El ex ministro de la Producción de Mendoza alerta que está empezando a sufrir el empleo.
Raúl Mercau al Post: "El Gobierno genera recesión para atacar a la inflación"
El camino del primer semestre de gobierno del presidente Javier Milei ya es evaluado por los economistas. Cuenta con aciertos, altísimos costos y un horizonte incierto a mediano plazo que solo el tiempo revelará.
No pareciera que lo que queda del 2024 ni tampoco del 2025, vaya a ser el año de la lluvia de inversiones o del crecimiento en V. El rebote hacia arriba de la economía puede llegar, pero a una velocidad menor y con mucha turbulencia por delante.
Es lo que piensa y analiza en este mano a mano con Mendoza Post, el economista Raúl Mercau, director de carrera de Licenciatura en Economía en la UNCuyo, y quien además ha sido ministro de la Producción de Mendoza; decano y rector de la Universidad Champagnat y consultor de la FAO.
Mercau evalúa si el país ya está preparado para salir del cepo a una competencia de monedas, si al gobierno le sirve hoy salir de la recesión, si Milei podrá mantener la actual política económica el año que viene cuando quiera ganar las elecciones.
Pasó el primer semestre del gobierno nacional y nadie sabía bien que iba a resultar de esto. ¿Hoy el Gobierno logró poner las cosas un poco mejor o no?
Creo que el Gobierno nacional, el presidente Javier Milei, ha tenido varias virtudes. Uno le puede ver un montón de defectos, pero pongámonos en esta postura: las virtudes del presidente Milei. Él dijo que iba a haber una estanflación, esto es que iba a haber inflación alta y un estancamiento o una caída de la actividad económica. Él lo anticipó.
En segundo lugar, predijo que el problema principal era el déficit fiscal y que era el problema que había que atacar. Y luego, que el otro problema que había que atacar eran los pasivos remunerados del Banco Central.
En esa perspectiva, lo que uno puede ver es que el presidente Milei implementó lo que avisó que iba a hacer, lo que efectivamente iba a suceder. Y la segunda virtud, es que ha tratado de hacerlo lo más rápido posible, porque evidentemente una situación de estanflación, lo cual implica caída en el poder adquisitivo y de los niveles de actividad, es algo muy complicado.
Nunca lo planteó como una prioridad, ahí podríamos decir que ese es el defecto. De hecho, en sus recientes declaraciones respecto al hambre, parece decir que no le importa y que la gente se las arregle.
Ahora bien, la inflación fue muy alta en diciembre por un reacomodamiento de los precios relativos que estaban frenados, tanto en el tipo de cambio como las tarifas, y ha tenido una tendencia decreciente, lo cual es un buen dato.
Y el otro dato positivo es que comienza a desarmar la bomba de las Leliq (Letras de Liquidez del Banco Central) y de los Pases, que lo ha hecho a través de la licuadora, es decir, licuando los pasivos con tasas de interés reales negativas. Es más, se están acabando los pases y se están fijando tasas de interés muy bajas y eso genera una situación bastante buena.
Ahora, cuando uno mira los números respecto de estos componentes, veamos cómo estas virtudes terminan afectando a las personas en el mundo real.
¿Cómo les afecta?
En el primer trimestre el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que es lo que anticipa lo que vendría siendo el PBI (Producto Bruto Interno), ha caído un 5,1%. Esto es una caída bastante grande.
Y ahí tenemos dos datos: la industria manufacturera cayó un 12,9%, por lo que hay un problema de afectación del sector industrial. Si lo vemos en términos mensuales en vez de trimestrales, la industria cayó casi un 20% respecto de marzo del año anterior. Y otro dato que pega mucho es que, en el primer trimestre, la construcción cayó un 23,1%; y si se compara marzo de 2024 contra marzo de 2023, cayó un 29,9%.
La primera conclusión es que los niveles de actividad han caído mucho, el EMAE respecto de marzo del 23 cayó un 8,4%, pero cayó brutalmente la industria y la construcción. Eso nos da un escenario de la gravedad de la receta.
Y lo que uno ve, que no se veía, porque inicialmente el empleo no cayó tanto y por eso los indicadores de empleo no dan tan mal, es que en los distintos sectores hay un gran ajuste respecto de los niveles de actividad.
¿Qué ha pasado en Mendoza? No hay mucha información sobre Mendoza, no hay un EMAE para Mendoza, salvo lo que estimamos algunas consultoras, pero para darnos una idea, en marzo el nivel de actividad en Mendoza cayó entre un 4,5 y un 6,5%. Y en el promedio del primer trimestre la caída ha estado entre un 3,4 y un 4%. Podemos decir que es cercano a los niveles nacionales.
Los shoppings, hay datos del mes de enero, cayeron un 20,9%. Los supermercados han caído un 3,6%, no se ve tanto el ajuste en los super aquí en Mendoza; pero sí por ejemplo, se ve de manera muy elocuente la caída en el consumo de combustible.
En promedio, el gasoil que es el que tiene que ver con el transporte de cargas y pasajeros, ha caído un 15,4% en el trimestre y si uno mira marzo contra marzo, la caída del consumo de combustible ha sido de un 27,2% y de nafta súper, que ha caído menos, ya cae en marzo igualmente un 12%.
Y el dato que es importante a nivel nacional es el IPI, el Índice de la Producción Industrial. Ahí lo que se ve es que la caída de las automotrices en la producción de automóviles es del 24% pero en camiones y carrocerías es del 40%.
¡Terrible ese dato porque está vinculado directamente a la producción y a la industria!
Claro, porque recordemos que en la Argentina no tenemos trenes, entonces lo que uno imagina que va a terminar siendo este primer semestre, cuando terminemos de reconstruir todos los datos, es que la caída va a ser muy grande, muy profunda y va a afectar de manera significativa los niveles de empleo, porque ahora es cuando se empieza a ver que las empresas, esperando que tan grande podría ser el proceso recesivo, empezaron a ajustar su personal.
Se vio primero en la construcción, por el parate que hubo en la obra pública, y ahora en las pequeñas y medianas empresas. Hoy estaba hablando con un empresario importante del comercio de Mendoza y me decía que hicieron un ajuste de un tercio de su personal.
¿Entonces, qué nos espera?
Las perspectivas son que no van a generar más empleo, esperando a ver que sucede con los niveles de actividad.
Uno podría deducir rápidamente que los altos niveles de inflación provocaron la recesión, pero hasta diciembre había inflación, llegó a un 12% mensual en algún momento, pero también había gran actividad económica. ¿Se puede explicar porque antes había actividad y ahora no?
En realidad, la recesión no provocó la inflación, sino que la recesión es la herramienta que utilizó el Gobierno nacional (de Milei) para atacar la inflación. Esta ha tenido dos componentes: el primero es monetario, que es el que venía a partir del "plan platita" del gobierno de Sergio Massa, que convengamos, intentó revertir los resultados electorales de esa manera porque ningún candidato, en ningún lado, gana una elección generando recesión más inflación. Lo que trató de hacer Massa fue intentar combatir la recesión al costo de una alta inflación. Pero además del componente monetario, lo segundo que se le suma, es el reacomodamiento de los precios relativos.
¿Qué significa?
Que había precios que estaban atrasados y que había que corregir. Uno de esos precios fue el tipo de cambio, que hubo un overshooting, una devaluación muy fuerte del tipo de cambio, como para tener un colchón de lo que iba a venir después, y luego un reacomodamiento de las tarifas en el combustible, la electricidad y aunque eso lo han parado un poco ahora, va a impactar más adelante.
Entonces, la inflación no está provocada hoy por la recesión, la recesión, lo que está haciendo es contener la demanda para que los componentes de costos, principalmente, impacten lo menos posible en los precios.
Esta fuerte recesión que veíamos recién en los números es la herramienta antiinflacionaria que tiene el Gobierno nacional. La inflación es fruto de los componentes monetarios, pero especialmente en la primera parte del Gobierno, es producto del reacomodamiento de los precios relativos.
¿Cómo provocó el Gobierno la recesión para atacar la inflación?
Primero, haciendo un ajuste brutal del gasto público. Restringió la obra pública y muchos otros gastos, ajustó los salarios que no han subido al ritmo de la inflación. Los típicos instrumentos que tiene cualquier gobierno, que en este caso lo ha hecho de una manera drástica, muy rápida como dice Milei, la más rápida del mundo como dice él, pero evidentemente con consecuencias importantes.
Importantes e inevitables. ¿Qué otra cosa se podía esperar?
Inevitable y, bueno, creo que el presidente Milei hace una cuenta económica y otra política. La cuenta económica es que para derrotar definitivamente la inflación hay que derrotar el déficit. Y la velocidad de esa receta tiene que ver con que él quiere evitar que este sufrimiento sea muy largo. Y, por lo tanto, Milei necesita que en el primer trimestre o semestre de 2025 haya buenos resultados. Esto es, que la inflación sea baja y que haya algún signo de rebote o de recuperación, que es la gran duda.
¿Tiene chances de que eso suceda?
Bueno, economistas como Ricardo Arriazu y el mismo Domingo Cavallo (dos veces ministro de Economía de la Nación) no hablan de una recuperación en V, es decir de un rebote rápido, sino de una recuperación en U, que por lo tanto va a ser más lenta de lo que uno espera. Por otro lado, tampoco se ve ningún motor que sea el motor de la recuperación económica. Y los sectores que pueden tener más expectativas no son los más intensivos en mano de obra. Hablo de minería, energía y algún sector exportador, como el caso del más importante, que no es generador de empleo.
De la industria y la producción, que es generadora de empleo en la Argentina, no hay signos de que en el segundo semestre vayan a tener una recuperación.
¿Si tenemos una recesión tan grande, por qué no se desploman los precios? Es cierto que hay formadores de precios. ¿Es por una manipulación del mercado u otra cosa?
Generalmente la inflación tiene un componente monetario. Cuando hay mucha emisión de dinero eso se traduce en demanda de bienes o en demanda de dólares. Y después tenemos el otro componente, que es el de costos. El dólar se va a precios, al costo de la energía, etcétera, que van impactando en la inflación. Finalmente, hay un componente inercial que está metido en contratos y en ciertas actividades, donde se ha previsto ciertos niveles de inflación y se han incluido en los contratos a término.
Entonces, lo que hay que hacer es desarmar esos componentes. Por ejemplo, el Plan Austral, en el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín, tuvo la tabla del desagio; mientras que el Plan de Convertibilidad, en el gobierno del ex presidente Carlos Menem, prohibió la indexación, siempre para desarmar los componentes inerciales.
¿Cuál es el problema? Que hoy la inflación está bajando, pero la mayoría piensa que en el segundo semestre se va a estabilizar en un 5% mensual, lo cual tiene dos inconvenientes: primero que es muy alta, porque un 5% mensual es equivalente a un 80% anual, y segundo, el tipo de cambio se está ajustando al 2% mensual y eso genera expectativas de que en algún momento el Gobierno nacional va a corregir el tipo de cambio y por eso subió en estos días el dólar blue y eso también termina impactando en los precios.
¿Hay chances que con esta política recesiva que se está aplicando para bajar la inflación empiecen a venir inversiones?
Bueno, es que esto no es un plan de estabilización. Esta era la única herramienta que tenía el Gobierno nacional porque no podía hacer un plan de estabilización sin dólares, ya que generalmente, el ancla nominal es el tipo de cambio. Lo fue en el Plan Austral y en el Plan de Convertibilidad.
Hubo un estudio que hicieron profesores de la UBA (Universidad de Buenos Aires) sobre 46 planes de estabilización que se aplicaron en Latinoamérica, donde solo 12 fueron exitosos y todos estos tuvieron un ancla nominal vinculada al dólar. Para hacer eso hay que tener dólares que nosotros no tenemos.
Porque si el Gobierno fija el precio del tipo de cambio, la gente puede pensar que el precio no es creíble y entonces salen a comprar dólares, ejecutando un ataque especulativo.
Entonces, el Gobierno tiene que tener dólares para poder venderlos al tipo de cambio que quiere fijar porque sino no resiste. Se lo hicieron al ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, en 1991/92, y Cavallo respondió vendiendo todos los dólares que hicieran falta y con eso apagó el incendio que se le venía y fue la primera prueba de fuego de la convertibilidad.
Esto podría suceder con el actual Gobierno a fines de año o principios del año que viene, cuando haya un verdadero plan de estabilización. Ahora contesto la segunda parte de la pregunta.
Claro: si van a venir inversiones o no con todo este esfuerzo.
Con el RIGI, el Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones (que se discute en el Senado), no alcanza. Tiene cosas que son atractivas como la reducción del impuesto a las Ganancias, baja de aranceles, pero como el tema de las inversiones no es un juego de hoy para mañana, la gente necesita tener confianza porque cuando se pone la plata en un negocio que dura 3, 4, 5 o 10 años, o más, como en el caso de la minería, el inversor se va a preguntar si esta situación no será temporal, si no estallará en algún momento y esto, que es ganar confianza, demora mucho.
Lo que estoy diciendo es que no están dadas las condiciones de confianza en Argentina como para que haya una lluvia de inversiones, trayendo de alguna manera la frase del ex presidente Mauricio Macri. Justamente a Macri le pasó eso, no había un grado de confianza en Argentina que lograra atraer inversiones de una manera rápida. Por eso la recuperación no va a ser en V, sino que va a ser en U, y que tan ancha sea esa U va a depender del plafón de confianza que podamos construir.
Hace tiempo, un comerciante mendocino con más de 30 años de experiencia en el comercio, me dijo que de la crisis el país siempre salió con el mercado interno y no con el externo, porque el problema del mercado exportador es que tarda mucho en madurar por este requisito de la confianza.
En realidad, el modelo de Milei es el de una recuperación que viene desde el sector externo y de las inversiones, más que del consumo, entendiendo consumo privado y consumo público, que es el gasto corriente. Ahora, en algún momento, para que esa recuperación económica se instale, lo que se gane por inversión y por sector externo se tiene que traducir en un mejoramiento del ingreso, y por este mejoramiento se va a promover el consumo de una manera más genuina respecto de otros planes que estimulan el consumo de una manera artificial, porque en algún momento estalla.
Pero es una vuelta larga esa.
Bueno, lo que uno cree, o lo que muchos economistas están pensando es que la recuperación se va a demorar. Ahora, como Milei, además de ser ideológicamente muy comprometido con la escuela económica austríaca también ha demostrado cierto grado de pragmatismo, él va a querer ganar las elecciones legislativas del año que viene. Y para ganar esas elecciones va a tener que combinar dos elementos: uno, la baja inflación, que probablemente lo logre o la fije mucho más debajo de lo que fue diciembre del año pasado.
Pero también va a tener que mostrar signos de recuperación económica y probablemente, así como ha congelado las tarifas en invierno y algunas decisiones que está tomando están fuera de su manual, es probable que haya algún elemento para el próximo año que estimule los niveles de actividad. ¿Qué elementos? No lo sé. Pero como sea, Milei tiene que mostrar algo para 2025 porque nadie gana elecciones en el mundo con recesión e inflación.
¿Hay economistas y empresarios que le insisten al Gobierno nacional que tiene que soltar el cepo al dólar? ¿Pueden hacer eso?
¿Qué es el cepo? El cepo es una restricción a la libertad de comprar dólares. Ahora, si el Gobierno no tiene muchos dólares puede venir un ataque especulativo a favor del dólar y en contra del peso y volver a tener inflación. Entonces, para liberar el cepo hay que tener suficientes reservas en dólares y además, desprenderse de los pasivos monetarios, como son las Leliqs y los Pases, y eso todavía no está.
Es decir, que, a corto plazo, y lo ha dicho el mismo Gobierno nacional, todavía no están dadas las condiciones para levantar el cepo. Obviamente que en un mundo ideal es mucho mejor no tener el cepo, para poder importar libremente, para poder recuperar los niveles de actividad, pero bueno, hoy no están dadas las condiciones para sacar el cepo al dólar.
Porque además está el problema de los contrapesos: si el Gobierno sale a comprar dólares, como se necesita pesos para hacerlo, está inyectando grandes cantidades de pesos a la economía.
Claro, cuando el Gobierno, este y cualquier otro, acumula dólares está emitiendo pesos. Eso en economía se llama "La enfermedad holandesa".
¿Cómo sería?
Si resulta que el Gobierno tiene una lluvia de dólares porque descubrió, por ejemplo, un pozo petrolero que da muchos dólares, el Gobierno va a tener inflación, ya sea en dólares si se está dolarizado, o en pesos, si suman a las reservas porque para incorporar esos dólares hay que emitir pesos. Vale decir, de las dos maneras generaría inflación. Eso le pasó a Holanda o Países Bajos, como también se lo conoce, con el descubrimiento de un pozo petrolero muy importante que produjo un proceso inflacionario conocido en la literatura económica como "La enfermedad holandesa".
Bueno, ahí está la lógica de Milei de que la gente con sus dólares saque los pesos del circuito.
Si, bueno, pero lo que va a haber ahora es una competencia de monedas, y como hay pocos pesos, lo que apuesta el Gobierno nacional es avanzar a una precuela de la dolarización a partir de que los argentinos saquen los dólares del colchón.
¿Y eso puede ser una medida que se extienda masivamente en el uso popular o solo para ciertos sectores nomás? Digo, ¿un trabajador va a ir, y va a cambiar pesos por euros o por dólares y se va a manejar con esas monedas normalmente?
Justamente, la competencia de monedas consiste en que se declara moneda de curso legal al dólar, además de al peso, o a un conjunto de monedas extranjeras, de modo que en los contratos que se hacen en el país se pactan en cualquiera de esas monedas habilitadas. Pero, nuevamente, para hacer eso el país tiene que tener una relación estable entre las distintas monedas porque sino se produce lo que se llama "La Ley de Gresham", que implica que la gente va a tratar de desprenderse rápido de los pesos para irse a las otras monedas, con lo cual tendríamos inflación en pesos.
Ahora, si el Gobierno autoriza una competencia de monedas y se puede contratar con cualquiera que esté habilitada. ¿El Estado y los privados van a seguir pagando en pesos? Me da la impresión que sí y que la gran mayoría va a estar en desventaja.
No lo sabemos, porque lo que está diciendo el presidente Milei es que si la gente va a poder pagar los impuestos con dólares, el Estado también va a tener dólares y en cualquier caso, pagar en pesos, en dólares, o en cualquier moneda habilitada es lo mismo. Pero para hacer esto primero hay que tener dólares.
Hago una comparación respecto a la competencia de monedas que no sé si es correcta. En la crisis de 2001, primero desaparecieron los pesos y después los dólares depositados, y ahí aparecieron las cuasimonedas. De estas, primero las Lecop nacionales, que duraron un mes y ya no había porque se atesoraban. Después las provinciales, como nuestro Petrom, que también circuló un mes y desapareció. Al final, la gente se quedó sin nada, quedó cobrando tickets Canasta y del supermercado. Ni la veían a esa canasta de monedas y cuasimonedas dando vueltas.
Claro, y, de hecho, muchos ganaron haciendo negocios con las cuasimonedas, porque el Petrom mendocino, al momento de la devolución, pagaba un 7% anual. Pero yendo a la pregunta, en esa época, en vez de emitir pesos se emitieron otras monedas y si eso no hubiese sucedido la recesión habría sido mucho más grande. Ahí hubo un sistema multimonetario y se podría decir que hubo competencia de monedas, pero en una situación de crisis, cuando se supone que la competencia de monedas es parte de un sistema de estabilidad.
Creo que, para todos, despojándonos de la ideología, porque lo peor que uno puede hacer es analizar la realidad desde la ideología, hay mucha incertidumbre, porque es un presidente muy distinto a lo que hemos tenido en los últimos tiempos. Entonces, una cosa es el personaje y otra cosa es lo que hace y hay que mirar debajo de las aguas si se trata de estrategia, si es un error, aún hasta en los posicionamientos agresivos como contra el presidente español, por ejemplo.
No sabemos bien que hay detrás, si estamos con un loco o con un genio, hay que ver. Pero lo que sí sabemos es que en este momento el costo de actividad, empleo y social es muy alto. Ojalá que todo esto sea para bien.
Ver: Respaldada por Milei, Pettovello denunció al funcionario echado
Ver: Los juegos del hambre, la comida que se vence y las "Barbaritas" que aún lloran