El exgobernador de Tucumán y exsenador nacional del peronismo fue condenado a 16 años por abusar sexualmente, en reiteradas ocasiones, a una sobrina.
Las pruebas contra Alperovich y los acusados de falso testimonio
La justicia condenó al tres veces gobernador de Tucumán José Alperovich a 16 años de prisión por abusar sexualmente de su sobrina. La sentencia incluye inhabilitación perpetua, el registro de su perfil genético y la investigación por falso testimonio de tres testigos. Este veredicto se basó en pruebas contundentes que demostraron su culpabilidad en los delitos imputados.
Uno de los elementos más determinantes en el juicio fue la declaración de la víctima. Su testimonio, detallado y coherente, describió los abusos sufridos y las circunstancias en que ocurrieron, entre 2017 y 2018, aportando una narrativa sólida que fue respaldada por otras pruebas. Su relato fue fundamental para que el tribunal pudiera contextualizar y comprender la gravedad de los hechos.
Este testimonio, a pesar del intento del abogado defensor Augusto Garrido por desacreditar su veracidad de los hechos denunciados, fue constatado por las pericias psicológicas, psiquiátricas y ginecológicas que distintos profesionales de la salud le practicaron a la joven.
Sobre esto último, se destaca el testimonio de la ginecóloga que confirmó que la víctima tenía una lesión en sus genitales, compatible con una herida producida durante una actividad sexual violenta. Esta consulta médica se realizó apenas dos días después del hecho más grave que fue denunciado en esta causa, que sucedió en la casa de Alperovich en El Corte, una localidad de Yerba Buena, Tucumán.
Por su parte, la psicóloga Mónica Herrán sostuvo que la denunciante presentaba un "daño psíquico" y un "trauma cristalizado" compatible con una víctima de violencia sexual. Además, explicó el mecanismo de disociación que advirtió en las entrevistas, ya que la chica denunció los hechos meses después.
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También el tribunal tomó en cuenta las señales de las antenas de los celulares de la joven y el exsenador tucumano, que confirmaron que ambos estuvieron en el lugar de los hechos, en los horarios que la denunciante dijo que sucedieron. Esto fue en un departamento ubicado en un complejo de cuatro edificios en Puerto Madero, en dos casas que Alperovich tiene en Tucumán, y en autos particulares del acusado.
Además, el tribunal consideró el testimonio de varios testigos que corroboraron la versión de la víctima. Aunque tres de ellos están bajo investigación por posible falso testimonio, los otros testigos brindaron declaraciones consistentes que fortalecieron la acusación. Estos testimonios fueron vitales para demostrar el patrón de conducta abusiva de Alperovich: el comportamiento intimidatorio de Alperovich, proporcionando un contexto adicional que ayudó a entender la magnitud de los crímenes cometidos.
Tres acusados de falso testimonio
El tribunal también ordenó investigar por falso testimonio a Manuel Frías, que trabajó como mozo para el dirigente; Víctor Hugo Decataldo, empresario del transporte y exyerno del condenado, y David Cayatta, exchofer y excustodio del exmandatario.
Frías había contactado por WhatsApp a la denunciante la semana anterior al juicio. Decataldo dijo que contactó a la víctima y "para ganar su empatía le dije cosas que no eran ciertas. Se rumoreaba la denuncia podía ser por una cuestión política o económica". La fiscalía lo acusó de mentirle en la cara al juez. Cayatta fue para la fiscalía un testigo reticente.