Se cumplen 9 años del gas pimienta en el Boca - River copero

El 14 de mayo del 2015, los jugadores del Millonario fueron atacados cuando salían de la manga de La Bombonera dispuestos a jugar el segundo tiempo. Casi una década de un partido clave.

Se cumplen 9 años del gas pimienta en el Boca - River copero

Editó: Juan Manuel Lucero

 La noche del 14 de mayo del 2015 Boca y River se cruzaban en la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. El escenario era La Bombonera y se esperaba un tenso cruce después de un partido de ida picante y plagado de polémicas.

Luego de una primera ronda perfecta por parte de Boca, que quedó como el mejor primero, y una fase "a los ponchazos" de River, que clasificó con lo justo y gracias a una ayuda de Tigres de México -a la postre subcampeón ante el propio River-, los octavos de final marcaron un momento inolvidable, pero para mal.

En la ida, los dirigidos por Marcelo Gallardo habían vencido a los de Rodolfo Arruabarrena por 1-0, con un gol de penal del uruguayo Carlos Sánchez. El duelo en el Monumental fue duro, disputado y plagado de polémicas. A raíz de esto, se esperaba otro encuentro parejo y memorable.

Minutos antes de la salida de los equipos al césped de Brandsen 805, los hinchas de Boca colgaron una bandera intimidante en la popular xeneize que ya anticipaba un final poco amistoso. "Si nos cagan otra vez, de La Boca no se ba nadie (sic)", rezaba el trapo colgado en el sector que da a Casa Amarilla y que incluía una chicana a la Banda por su paso en el Nacional B.

Cabe recordar que, el año anterior, Boca y River se cruzaron en semifinales de Copa Sudamericana y el Millo se quedó con la llave. En aquel encuentro, Boca pasaba con el empate y sufrió la anulación de un gol válido por parte de Emanuel Gigliotti que le hubiera dado el pase a la final.

Meses después y ya en el marco de la ida de los octavos de final, el defensor Ramiro Funes Mori le había propinado una plancha al volante Pablo Pérez que podría haber ameritado la expulsión

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No obstante, el árbitro Germán Delfino solo lo amonestó y despertó la furia de la hinchada boquense. Algo parecido sucedió con una agresión de Carlos Sánchez a Fernando Gago frente al juez de línea, que el asistente decidió omitir.

La patada de Funes Mori a Pablo Pérez.

Volviendo al partido, los primeros 45 minutos de la vuelta no tuvieron muchas emociones. Apenas un remate de Sebastián Driussi y otro de Daniel Osvaldo resaltaron en una primera mitad en la que Boca tuvo la pelota, pero no supo cómo vencer una férrea defensa dispuesta por parte del equipo de Gallardo.

Sin embargo, el partido solo quedaría en eso. Cuando los jugadores de River salían de la manga para disputar el complemento, fueron rociados por gas pimienta. Las imágenes de Leonardo Ponzio, Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori, Sebastián Driussi y Matías Kranevitter, con los ojos llorosos y enrojecidos por los efectos del gas, recorrieron el mundo en cuestión de horas.

La suspensión del partido y la resolución de Conmebol

En medio de la agresión se pudo ver al presidente de River, Rodolfo D'Onofrio corriendo hacia los jugadores de su institución y pidiendo que se retiren del campo de juego tras la agresión. Casi dos horas después, el árbitro Darío Herrera suspendió el encuentro de manera definitiva.

Los equipos salieron separados de la cancha. Primero, lo hicieron los de la Banda, acompañados por Rodolfo Arruabarrena y protegidos por los escudos de la Policía, bajo una lluvia de silbidos y botellas. Luego, enfilaron hacia los vestuarios los del Xeneize, que previamente saludaron a los hinchas que quedaban en las tribunas.

Darío Herrera, el árbitro de aquel Superclásico.

Horas después, las autoridades de la Conmebol y el comisario deportivo Roger Bello buscaban sin cesar una solución rápida para la vergonzosa situación. Días más tarde, y luego de un pedido de River, la Conmebol tomó una decisión.

River accedió a la siguiente fase y Boca fue descalificado de aquella edición de la Copa Libertadores. Además, tuvo que pagar una multa de 200.000 dólares y cumplir dos partidos de suspensión sin público a nivel internacional.

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