El equipo británico, uno de los más antiguos de la Fórmula 1, vuelve a protagonizar un capítulo clave en la historia del automovilismo argentino.
Williams: del casi campeonato de Reutemann al debut de Colapinto
Este fin de semana, Franco Colapinto se convertirá en el primer piloto argentino en más de dos décadas en subirse a un monoplaza de Fórmula 1, un evento que ha despertado emociones y recuerdos en los aficionados del automovilismo en Argentina. Colapinto hará su debut en el histórico equipo Williams, un nombre que resuena con fuerza en la memoria de los argentinos gracias a la figura de Carlos Reutemann.
Carlos Reutemann, el "Lole", es sinónimo de una era dorada en la Fórmula 1 para Argentina. Su paso por Williams entre 1980 y 1982 quedó marcado por su formidable actuación en 1981, donde estuvo a un paso de coronarse campeón del mundo. En esa temporada, Reutemann ganó dos Grandes Premios y lideró la clasificación de pilotos durante buena parte del año, pero finalmente, por apenas un punto, se quedó sin el título, en una de las definiciones más tensas y polémicas de la historia de la categoría.
El legado de Reutemann en Williams no solo es recordado por lo cerca que estuvo de consagrarse, sino por la solidez y consistencia que demostró durante su paso por el equipo británico. Su figura ha sido motivo de orgullo para los argentinos, convirtiéndose en el último gran referente nacional en la Fórmula 1. Desde entonces, la presencia argentina en la categoría ha sido esporádica y, en términos de rendimiento, poco destacada.
Pilotos como Gastón Mazzacane, quien compitió en Minardi y Prost a comienzos de la década del 2000, no lograron alcanzar el éxito ni dejar una huella significativa en la máxima categoría. Mazzacane, al igual que otros pilotos argentinos que intentaron abrirse camino en la Fórmula 1, se enfrentaron a la dura realidad de equipos con limitaciones técnicas y el poco presupuesto que podían aportar, lo que hizo que sus pasos por la F1 fueran breves y sin grandes logros: Norberto Fontana (Sauber 1997), Esteban Tuero (Minardi 1998) y Gastón Mazzacane (Minardi 2000 y Prost 2001) no sumaron puntos, en épocas en las que había que terminar entre los 6 primeros para obtener unidades (hoy es hasta el décimo).
Ahora, con Colapinto, las expectativas están renovadas. Si bien el joven piloto de 21 años no llega con la presión de pelear por carreras ni mucho menos un campeonato, el hecho de hacerlo en Williams, el mismo equipo que vio brillar a Reutemann, trae consigo un simbolismo especial. Claro está que el equipo Williams de 2024, ya sin la familia fundadora, lejos está de alcanzar el potencial que lo llevó a ganar campeonatos del mundo; el último campeón con esta escudería fue Jaques Villeneuve y la última victoria en una carrera la obtuvo en 2012, con el venezolano Pastor Maldonado.
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El desafío es grande, pero el simple hecho de que un argentino vuelva a tener la oportunidad de competir en la Fórmula 1, y especialmente en Williams, es motivo de celebración. Los fanáticos no solo esperan un buen debut de Colapinto, sino que también ven en él la posibilidad de revivir aquellos tiempos gloriosos cuando Reutemann llevó el nombre de Argentina a lo más alto de la Fórmula 1. No será en lo inmediato, pero las esperanzas de un futuro próspero a mediano plazo para Colapinto están intactas.
Este debut no solo marca el inicio de una nueva etapa para Colapinto, sino también una oportunidad para que los argentinos vuelvan a soñar con un representante que pueda dejar una huella en la máxima categoría del automovilismo, en un equipo que, históricamente, ha sido un aliado de los talentos nacionales.