¿Cuánto pagarías por un autógrafo de Cerati?: esto pide un mendocino

Un preciado objeto que documenta una de las presentaciones de Soda Stereo en el estadio Pacífico a principios de la década del 90'. Un relato entre la nostalgia y la necesidad económica.

¿Cuánto pagarías por un autógrafo de Cerati?: esto pide un mendocino

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

La suerte de encontrarse cara a cara con el ídolo, con el tiempo puede convertirse en un gran tesoro y más si hay algo que documente el encuentro.  Es el caso de un mendocino que a comienzos de los años noventa, tuvo la chance de ver en vivo a Soda Stereo, la banda de sonido de aquellos días, y llevarse la entrada firmada por Gustavo Cerati. Treinta y tres años después, vende este preciado objeto, en parte por aquel ritual de soltar para que otro pueda disfrutar y también, claro que sí, porque la situación económica apremia y lo ofrece en 240 dólares.

Diego Carabajal siempre estuvo ligado a la música y el jueves 6 de diciembre de 1990 fue un día importante, ligado a su pasión. Tocaba Soda Stereo en el estadio Pacífico de Ciudad a las 22 horas. La presentación era en el marco de la extensa Gira Animal, que los llevó a tocar el disco Canción Animal por todo el continente y que culminó con un histórico show gratuito en la avenida 9 de julio de Capital Federal, ante 250 mil personas.

El autógrafo de Cerati en la entrada de show de Pacífico.

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Una de las paradas fue en Mendoza y Diego contó al Post su experiencia: "En el año 90´ Soda hizo una gira por Latinoamérica y tocó en Mendoza en esa ocasión. Yo tenía en ese entonces 19 años, ellos se hospedarnos en el viejo hotel Huentala. Luego del recital en Pacifico fuimos a verlos al hotel y tuvimos la oportunidad de estar con ellos un rato. Gustavo nos hizo callar porque estábamos haciendo mucho ruido en la puerta del hotel y el de seguridad nos sacó a todos. Pudimos conseguir autógrafos y fotos con una cámara vieja. Charly Alberti y Zeta Bossio se iban en un 147 con unas chicas a Chacras y luego nos despedimos".

Respecto a la decisión de vender tan preciado objeto, dijo: "Tengo dos y me gustaría que lo tuviera alguien más, que lo pueda disfrutar también. Han estado guardados por más de 30 años. Tengo también la lapicera que usaron, me duele desprenderme pero me viene bien la plata", cerró.