Marcelo Canatella, experto en viñedos de alta gama, reveló en un libro sus tips y secretos.
Las claves para plantar con éxito un viñedo en cualquier lugar del país
Aunque parezca increíble, hace tiempo que se plantan viñedos de alta gama en lugares increíbles de la Argentina, donde antiguamente se daba por sentado que no eran terrenos aptos para poner vides y hacer vino.
Es una tendencia que marcha firme y en crecimiento en todo el país, como lo ha sido también en los últimos años, la de profesionalizar cada vez más la plantación de los viñedos, en donde ahora, hasta el más mínimo detalle importa para que todo sea un éxito.
Por eso, Marcelo Canatella, ingeniero agrónomo experto en el manejo de viñedos para vinos de alta gama, decidió publicar un libro digital titulado "Plantación exitosa de viñedos".
Tras la experiencia, conocimientos y aprendizajes reunidos durante más de 25 años siendo integrante y asesor de la bodega Clos de los Siete, del prestigioso enólogo francés Michel Rolland, y también de otros proyectos, Marcelo Canatella le contó al Post dónde están las claves para plantar con éxito un viñedo.
Me llamó la atención que escribas un libro sobre como plantar exitósamente un viñedo, cuando uno supondría que quien está en la actividad o quiere entrar en ella, debería saberlo o tener asesores que lo sepan
Bueno, es que, aunque te parezca mentira, la cantidad de viñedos que se está plantando en la Argentina, desde Viedma, en Chubut hasta Huacaleras, en Jujuy, pasando por Entre Ríos o por la Provincia de Buenos Aires, es muy importante.
Yo tengo la suerte de asesorar en plantación y en manejo de viñedos en Río Negro Neuquén, en Chapadmalal...
En zonas no tradicionales para el vino.
Yo diría, en zonas no convencionales para el vino, pero que tienen un potencial tremendo y siempre se aprende.
¿Cómo fue que se te ocurrió?
Un día, con un colega, medio en chiste medio en serio nos dijimos, la verdad es que no hay mucha gente en el mundo que plante tantas hectáreas, asesorando, como ocurre en Argentina.
Porque en Francia y en otros lugares del mundo hay superficies extensas, pero no tanto aquí, pero sí la posibilidad de plantar 600 hectáreas, o de participar como participé yo en Clos de los Siete, no es muy común.
Entonces, a partir de ese disparador, me puse un fin de semana a hacer las cuentas de cuántas hectáreas yo había plantado o colaborado, pero en las que había tenido participación activa y así surgió que llegué a más de 5.000 hectáreas y seguía sumando.
¿Fueron todas exitosas?
Muchas sí y en otras hubo mucho que aprender y mucho que mejorar. Entonces dije, para todos los que se están iniciando, si bien es un tema que se cree fácil, me pareció interesante volcar mi experiencia en un libro, de forma ordenada.
Por un lado, como ha cambiado la distribución de viñedos desde finales de los años 90, que fue cuando explotó la vitivinicultura, hasta el día de hoy, donde al principio eran viñedos más cuadrados, pensando en la eficiencia, mientras hoy día ya se trabaja con mapeo de suelo, con estudios de electroconductividad, con mapeos técnicos para definir en qué sector se hace calicata.
Hablar un poco de la evolución, desde la evaluación del terreno, donde tenés el viñedo y hablar de todas las etapas de plantación: de preparación del terreno, de corredores ecológicos, de cosas que por ahí antes no se hablaban, y de biodiversidad, pero desde la experiencia propia.
Y por supuesto, tratar temas tradicionales, que no porque sean tradicionales se pueden tomar a la ligera.
¿Cómo cuáles?
Cómo elegir un buen sistema de riego, que tipo de goteros se tienen, cómo hacer una buena enmaderación, que tipo de soportes, porque regionalmente uno puede tener muchos enmaderadores, o gente idónea en el tema, pero no en todas las regiones. Cuanto te alejás de San Juan y Mendoza, y tenés que hacer un viñedo en Mar del Plata, como ya se ha dado, no es lo mismo.
Entonces, es como dar ese pantallazo general y hablar de cómo plantar con éxito, pero hablando desde la experiencia y desde los errores cometidos, qué es lo bueno que tiene.
Y también desde los cambios que ha tenido la vitivinicultura desde un primer momento, donde se plantaba pensando en la eficiencia, con distancias de plantaciones mucho más amplias, hasta hoy día, que se planta con una tremenda tecnología.
Y no porque antes no se quisiera, sino porque no teníamos tanta tecnología a nivel de drones o de hacer electroconductividad del suelo como hay ahora. Ha crecido el uso de la tecnología, por lo tanto, tenemos más elementos para la toma de decisiones.
¿Para qué se hacen los estudios de electroconductividad?
En la guía práctica hay todo un capítulo sobre este tema en el que me colabora Fede Framarini, que es el especialista.
La electroconductividad es un sensor que lo que hace es determinar sectores macro de manchas de suelo que no regas, en los que va midiendo los distintos contenidos de humedad que están relacionados con la textura que tiene el suelo.
En un suelo que tiene más humedad podés encontrar estructuras más arcillosas, en uno que tiene menos humedad, encontrás más arena o más piedra, y eso, en vez de hacer pozos, calicatas, cada 50 metros, hacés la electroconductividad que te da esas manchas macro del suelo, y después, con esas manchas identificadas, si vas con la calicata para hacer el estudio puntual.
En ese capítulo también me ayuda Guillermo Corona, que es una de las personas que yo considero que más sabe de suelos.
Con el panorama que describís queda muy claro que todos estos pasos previos son fundamentales, porque una vez que plantaste el viñedo, si no sale bien no se lo puede cambiar así nomás o reemplazarlo, como se hace de una temporada a otra con otros cultivos.
Totalmente, porque un viñedo se hace para que dure por lo menos 25 o 30 años, y sin embargo, no solo te equivocás en los lugares, a veces te equivocás en la variedad y podés injertarla rápidamente, pero por ahí, si te equivocás en la distancia entre plantación, en la distancia entre hileras, en el número de plantas por hectárea, o te equivocás en el sistema de riego, después es mucha la inversión que hay que hacer para cambiar.
Entonces, desde la experiencia personal, desde algunos errores cometidos y desde varios aciertos también, porque yo empecé con esto allá por 1996 en Santa Rosa, y me consolidé mucho participando en Clos de los Siete, que es un proyecto modelo que lo iniciamos por 1998, 1999...
El de Michel Rolland.
Exacto, y tengo la suerte hasta el día de hoy de trabajar con Michel, porque sigo asesorando, y pude captar la experiencia de toda esta gente de Francia que lleva muchos años plantando, más todos esos viticultores que plantaban con determinadas reglas, leyes o protocolos, así que bueno, esto es todo un mix de mi experiencia.
¿Y qué dice esa experiencia?
La verdad es que puede parecer simple plantar un viñedo, no es algo complicado, no es que estemos inventando nuevas tecnologías, pero hice esta guía pensando en muchas consultas que me llegaban de Entre Ríos o de Tucumán, de personas que por ahí no tienen la posibilidad de contratar a un asesor por dos o tres hectáreas que van a hacer.
Fue así que me enfoqué en hacer este libro, explicando qué precauciones hay que tener para recibir las plantas de vivero, cómo se acondicionan las plantas para no tener fallas y también incluye el manejo del viñedo durante el primer año, que me parece un tema muy interesante.
¿Por qué?
Porque después de la primera poda lo considerás como un manejo de viñedo, pero para mí, hasta la primera poda, en esos ocho primeros meses de viñedo, lo considero como plantación y por lo tanto es un libro lleno de tips, de algunos secretos, de algunos problemas y cómo se deben solucionar. Parece algo simple, pero es todo un mundo la plantación de viñedos.
¿Podrías resumir los cinco tips principales para plantar un viñedo exitoso?
Primero, los estudios previos. Para mi, hacer estudios previos de electroconductividad o mapeo de suelo, y sobre todo los estudios de frío me parece importante, además, por supuesto, de temperatura, viento, etc.
Pero esta primera parte está planteada casi como un paso a paso, porque antes sólo se hacían análisis de suelo, pero ahora hay que tener los estudios previos que incluyen mapeo de suelo y mapeo térmico para saber donde plantar cada variedad.
Segundo, la elección de plantas, incluyendo no solo la variedad y los clones sino los portainjertos de todo, de acuerdo al tipo de suelo que tenés o a la problemática que tenés en el suelo.
¿Por qué? Porque hay portainjertos que son resistentes o que son adaptados a mejores condiciones que otras, entonces para mí, la elección de plantas es fundamental. Y también están los tips que se deben tener en cuenta para la elección de plantas.
Y ahí entramos en el tercero: la elección de los sistemas de riego, que en zonas de secano es importantísimo, por ejemplo, saber qué largo de manguera necesitás, qué caudal de gotero y qué distanciamiento de los goteros de acuerdo al tipo de suelo. Todos esos son tips que se van dando en el libro.
¿Por qué digo esto? Porque muchas veces está relacionado. A mi me ha tocado trabajar en la Pampa Húmeda, donde pensas que porque llueve 900 milímetros no necesitás sistema de riego, pero te encontrás con que una planta nueva está todo octubre sin llover y sufre muchísimo o hasta se puede secar por no tener un sistema de riego complementario.
Entonces, los sistemas de riego no solo se adaptan a los desiertos sino a zonas muy húmedas, donde hay intervalos muy grandes de días sin riego y una planta nueva lo necesita. Después, ya la planta adulta es otra cosa.
El cuarto es tener un buen sistema de enmaderación. Tener en cuenta como poner los palos parece una obviedad, pero cada vez estamos mecanizando más, por lo tanto, los palos ya tienen que soportar no sólo el viento, el peso de las uvas y las hojas, sino también una cosechadora mecánica que los golpea, una prepodadora que está pasando por encimas de estos.
Y el quinto tips crucial es la plantación propiamente dicha, toda una ciencia. Porque no se puede hacer todo lo anterior y después que la plantación se haga mal.
¿Y cómo sería hacer mal una plantación?
Hacer hoyos chicos, no respetar la distribución de las raíces, no respetar la altura de portainjerto, no hacer un control adecuado de hormigas o tener una banda de humedad.
Así que estos cinco puntos que mencioné me parecen importantes. En el libro hay nueve o diez, donde se incluye la preparación del terreno en zonas como las nuestras, del pedemonte, donde a veces hay que hacer defensas aluvionales o respetar ríos secos para que el agua no te lleve el viñedo en las lluvias torrenciales.
Es un paso a paso, una guía, pero también es un fundamento teórico, no es solo un tipo de receta, sino que hay contenido, hay contenido teórico del porqué de muchas cosas, de los distintos alambres que conseguís en el mercado, etc.
En Argentina creció mucho la producción de vinos de alta gama y se ganaron muchos mercados en el exterior. Hoy ese mercado externo está deprimido. ¿Es algo pasajero o la vitivinicultura argentina tiene que cambiar?
No soy un especialista en el tema de comercialización, pero sí creo que el consumo en el mundo está complicado y no es solo una cuestión de Argentina. Creo que estamos en una etapa de reconversión.
Creo que los cambios que estamos viendo están más pensados a partir de los vinos blancos y rosados. Lo veo por las dietas de las personas, de los jóvenes, que hoy consumen más ensaladas, o tienen preferencia por el sushi.
Antes era impensado tener un alto consumo de vino rosado o de vino blanco y hoy día se está dando un poco más, a tal punto que se está plantando. En los últimos proyectos que tenemos, por ejemplo, se está plantando un porcentaje de uvas blancas mayor al que se plantaba hace 15 años y esto tiene que ver con el consumo, pero sobre todo con la dieta. Ya no es todo asado con chorizo y morcilla, ya no es todo así.
¿Pero tiene futuro la industria vitivinícola con las adversidades que enfrenta hoy?
No me consta que sea tan complicado, obviamente puede haber algún tipo de problema o recesión en algunas gamas de vinos, pero no creo que sea una tendencia que vaya a durar.
El tema de la escasez de agua se resuelve con la tecnificación o hace falta sí o sí más agua para ampliar la superficie cultivada.
Son dos cosas que van muy relacionadas, porque uno cuando piensa en el agua, piensa también en el agua para consumo humano que va a seguir creciendo.
Para mi, la tecnificación del riego es un punto importantísimo, por lo menos a nivel de agricultura. La eficiencia que tienen hoy día los riegos presurizados, ya sea por goteo, aspersión o microaspersión, no importa, es de arriba de un 90% contra un 50% que tiene un riego por inundación. No hay duda que va a cambiar la historia.
Esto es como cuando se empezaron a usar las lámparas de bajo consumo y cambió totalmente. Es igual. En la medida que se empiecen a entubar o impermeabilizar canales, que de hecho se está haciendo, creo que la tecnología en el riego va a tener un efecto totalmente positivo en el ahorro de agua.
Y más rendimiento, porque habrá más agua disponible para regar más cultivos.
Por supuesto, porque eficientizás el riego y además el uso de fertilizantes e insecticidas, que, poniéndolos por riego o por goteo, son mucho más eficientes que por inundación.
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