El "mosquito" libertario y minero de Milei vuela y pica en la Legislatura

 La minería es una actividad económica, productiva para el desarrollo de cualquier comunidad organizada. Mendoza tiene estas características fácticas con recursos naturales disponibles para fines industriales y energéticos. 

Pero entre quienes habitamos este espacio desde hace una veintena de años, la minería, divide, diferencia, moviliza, separa y enfrenta a sectores por lo que representa la actividad exatractiva como un factor contaminante, sin control efectivo y por el potencial riesgo que representa para un recurso renovable, pero cada vez más finito como es el agua dulce.

Esta confrontación y tensión social hoy aparece como arrasada por la realidad que nos condiciona, nos apremia y no nos deja vivir proyectando hacia adelante, al contrario lo que abunda es la escasez de dinero lo que lleva al límite el esfuerzo  de vivir en este país estresado, gobernado desde hace 119 días por Javier Gerardo Milei. Eso nos hace vulnerables y el debate por mejorar y desarrollarse ahora quedó en el subsuelo de nuestras ideas debajo las necesidades insatisfechas. De a poco nos volvemos seres básicos con el riesgo que trae que es el subdesarrollo estructural.

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Por eso la minería se convierte en un tema complejo, pero ahora con cierto campo social y político a favor de lograr anuencia institucional dada las carencias socioeconómicas. Eso es lo que se vio esta semana en la Legislatura de Mendoza, escenario inicial de este informe político que tiene como centro un sector conformado por la coalición opositora La Unión Mendocina (LAUM).

En el Parlamento mendocino se encuentran quienes debaten y legislan en nombre de la población. Eso es lo que hicieron institucionalmente en la Cámara de Diputados el miércoles 3 cuando trataron y aprobaron el nuevo Código de Procedimiento Minero (CPM) de la Provincia. Una plataforma necesaria para regir la actividad que el gobierno de Alfredo Cornejo pretende desplegar e incentivar especialmente en sur, en Malargüe donde hay un potencial minero interesante, en especial por las reservas de cobre en territorio cordillerano.

Entonces el CPM es parte del proceso de preparación para atraer inversiones en aquella gran parcela sureña mendocina denominada Distrito Occidental Minero. El rediseño legal es para aplicarse en esa superficie demarcada para la explotación de minerales metalíferos de alta demanda para la industria, en especial la vinculada con la trancisión energética donde el litio y el cobre son los dos minerales más requeridos. Y por coincidencia y por voluntad política es una de las condiciones que el gobierno central pone en su decálogo que quiere sellar con los gobernadores con el Pacto de Mayo .

Para este tiempo todo lo descripto suena como una justificación para que se instale la minería metalífera repudiada por los sectores ambientalistas que blanden la ley 7722 como escudo legal para restringir la actividad y si pueden bloquearla. Puede parecer como un capítulo más para quienes todavía se obstinan en sostener la pulseada: "minería si o no"; o las polémicas más extremas como "agua pura sí, minería contaminante no", propias de una época donde los recursos y la movilidad económica todavía sostenía la vida por estos lares.

En este contexto se votó esta ley en la Cámara de Diputados y fue en el sector del bloque de LAUM  donde el resquebrajamiento se notó. Y se evidenció tanto que solo un integrante de esa facción votó a favor de la reforma minera que propone agilizar los procedimiento de concesiones para exploración y explotación.

Lo que ocurrió es el almácigo de lo que es inevitable desde la mirada política. La separación del bloque del diputado Gustavo Cairo quien fue el único que votó a favor de la ley enviada por el Ejecutivo. Una notable diferencia con la decisión de la conducción del bloque ejercida por el sancarlino y antiminero Jorge Difonso de la Unión Popular, partido fundante de LAUM junto al sector que lidera Omar De Marchi. 

Crisis de convivencia 

Hay pares de Cairo que se preguntan qué hace en ese bloque porque ven la incomodidad del legislaror sanmartiniano y familiar del actual ministro de Defensa nacional Luis Petri. Esta última mención de vinculación filial no es antojadiza porque por afinidad también se extiende a lo político, aunque el legislador no reniega de su relación con De Marchi y avala que el ex candidato a gobernador ahora forme parte del staff de Milei.

 Se completa el cuadro con Cairo cada vez más distante de lo que Difonso impulsa. Por lo que no sería una sorpresa que terminé haciendo un bloque personal y que puede tener alguna adhesión posterior. Pero sería un movimiento clarificador e importante para definir los tantos dentro de Diputados teniendo en cuenta que el oficialismo va buscando adhesiones sino es por personas, que al menos sea por temas a tratar.

Por eso Cairo es un hombre político en tránsito, no habla del tema, no lo verbaliza, pero lo dice con sus gestos, lo expresa con sus votos. A quien también se la nota en ese mismo ambiente de desacomodo es a la diputada Laura Lula Balsells Miró que desde hace tiempo, señalan las fuentes legislatiovas soporta exigencias de ser más intrasigente con el gobierno provincial una linea estratégica motorizada por De Marchi para lograr salir a la superficie nuevamente como referente en Mendoza.

El contagio minero libertario 

Para contextualizar este informe y para no perder el rumbo de la atención en temas centrales como es la salud pública en épocas de desguace estatal, es que ensayamos una analogía con la epidemia del dengue que ya alcanza a Mendoza. 

Sin intención negativa pero para graficar el efecto del contagio político decimos que el mosquito libertario y minero se instaló en la Legislatura impulsado por los vientos liberales que empuja a la dirigencia tradicional argenta.