Este semestre fue el segundo producto más exportado al mundo y casi siempre está en el top 5.
La exportación estrella de Mendoza que no está en el altar de los mendocinos
Mendoza siempre hace gala de sus vinos, de su aceite de oliva, de su cada vez mejor gastronomía ahora con estrellas Michelin con la que impresiona al mundo tanto afuera como en pago propio. Pero hay un producto de exportación que, aunque se destaca hace años nunca luce en la vitrina con el mismo orgullo.
Hablamos del ajo, infaltable en cualquier cocina y en la dieta mendocina y nacional. El ajo, una vez más, volvió a ser la estrella de las exportaciones de Mendoza en 2024. Tal como lo informó ProMendoza, en el primer semestre fue el segundo producto más exportado después del vino, con ingresos por 85 millones de dólares y un aumento del 31% del volumen exportado respecto del semestre del año anterior.
Con Maximiliano Di Cesare, productor y gerente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajo, Cebolla y Afines de Mendoza (ASOCAMEN) hablamos del salto de las exportaciones de ajo en 2024.
El dirigente destacó la importancia de la actividad para Mendoza, su gran impacto social a la hora de generar capital y mano de obra intensiva, su prestigio a nivel mundial y la necesidad de que se eliminen disposiciones burocráticas "inútiles" según su visión, como la ley que obliga a celebrar contratos con los productores.
¿Por qué aumentaron tan fuerte las exportaciones de ajo tan fuerte en el primer semestre de este año?
Mendoza siempre fue importante en la producción de ajo. De hecho, creo que es una actividad que merece estar más arriba en la consideración pública del mendocino de lo que está.
La provincia tiene mucha prensa en materia vitivinícola, lo cual es lógico, y diría por el contrario que el ajo a veces ha tenido hasta mala prensa, pero es una actividad sumamente importante para Mendoza, con mucha proyección y muy reconocido a nivel internacional.
¿Cómo podemos dimensionar ese nivel de importancia?
Mendoza produce el 90% del ajo que se produce en toda la Argentina, y de ese volumen, el 80% se exporta, por lo que estamos hablando de un sector netamente exportador. Además, las características de la actividad la hacen muy importante socialmente porque es de capital y mano de obra intensiva.
¿Cuántos puestos de trabajo genera?
Más de 20 mil empleos, a lo que hay que sumar todos los puestos de trabajo indirectos. Los que estamos en la actividad sabemos que cuando al ajo le va bien, repercute en la economía provincial.
En ese sentido, el ajo nunca dejó de ser importante en Mendoza, pero creo que no ha tenido la misma exposición del vino por una cuestión lógica, quizá el vino es más glamoroso.
¿Cómo hacen los productores mendocinos de ajo para exportar casi toda su producción cuando cuesta tanto exportar otros productos?
Hay otros países productores mundiales de ajo importantes, que por cuestiones culturales tienen un consumo interno muy fuerte y por lo tanto, en el mercado externo no aparecen tan fuerte como si lo está Mendoza, que destina muy poco ajo al mercado argentino, por hábitos de consumo.
¿Qué posicionamiento tiene Mendoza a nivel mundial?
Bueno, Mendoza (Argentina) normalmente está disputando el tercer puesto en exportaciones de ajo a nivel mundial después de China y España.
Y volviendo a la primera pregunta: ¿Por qué aumentó este primer semestre la exportación de ajo un 31% en volumen y un 68% en dólares?
Sucedió algo que es bastante objetivo y podemos encontrar allí parte de la explicación. Es una realidad que la temporada pasada, países muy fuertes como España y China tuvieron dificultades climáticas que afectaron seriamente su producción.
¿Tanto como para impactar a nivel mundial?
Sí, España tuvo problemas por exceso de lluvias y perdió alrededor del 70% de la producción de ajo en la temporada pasada y a China le pasó algo parecido y tuvo una pérdida del 40% de la producción.
Tiene que haber sido muchísimo
Y si sumamos a China y España estamos hablando quizás de unas 300 mil hectáreas de ajo que se perdieron en la temporada anterior.
¿Y eso cuánto es en comparación con la producción total de ajo de Mendoza?
Unas 20 veces más, porque en Mendoza tenemos una producción de 15.000 hectáreas.
¡Claro, es muy grande la diferencia!
Por supuesto, y a pesar de las dificultades económicas que marcan a nuestra actividad y a otras actividades productivas del país, nosotros no tuvimos grandes sobresaltos climáticos, tuvimos una cosecha normal y esta falta de ajo en el mundo se hizo sentir por lo que aparecieron compradores del exterior que se acercaron a la provincia.
¿Cuál es la época en la que se planta ajo en Mendoza?
En febrero o marzo se está plantando y ya fines de octubre o noviembre se cosechan las variedades tempranas y el ajo colorado, que es de las variedades más tardías, en diciembre.
Es largo el periodo, casi todo el año.
Si, en nuestro caso el ciclo es un poco más largo que el que se cultiva en Brasil, pero allá es más corto porque ellos plantan un ajo que se llama ajo inducido, que es un ajo de cámara que es sometido a un periodo de bajas temperatura que acorta el ciclo. En cambio, el ajo nuestro tiene un ciclo más natural que en Brasil.
¿En qué zona de la provincia se planta?
En general desde Lavalle hasta Malargüe inclusive, pero el 60% de la producción está concentrada en el Valle de Uco. En el caso de Malargüe, se produce ajo colorado que tiene un ciclo más largo y allá la cosecha se termina extendiendo hasta la primera semana de enero por ser una zona más fría.
¿Y en el resto del país, con provincias de similares características no pasa lo mismo?
No en la magnitud que ocurre en Mendoza. San Juan produce ajo, pero es menor en comparación a nosotros. La verdad es que en el resto del país se podría plantar ajo, pero bueno, no se hace.
¿Cuáles son los principales mercados del ajo mendocino?
Por lejos Brasil, donde va el 75% al 80% de la producción, después vienen Estados Unidos, Taiwán, España, Francia, Italia, Reino Unido y también Australia.
Después, hay otros mercados que también son muy atractivos para nosotros pero que son abastecidos por China, como es el caso del sudeste asíatico y donde juega China es muy difícil jugar.
Pero de nuestro ajo, Brasil se lleva casi todo. ¿Por qué?
Si, si, para entender por qué es así tenemos que ver el consumo. En Argentina se debe estar consumiendo medio kilo de ajo per cápita por año y en Brasil se consumen 2 kilos per cápita por año. Y hay países del sudeste asiático como Malasia, Tailandia, Indonesia que consumen cada uno más ajo por año que Brasil.
Es decir, en comparación con otros países del mundo, nosotros consumimos ajo, pero no tanto como en otros lugares del mundo, por eso no existe riesgo de que Argentina importe ajo de otros lugares porque no hay mercado para venderlo en nuestro país.
Por eso es muy importante para nosotros que se empiece a trabajar seriamente sobre cuestiones inútiles que no tienen beneficiarios y que terminan impactando sobre los costos de producción, la logística y la dinámica de la comercialización.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, la Ley 9133 que es la que obliga al sector industrial a celebrar contratos con los productores para la adquisición de materias primas.
¡Claro! Se está debatiendo la derogación de esa ley.
Es que es una ley provincial que probablemente se haya promulgado con buena intención, quizá sirva para alguna actividad agrícola en particular, pero sí puedo decir que habiéndose aplicado en forma generalizada, terminó afectando negativamente a nuestra actividad y a otras actividades agrícolas.
¿Por qué?
Porque esta ley no benefició a nadie, si buscaban beneficiar al productor no lo han logrado. Desconocen las particularidades de la actividad y la cantidad de variables que se ponen en juego a la hora de definir el precio para el producto.
La ley terminó siendo no solo una carga burocrática, sino que se traduce en costos de producción que nos terminan quitando competitividad en el mercado externo, donde otros países compiten contra nosotros sin estas cargas burocráticas.
Que quede claro, cuando hablamos de desregulación no hablamos de falta de controles, lo que estamos diciendo es que seamos eficientes y más competitivos afuera porque eso después tiene un impacto muy positivo en la economía local para nosotros.
¿De qué manera?
Porque la idiosincrasia del productor mendocino y del productor argentino en general, el que yo conozco de primera mano, siempre vuelve a meter la plata en Mendoza. En nuestro caso, si vendemos ajo y nos va bien, esa ganancia se mete en la finca de vuelta.
O se arregla el tractor, o se compran implementos agrícolas, se tecnifica el sistema de riego, se construye un galpón nuevo porque el productor es así, tiene un mango y lo pone ahí.
Y en el caso del sector del ajo, lo que ocurre es que está sumamente atomizado en cuanto a sus actores y tiene un fuerte impacto social en la actividad.
¿Cuántos productores son?
Son más de 2.000 productores en toda la provincia, unos 120 galpones de empaques y un abanico enorme arrancando de familias que tienen su chacrita con ajos a partir de 3, 4 o 5 hectáreas, entonces, la actividad tiene un impacto a nivel social muy importante.
Y cuando uno se fija en la exportación, habrá un productor más grande que otro, pero en el mejor de los casos tendrá un 10% del total de la producción, es decir, no hay dos o tres jugadores que manejan el negocio.
¿Con el potencial exportador que tiene se podría ampliar la superficie cultivada de ajo a pesar de la escasez de agua?
Si se puede, hay muchas fincas hoy que están incultas y podrían estar produciendo, otras fincas que están produciendo mucho menos de su potencial por cuestiones coyunturales y además se pueden aumentar los rindes sin aumentar la superficie, pero aplicando tecnología con la que se puede conseguir un aumento sustancial en la producción de ajo.
¿Cuál es esa tecnología?
La que aplica Brasil, que es usar la semilla libre de virus, semillas que han sido previamente liberadas de los complejos virales naturales que tienen. Este procedimiento permite que tenga un mayor desarrollo del bulbo y así se consiguen mayores rendimientos.
Mencionaste a China como una de las potencias contra las que no se puede competir y justamente hay una pulseada con China, en la que incluso desde el gobierno se le reclama a Brasil que impida el ingreso de ajo chino a ese país.
Eso tiene muchos años ya. Los países que integran el Mercosur tienen tasas para productos de países que son externos al bloque. En el caso del ajo tiene una tasa del 35%, pero Brasil, como gran consumidor de ajo que es tiene además una protección a su producción local que se llama tasa antidumping, que se aplica a la importación de ajo chino.
No lo deja entrar directamente
Es una medida de protección local porque el ajo chino viene realmente a precios muy baratos, Brasil tiene costos de producción incluso más elevados que los nuestros que ya de por sí son altos, y necesita de esta protección para proteger a sus productores locales.
Claro, entra el ajo chino y desaparece la producción local
Definitivamente, no hay manera de competir con China ahí.
¿Cómo vienen las exportaciones en los años anteriores?
Nos hemos mantenido en valores estables desde las temporadas anteriores. Por cuestiones de mejoras tecnológicas que llevan a crecimientos cuantitativos podemos hablar de cifras más altas que en otras épocas, porque, además, Mendoza tiene mucho conocimiento en cuanto a la producción de ajo, la producción es de excelente calidad, con muy buenos rendimientos y es un ajo muy buscado en el mundo y muy apreciado por las condiciones climatológicas, de suelo y de agua.
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