Cuántos dólares quedan tras el anuncio de Cornejo sobre los fondos que iban a ir a Portezuelo.
Badui: repago y peajes para retroalimentar el fondo de los mil millones
Esta semana el gobernador Alfredo Cornejo anunció finalmente las obras de infraestructura pública que se harán con el Fondo de Resarcimiento de los 1.000 millones de dólares, con la novedad de que la Provincia buscará el recupero de la inversión a través de sistemas de repago y peajes que se aplicarán a los usuarios.
El mandatario anunció 18 obras de infraestructura para toda la provincia, algunas con un gran impacto en la economía mendocina, como las eléctricas, con las que el Gobierno afirma que le dará un vuelco a la matriz energética.
¿Son las únicas obras que se harán? ¿Habrá más? ¿Quedan fondos disponibles tras este anuncio? ¿Cuánto costarán los repagos y peajes? Todo esto lo hablamos con la subsecretaria de Infraestructura, Marité Badui, en un mano a mano con Mendoza Post.
Se anunciaron las obras que se van a realizar con los 1.000 millones de dólares del Fondo de Resarcimiento. Pero este anuncio es solo el arranque porque todavía quedan 834 millones de dólares disponibles.
¡Claro! Solo hemos anunciado la primera tanda de obras que van a hacer con los fondos del resarcimiento.
Por eso, recién están empezando.
Por supuesto. Se puso en movimiento la rueda. Estaban los fondos disponibles, había una cartera de proyectos, estaban las definiciones sobre qué financiar con esos fondos, que es esta infraestructura económica con los sectores clave como son la el agua, la energía, el saneamiento, lo vial, y lo que se trabajó en los meses anteriores fue en eso, en recopilar todos los proyectos que había, que hacían a estos conceptos, que además tuviesen un esquema de repago y ahora empiezan a utilizarse los fondos con esta tanda de proyectos, es decir, no se agotan sino que son los primeros fondos.
¿Y el resto de los fondos, cómo se van a ir manejando para el resto de las obras?
Hay una cartera de más de 70 proyectos que se siguen formulando. Estos son los primeros proyectos que cumplían con el requisito de que fueran para la infraestructura económica y tuviesen repago y que han estado ahora en un estatus para ser licitables en el cortísimo plazo, llamando a licitación desde el jueves pasado, proceso que continuará hasta el 2025.
Mientras tanto, los proyectos se siguen formulando, se siguen incorporando demandas que están siendo analizadas para ver si cumplen con estos requisitos. Este va a ser un proceso que aspiramos a que no termine en un gobierno, por lo tanto, son los primeros 1.000 millones de dólares que están disponibles y queremos que no sean los últimos, por eso el repago.
Por esta razón los llamados y los anuncios van a ser graduales, en tanto y en cuanto los proyectos estén en estado de ser licitables.
¿Entonces, este repago que se va a recaudar oportunamente va a volver al fideicomiso donde están los 1.000 millones de dólares?
Exactamente, van a estar afectados al fideicomiso para que se recapitalicen, teniendo en cuenta que siempre que nunca se va a recuperar la totalidad.
El gobernador Alfredo Cornejo ya lo dijo, van a ser repagos que sean pagables, en ningún caso van a ser prohibitivos, y nunca la inversión económica se recupera al cien por ciento, pero la idea es que sí, que todos tengan repago de manera que se vayan devolviendo a ese fondo para que esté disponible.
Ver: Se vienen dos nuevos peajes en Mendoza: dónde estarán ubicados y cuánto costarán
Y como meta, como objetivo, que estos no sean los únicos 1.000 millones de dólares disponibles, sino que sean los primeros 1.000 millones, para que después ese fondo se siga devolviendo y gastando a través del tiempo, es decir, un fondo que va a trascender a las gestiones.
Mencionaba antes que no se va a poder recuperar todo, pero de alguna forma se recupera en el impacto que generan estas obras en la actividad económica. En ese sentido, ¿esperan que cause un impacto importante en la economía provincial?
Sin duda que van a traccionar la mano de obra, el empleo, y lo que en economía llamamos, la demanda agregada. El gasto público que hace el Estado cuando contratamos un proveedor para determinado fin, o a los contratistas para con la obra pública, que es un gran generador de empleo, tracciona la economía.
Y lo estamos haciendo con un concepto de distribución territorial, porque las obras que hemos anunciado en estos dos primeros anuncios tienen una cobertura en todos los oasis productivos que van a generar una oportunidad de mano de obra en los distintos territorios, que es lo que queremos, lograr ese equilibrio.
Entonces, tenemos un impacto inmediato, que es el de generar mano de obra a través de la inversión pública y por eso hemos insistido en que se trata de obras de infraestructura económica que son la base sobre la cual se prestan los servicios para el desarrollo socioproductivo.
Así, al tener una ruta en condiciones, tenemos una mejor conectividad, una mejor salida de la producción, una mayor ventaja competitiva, que es importante, porque muchas veces la infraestructura juega como una desventaja en este sentido porque se quieren sacar los productos y no se puede, lo que los termina encareciendo. De este modo, al mejorar las rutas se tiende a mitigar esa barrera que a veces la infraestructura en mal estado genera.
Otro tema, por ejemplo, es la capacidad energética: a veces hay necesidades de inversión, intenciones de inversión, pero tenemos para ofrecerle la cantidad de energía suficiente, por eso son obras que hacen a la infraestructura de base.
Lo mismo con las obras de saneamiento. En un servicio clave como el del agua potable si no se invierte en esa infraestructura tan básica vamos a tener colapsado el sistema, y máxime teniendo en cuenta el crecimiento poblacional, va a haber zonas que la red no va a aguantar.
De hecho, hay zonas de la provincia en las que no se puede construir un edificio de departamentos porque no hay factibilidad para proveer el agua suficiente.
¡Exactamente! Los desarrollos inmobiliarios: está el terreno, está la intención económica de un inversor, pero no se le puede dar las factibilidades porque no está la capacidad para prestar los servicios en condiciones.
Entonces, en lo inmediato, estas obras generan empleo, pero en el largo plazo hacen a lo que es el desarrollo socio productivo, a que tengamos una mejor calidad de vida porque tenemos una mejor disponibilidad de agua, tenemos mejor tratamiento de nuestros efluentes, tenemos mejor energía para generar inversiones, tenemos factibilidades para que se hagan desarrollos inmobiliarios y cuidamos el recurso hídrico.
Por ejemplo, nosotros decimos, hay que tecnificar el riego. Bueno, tecnificar no siempre implica presurizar, pero en muchas ocasiones si y no siempre se tiene la factibilidad eléctrica para poder hacerlo. Por eso, la decisión fuerte de invertir en obras de transporte y distribución de energía.
El tema energético es una de las patas importantes de este programa de obras.
Por supuesto, por ahí se pierde dimensión de la magnitud que significa para Mendoza la inversión en estas cuatro obras eléctricas que se han anunciado, que, si las vemos, están en los cuatro oasis, en el sur, el Valle de Uco, la Zona Este y el Gran Mendoza. Es una de las cosas que buscamos, el desarrollo equilibrado de todo el territorio provincial, que no sigan siendo las áreas metropolitanas las que concentran todo.
De este modo damos posibilidades de desarrollo a una geografía que tiene muy poca superficie desarrollada por su condición climática, porque somos un desierto. Un dato muy importante: estos 134 millones de dólares que se van a invertir en obras de transporte y distribución van a beneficiar prácticamente a la totalidad de la población de Mendoza porque tienen un alcance de 1.980.000 beneficiarios. Es decir, vamos a dar vuelta la matriz de energía de Mendoza. Son obras que hace 20 años que se reclaman. Estuvimos 20 años para hacer Cruz de Piedra.
Justamente se sabía que la red de agua potable estaba comprometida, pero iba a preguntar si la red energética estaba igual o no.
En energía estamos sumamente atrasados, y además desequilibrados, por eso es tan importante que haya tenido la cobertura territorial que tienen estas cuatro obras de energía que fueron anunciadas.
La interconexión, además, permite no solo el beneficio propio para la región sino el beneficio de que estas regiones se comuniquen e integren, por lo que el valor agregado que tienen estas obras de transporte es enorme, como así también lo que hace a la seguridad hídrica con las obras de saneamiento, de agua potable, y de su uso para fines productivos.
También se han incluido en el tema agua y saneamiento, obras de cloacas.
Claro, porque ampliar las redes del servicio de recolección cloacal hace a la calidad de vida, hace a las factibilidades y a la protección de las napas subterráneas para que no se contaminen.
Pero, además, viene a potenciar algo que Mendoza hace 20 años que lo hace y somos modelo en el país, que es el reuso del agua cloacal. Hoy tenemos unas 8 mil hectáreas cultivadas con aguas de efluentes cloacales que son tratadas para poder usarse para tal fin, ante una oferta hídrica que se va a ver disminuida por las próximas décadas, nos tenemos que preparar.
Entonces, saneamiento no solo está pensado desde lo que hace a la salubridad y el ambiente, sino también con un sentido económico de poder hacer reuso de esas aguas cloacales y ampliarlas.
Nosotros hoy tenemos las plantas grandes de reuso en el Gran Mendoza, como son Campo Espejo y Paramillos, pero aspiramos a que con la planta depuradora de General Alvear podamos hacer también reuso en esas zonas.
Hay una fuerte apuesta a los caminos.
Si, porque en un territorio que tiene esta concentración demográfica en los oasis y una gran distancia entre unos y otros, por lo que es una locura no invertir en una infraestructura tan básica que nos permite interconectarnos, máxime en una provincia donde no tenemos trenes ni grandes infraestructuras ferroviarias que quedaron allá lejos y en el tiempo porque este país tomó una decisión errónea de dejar de invertir.
Por eso, la gente ha tomado con tanta receptividad el anuncio de las obras para repavimentar la ruta 153 de Ñancuñan a Monte Comán, o la 171, de Monte Comán a Real del Padre. Estas rutas tienen un flujo vehicular, que está claro que no dan para ser concesionadas, pero tienen un alto valor de integración para mejorar la conectividad de dos oasis como son el Sur y el Este, que se encuentran a una distancia considerable, a más de 150 kilómetros.
Por lo qué, desde el Gobierno queremos resaltar que con estos fondos estamos haciendo obras para las regiones de Mendoza, porque hoy las fronteras administrativas no tienen que ver con las fronteras de la actividad económica y social.
Yo, por ejemplo, vivo en Maipú, trabajo en Capital y mi familia vive en el Este. Es decir, nuestra vida transcurre en distintas regiones. Por lo tanto, buscamos fortalecer las regiones teniendo en cuenta que Mendoza está naturalmente conformada en oasis.
Y así fortalecer la interconexión entre las regiones, porque como en todos lados, hay una zona más rica que otra, entonces, con esta infraestructura lo que estamos haciendo es igualar las condiciones del punto de partida.
Se trata de ampliar la frontera de posibilidades de producción a través de la infraestructura básica que lo da la infraestructura económica, pero también hay que decir que, aunque eso está muy bien, también está muy bien que eso se pague, para que nosotros después podamos hacer la infraestructura social que no la va a hacer que el Estado.
Porque solo el Estado va a hacer las escuelas, los centros de salud, las comisarías, entonces esa infraestructura económica que agrega valor es muy importante para que después el Estado tenga recursos para llevar adelante la infraestructura social.