La Selección impuso su jerarquía y autoridad para llevarse puesto a Chile en un partido en el que fue de menor a mayor y nunca puso en duda que lo ganaría. Ah, y sin el mejor del mundo.
Acá está el campeón: Argentina avanza y no hay quien la pare
Luego de consagrarse bicampeón de América hace poco más de un mes y medio, Argentina volvió a presentarse en el país para recibir a Chile y volvió a deleitar a sus hinchas con un fútbol de alto vuelo, imponiéndose desde la autoridad, con jerarquía, y con un detalle no menor: sin Lionel Messi, ausente por lesión.
La Albiceleste había cerrado 2023 con un triunfo histórico sobre Brasil en el Maracaná, pero con algunas dudas que movieron el piso del fútbol argentino.
La Selección se llevó puesto a Chile.
Una dura derrota ante Uruguay antes de superar a la Verdeamarela y las declaraciones de Lionel Scaloni poniendo en duda su continuidad encendieron las alarmas de una Selección que todavía no terminaba de bajarse del frenesí que significó la consagración en Qatar 2022.
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Ratificada la continuidad del DT, la primera gran prueba fue la Copa América, donde Argentina volvió a imponerse por jerarquía, por autoridad y por coraje, ya que a lo largo del torneo continental le costó desplegar el fútbol de alto vuelo que supo enamorar a los hinchas.
Y este jueves frente a Chile pareció recuperarlo, al menos por momentos, y a casi un año de aquella intranquilidad sembrada en territorio brasileño, hoy no hay nada que temer y a este equipo no hay quien lo pare.
Scaloni puede quedarse tranquilo.
Los primeros 25 minutos fueron arrasadores. La Selección tocó, tocó y tocó ante una Roja que justificó por qué está tan abajo en la tabla, con claro riesgo de perderse su tercer Mundial consecutivo.
Con pelota al piso, Argentina mostró su calidad en todas las líneas, siempre apostando al juego asociado, y cuando bajó la intensidad, se mantuvo fiel a una característica que la distingue desde hace un tiempo: no perder la paciencia.
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En la segunda parte, el gol tempranero de Alexis Mac Allister abrió el camino y empezó a respirarse otro aire en el Monumental. Es que cuando esta Selección se pone en ventaja, ya se sabe que va a ganar.
Y sobre el final volvió a ser un vendaval, con un golazo de Julián Álvarez y un lindo tanto de Paulo Dybala, quien se llevó una merecida ovación y no fue para menos. La Joya rechazó una camionada de dólares del fútbol árabe para continuar en la élite con una premisa clara: seguir siendo parte de la Selección argentina después de perderse la Copa América. Y tuvo su premio.
Dybala usó la 10, marcó un gol y fue ovacionado.
Sin el mejor de todos los tiempos, Scaloni puede respirar tranquilo porque tiene un equipo que responde desde el juego colectivo y, cuando tienen que aparecer las individualidades, lo hacen.
Argentina se afianza en lo más alto de las Eliminatorias, ratificando una vez más que es el rival a vencer. No solo en Sudamérica, sino también en el planeta.
Al fin y al cabo, solo se trata de respetar los rangos. Acá está el campeón.
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