La Canciller dijo que las relaciones diplomáticas son de los países y no de las personas.
Mondino bajó la tensión a los entredichos de Milei y Petro
La canciller Diana Mondino, habló sobre las disputas diplomáticas que esta semana involucraron a Argentina, Colombia y México, en un intento por disminuir la tensión y evitar escaladas innecesarias en el conflicto originado por declaraciones cruzadas entre los presidentes de dichos países.
En declaraciones realizadas durante una entrevista en el programa "La Ves" de TN, Mondino afirmó que las relaciones entre países son a largo plazo y trascienden las opiniones expresadas por los presidentes en sus cuentas de redes sociales. "No tenemos que confundir el país, la nación, y lo que opinen los presidentes. Las opiniones no afectan las relaciones entre ambos países. No tenemos un tema de Estado, es de personas. Las cuentas (de redes sociales) son personales", señaló la canciller.
La funcionaria argentina buscó distender el conflicto que se había intensificado en las últimas horas, luego de que el gobierno colombiano decidiera retirar a su embajador y solicitar la expulsión de los diplomáticos argentinos.
Ante este escenario, Mondino destacó que Argentina no ha recibido formalmente la comunicación de Colombia sobre el retiro de su embajador ni la solicitud de expulsión de los diplomáticos argentinos, dejando abierta la posibilidad de un eventual diálogo para revertir la situación.
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La canciller también resaltó el enfoque profesional de su trabajo, centrado en la relación comercial y los lazos históricos que unen a Argentina y Colombia, subrayando la importancia de mantener un ambiente propicio para la diplomacia y el entendimiento mutuo.
En cuanto a las declaraciones de los presidentes involucrados, Mondino destacó que el presidente Milei usó el tiempo pasado al referirse al pasado guerrillero de Gustavo Petro, al tiempo que reivindicó que el colombiano sí había participado de la organización terrorista M19.
En su intervención, la canciller reiteró su intención personal de reducir la tensión entre los jefes de Estado, considerando que no es beneficioso para ninguna de las partes involucradas. "No es conducente para nadie", afirmó Mondino.
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