobierno nacional reglamentó el pasado 22 de octubre el RIGI, que otorga beneficios a quienes inviertan en el país, sobre todo en sectores clave como petróleo, gas, energía y minería, con la finalidad de convertir a Argentina en un destino codiciado para inversiones, que "traigan dólares al país", como mencionó el presidente Milei, en el Coloquio de IDEA, hace algunas semanas. 

En Mendoza, la industria petrolera  busca potenciar aún más la zona del yacimiento de Vaca Muerta que pertenece a nuestra provincia, en la zona de Malargüe, mientras que la minería está atrasada en términos comparativos con provincias mineras, como por ejemplo, San Juan, por lo que también se busca poder potenciar el desarrollo de una industria joven en Mendoza. 

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Sin embargo, una de las principales actividades económicas de la Provincia, como lo es la vitivinicultura, no está contemplada dentro de este Régimen de Incentivos, lo que podría perjudicar la posible llegada de inversiones en esta industria. El Post se comunicó con Sergio Villanueva, Gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), quien aseguró que el sector vitivinícola "necesita de inversiones para potenciar la actividad". 

"La industria vitivinícola sí necesita inversiones y sí necesita tener beneficios para inversiones, pero no para grandes inversiones. Siempre en todos los casos lo que necesita es mejorar su condición actual. Un sector que necesita inversiones, sin dudas, es el sector primario", afirmó Villanueva, y agregó que las grandes inversiones contempladas en el RIGI (más de U$S 200 millones) no son compatibles con la industria vitivinícola, ya que "va a contra mano del espíritu de la actividad aquí y en todo el mundo". 

"En el mundo del vino hay muchas empresas por las características del producto, que es la diferenciación, con lo cual sí se necesitaría apoyar inversiones en el sector nuestro, pero en realidad serían de pequeñas empresas, porque aún las empresas más grandes nuestras son pymes en relación al mundo en general, sobre todo el de la alimentación", analizó Villanueva. 

Es por esto que el referente de la Unión Vitivinícola Argentina explicó que, en realidad, desde el sector no se tenía expectativas respecto al RIGI, "porque no son actividades de capital intensivo, de gran  magnitud", comentó, aunque sí manifestó que "Sería bueno pensar en un RIGI para pymes nacionales, y ahí sí podría potenciarse y multiplicarse la actividad".

Sergio Villanueva.

De esta forma, Villanueva manifestó que la industria vitivinícola, en Mendoza, pero también en otras regiones de nuestro país, necesita de inversiones, pero no del estilo de las que propone el RIGI, ya que está pensado para industrias que necesitan de ese tipo de inversiones capitales para funcionar, como las actividades agroindustriales extensivas de la pampa húmeda, que involucran grandes extensiones de tierras, o actividades industriales muy concentradas, o la minería. 

En el caso de la industria del vino, Villanueva señaló que "nuestra actividad es  mucho más pequeña, funciona de otra manera.  Mueve un montón y da un montón de mano de obra, un porcentaje muy alto de mano de obra, genera servicio, genera transporte, y todo es a partir de unidades que son bastante más pequeñas, porque hay muchas bodegas, hay más de mil bodegas en todo el país, son más de diez mil, quince mil los productores, o sea que la lógica es otra, totalmente distinta, que no hace este tipo de grandes inversiones. La vitivinicultura no ganaría aunque venga una súper empresa a comprar miles de hectáreas o a producir muchos millones de litros de vino", analizó.

"Nosotros siempre estamos dispuestos a mejorar competitividad, y la mejora de la competitividad, ya sea con la baja de impuestos, o con condiciones de financiamiento para inversiones, acorde a la rentabilidad del sector. Esos son los puntos, digamos, que nosotros siempre hemos planteado, porque no estamos en ese mundo de la escala de la gran inversión o que venga una gran inversión externa para hacernos funcionar. Lo que necesitamos es reforzar el capital de las empresas existentes, dándoles posibilidad de competir a nivel global, pero con inversiones sobre todo en tecnología, en inteligencia artificial, en riego, en el sector primario en tela antigranizo, etc.", analizó.

"Sería atractivo para inversores"

El gerente de la Unión Vitivinícola Argentina comentó que invertir en la industria vitivinícola "sería atractivo un máximo de inversiones para el sector, pero adaptado a los actores actuales. Puede haber gente que venga a invertir y de hecho en la práctica hay empresas chilenas, francesas, que invierten en niveles razonables".

El referente vitivinícola analizó que las inversiones tendrían un atractivo, debido a que se necesitan cambios profundos, sobre todo en el sector primario, además de que es necesario invertir en innovación. Por lo que todo lo que sea inversión para el cambio, para la innovación "siempre es bienvenido", expresó. "No es una industria donde aparezcan de pronto inversiones millonarias, pero sí inversiones que vengan a sumar, porque hay mucho para crecer en el mercado externo, sobre todo, por lo que hay que desarrollarlo y aprovechar las oportunidades", enfatizó.

Además, Villanueva señaló que en el mercado interno, y en las tendencias de consumo en el mundo, se están produciendo cambios interesantes, con oportunidades asociadas. "Hay un viraje hacia el consumo de vinos blancos, de vinos con menos alcohol, de rosados, cuando nuestra industria siempre ha sido, tanto en el mercado interno como externo, tinto centrista, o sea, mucha énfasis en el tinto. Y el mercado está virando lentamente a ese producto que se puedan tomar más fríos o que tengan innovación, con colores, etc. Eso implica también una inversión en muchas áreas de la industria, sin descuidar el consumidor tradicional, el core central, digamos, el vino tal como lo conocemos", concluyó.

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