El futbolista quedó en condición de libre, asegura el portal Bitbol.co.
Supo usar la 7 del Real Madrid y de Cristiano y hoy nadie lo quiere
De usar la 7 de Cristiano Ronaldo a estar libre. Y es que Mariano Díaz Mejía se encuentra en un momento crucial de su carrera, pero no está dispuesto a rendirse. Ha pasado varios años sin disfrutar plenamente del fútbol, un deporte que antes le brindaba satisfacción y éxito. Hoy en día, sus batallas son constantes: lucha por dejar atrás las lesiones que lo han aquejado, por superar la ola interminable de críticas que lo persigue y, sobre todo, por reencontrarse con su mejor versión, aquella que parecía prometer una carrera brillante y que, con el paso del tiempo, ha quedado como un recuerdo cada vez más distante, explica el portal Bitbol.co.
Mariano alcanzó su punto más alto durante la temporada 2017-2018, cuando jugaba en el Olympique de Lyon. Ese año fue memorable para el delantero hispano-dominicano, quien anotó 21 goles y brindó 7 asistencias, consolidándose como una de las revelaciones de la liga francesa. Sin embargo, desde entonces, su carrera ha entrado en una espiral descendente. Las lesiones, los problemas de confianza y las decisiones deportivas desafortunadas lo han sumido en un laberinto del que, hasta ahora, no ha encontrado la salida. A sus 31 años recién cumplidos, tras un paso sin éxito por el Sevilla, donde no logró brillar, Mariano sigue buscando un destino que le ofrezca la posibilidad de resurgir y demostrar que aún tiene mucho que ofrecer. Esta puede ser su última oportunidad de volver a la élite del fútbol.
A pesar de las circunstancias, el delantero se mantiene alejado de las críticas y el ruido mediático. Cansado de ser el centro de atención por motivos equivocados y de ser objeto de constantes ataques en redes sociales, ha optado por concentrarse en su preparación física. En su casa de Premiá, entrena a doble sesión junto a un preparador físico personal, con la satisfacción de haber superado una larga y molesta tendinitis rotuliana que le había dificultado rendir al máximo. Según su médico, el doctor Cugat, Mariano ha dejado atrás su última lesión, lo que le permite volver a enfocarse en su rendimiento futbolístico con mayor tranquilidad.
Sin embargo, la sombra de sus últimas temporadas sigue pesando sobre él. Durante los cinco años que pasó en el Real Madrid, Mariano apenas dejó huella. A pesar de algunos momentos aislados de buen rendimiento, su paso por el equipo blanco fue discreto, sin llegar a consolidarse como una pieza clave. Posteriormente, su paso por el Sevilla no fue mucho mejor. Con tan solo 319 minutos disputados, el delantero no pudo marcar ni una sola vez, ni tampoco brindar asistencias, un resultado que lo dejó profundamente decepcionado. En su despedida del club, pidió disculpas al director deportivo y al presidente, al borde de las lágrimas, reconociendo su bajo rendimiento y la frustración que eso le generaba. Las lesiones musculares lo afectaron, pero lo que más daño le causó fue su orgullo herido, la sensación de haber fallado.
Mariano es consciente de que ha defraudado a muchas personas en los últimos años: aficionados, entrenadores y compañeros que esperaban mucho más de él. Sin embargo, su mayor decepción es personal. Él mismo reconoce que no ha estado a la altura de las expectativas que una vez generó, pero, a pesar de todo, sigue creyendo en sí mismo. Aún está convencido de que puede volver a ser el jugador que una vez deslumbró y de que puede reivindicarse en el fútbol de élite.
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El mercado ya no le ofrece las mismas oportunidades que antes. Su valor de mercado ha caído drásticamente, y las ofertas que antes le llovían ahora son mucho más limitadas. Este verano, recibió propuestas de España, Portugal, Turquía y Asia, pero las rechazó, algo que incluso personas cercanas a él no comprenden. Sin embargo, Mariano prefiere seguir su instinto y esperar la oportunidad adecuada. Sabe que su margen de error es mínimo, y que no puede permitirse otra decisión equivocada. A pesar de todo, sigue recibiendo ofertas, y confía en que pronto llegará la opción correcta, la que le permita resurgir y redimirse.
El delantero sabe que está en una encrucijada. Como jugador libre, tiene varias opciones frente a él, pero debe elegir con cuidado. El tiempo para tomar una decisión se está agotando, y Mariano es consciente de que lo que está en juego no es solo su futuro inmediato, sino también su legado en el mundo del fútbol. Su reputación, que ha sufrido mucho en los últimos años, y su credibilidad como jugador dependen de la elección que haga en este momento decisivo de su carrera. Está convencido de que aún le queda una última oportunidad para demostrar su valía, y no está dispuesto a rendirse. Mariano Díaz pide una última oportunidad para redimirse, y sabe que esta vez será un todo o nada.