Una vendimia rara, con tercer tiempo entre radicales y peronistas; el porteño traicionado por un intendente mendocino; el destino incierto del reloj de Lencinas; otro problema para Fecovita, y más.
Quincho: una Vendimia rara, el reloj de Lencinas y otro "lío" para Fecovita
Ahí nomás los amigos se pusieron de acuerdo en el grupo de WhatsApp para tomar un café este lunes a media mañana en zona Peatonal; incluso el Ruso pospuso un par de trámites en ATM para reencontrarse con el grupete. Pero rápidamente sobrevinieron los problemas. "Che, esto es un quilombo. Hay 5 médicos y 5 barras con bombo y redoblante. Los espero en el ACA", avisó el Omar, el primero en llegar al café y notar el ruido ambiente frente a la Legislatura, donde seguía la discusión en comisiones de la reforma de salud con la presencia del gremio Ampros, escenario en el que difícilmente podrían hablar y entenderse los camaradas.
Ni bien llegó al nuevo punto de encuentro (el Automóvil Club Argentino), el Dani tuvo una revelación de algo extraordinario, una epifanía, algo que de repente le otorgaba significado a un suceso que lo inquietó siempre. "No lo puedo creer", pensó al mirar el histórico cartel del ACA, y al reunirse con el grupo, en el café, les contó:
-"Por acá anduvieron los uruguayos la noche previa al desastre en la cordillera de 1972. Siempre lo mencionan. ¿Ustedes vieron qué número de estación es esta? ¡La 16! Justo la cantidad de sobrevivientes. Es creer o reventar.
-¡Es verdad! -dijo Ludovico-. En realidad, toda la historia de los uruguayos es creer o reventar. El solo hecho de que un avión caiga en medio de la cordillera y haya sobrevivientes, es un milagro en sí mismo.
-Yo alguna vez hablé con el Carlitos Páez cuando vino a dar una charla a Mendoza -sumó el Flaco Dani- y me contó eso: que hicieron "base" en el ACA y fueron a comer a un restaurante de la zona, que se llamaba Avenida, y cuyo dueño era uruguayo. Se dieron cuenta de eso, cantaron el himno y no les cobró. Comieron gratarola.
-¿Estamos seguros que eran uruguayos? Porque eso es bien argento.
-Jajaja. De una.
-Había también un grupito que pegó onda con tres chicas y fueron a tomar algo a un lugar que se llamaba La Taberna de Padovani. Yo le pregunté a un par de amigos de la época y ninguno tenía idea dónde quedaba.
-Le voy a avisar al Ulpiano Suarez para que se ponga a investigar. Te lo averigua y ahí nomás mete placa recordatoria.
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-Jajajajaja.
(...)
Una Vendimia rara
Ludovico, el del PRO, hizo silencio y no intervino en la conversación inicial de los amigos, que eludían el tema Vendimia. La charla se prolongó hacia tópicos varios, de poco interés, y Ludovico siguió callado. Hasta que el Omar, el radical, largó la risa y se fue al mazo: "Está bien Ludovico, la clavaste al ángulo con tu pronóstico de la reina de Capital".
-¡Se los dije! Es linda, la promocionaron por todos lados y era la representante de Regatas, ¡lo que no era un tema menor! Ahora todo el mundo dice que "estaba cantado", que "está arreglado", pero cuando empezaron a cantar los votos el sábado, parecía que la corona se iba a San Carlos, San Rafael o incluso Rivadavia. Ahí todos se olvidaron de Agostina Primera, menos yo.
-Fue una Vendimia rara -se metió el Flaco Dani, el peronista clásico del grupete-. Poca gente en la Vía Blanca y el Carrusel, un Desayuno de Coviar que arrancó 974 horas tarde, el Almuerzo de Bodegas de Argentina sin transmisión por streaming ni canales de TV, no hubo reclamos, no se hizo el almuerzo de Vila, pocos turistas.
-¡Obvio que iba a haber menos turistas, con la crisis que hay! ¿En dónde vivís? ¿En Narnia? -saltó el Omar, el radical-.
-Ya que te las sabés todas, avisale al Diego Gareca que estamos en crisis, porque esta Vendimia no fue muy austera que digamos... Después sale la Gabriela Testa y dice que genera un movimiento de 8.000 millones de pesos. Puro "tocuén", o como diría Cornejo, "biri biri".
-¿Vos me corrés con que la Vendimia no fue austera? Acordate cuando el Paco trajo a Alejandro Sanz, Fito Páez, Charly García, Romeo Santos, Julieta Venegas... Siempre cuidando la guita ustedes...
-Ponele que la pifió, pero son cosas que se ven. Vos explicame, si querés, por qué para este año contrataron una empresa de Tucumán para hacer las acreditaciones de la prensa. Y así deben haber volado un montón de contratos.
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-¿Cómo una empresa de Tucumán? -se interesó el Ruso, el economista del grupete-.
-Sí. Cultura contrató a una empresa de Tucumán, que se llama Conti Latam, para acreditar a los periodistas.
-Pero existe Google Formularios, es gratis, y con un par de empleados de planta del ministerio lo arreglás. Además, ¿Mendoza no era la nueva "Tierra del Conocimiento"? ¿No hay tres pibes que sepan gestionarse una acreditación a un evento?
-Jajaja. Qué sé yo.
-Quizás pueda ajustarse en algunas cosas, como lo que mencionás, pero la Fiesta de la Vendimia hay que hacerla -retomó el Omar-. No está mal que se inviertan fondos públicos en eso: ¿qué otra cosa más importante a nivel cultural tenemos los mendocinos? La alternativa, a lo Milei, sería penosa.
-Tal cual -coincidió el Dani-. Yo no digo que no hay que hacerla, ni tampoco que tenés que armarla en el Malvinas como hizo el "Mula" Iglesias. Pero no me gusta que se tire manteca al techo...
(...)
El tercer tiempo
Así como en el rugby los rivales se juntan a compartir un "tercer tiempo" después de haberse "matado" 80 minutos adentro de una cancha, en Vendimia pasó algo similar: peronistas y radicales se juntaron luego del Acto Central y dejaron a un lado las diferencias.
-Parece que hubo joda en el Hyatt el sábado a la noche... Bah, en realidad el domingo a la madrugada -relató Ludovico, el del PRO, que tenía varios amigos porteños alojados en el hotel-.
-¿Ah sí? ¿Entre quiénes?
-Después del acto central, el gober, ministros, intendentes y algunos más se fueron para el Hyatt a tomar algo. Había radicales y peronistas. Y entre trago y trago, se esfumaron las diferencias.
-Jajaja. ¿Y qué peronistas había?
-Había algunos. La Flor, el Omar, el Edgardo... No estaba el Matías.
-¿Temas de gestión se hablaron?
-Jajajajajajajaja. ¡No! Estuvieron un rato en el bar que está en el medio del hotel.
-El sábado hubo algunas charlas entre intendentes de diferentes partidos en el Desayuno de la Coviar, sin alcohol de por medio, preocupados por la caída en la coparticipación.
-Sobre eso, el Gobierno va a presentar un proyecto de ley para intentar resolverlo -contó el Omar-. Lo están "puliendo" y lo van a mandar a la Legislatura ni bien el Alfredo vuelva de Toronto.
-¿Toronto? ¿Qué hace Cornejo en Australia?
-¡Toronto queda en Canadá!
-Jajajaja. Es verdad.
-Fue a la feria minera más importante del mundo a mostrarle a todos que Mendoza ya no es antiminera.
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-¡Es verdad! El otro día en el Carrusel no se hizo la marcha antiminera. Y ahora hasta el Partido Verde está a favor.
-¡No está a favor! Terminaron apoyando que Mendoza se integre a la Mesa del Cobre. Pero de ahí a decir que los "verdes" están a favor de la minería...
-¡Es lo mismo! -insistió el Omar-.
(...)
Un porteño "traicionado" por un intendente mendocino
-Che, la estrella de la Vendimia no fue Villarruel, Cornejo, Casado ni Petri. ¡Fue el marido de Pampita! -siguió Ludovico-.
-¿El marido de Pampita?
-Sí, Roberto García Moritán. Todos querían la foto con él. Incluso la Hebe y el Tintura, ¡juntos! A las risas con el ministro de Desarrollo Económico de Jorge Macri en CABA.
-Me contaron que otro funcionario de CABA se calentó con un intendente mendocino por culpa de Moritán -soltó el Omar-.
-¿Cómo?
-Resulta que a fines de enero, el Marcos Calvente, de Guaymallén, fue a Capital Federal para gestionar algunas cosas vinculadas a modernización y convenios de colaboración: ¡todo lo que cualquier intendente busca en Buenos Aires! El que le dio pelota y le abrió las puertas fue César Torres, secretario de Gobierno de CABA. Él le consiguió todo, un crack. Pero al momento de difundir la actividad en redes, Calvente subió una foto con García Moritán, con el que estuvo un ratito.
-Jajajajaja. ¡Un capo!
-Imaginate Torres. Le mandó a decir a Calvente, con alguien del PRO, que la próxima vez que necesite algo que lo llame al marido de Pampita -completó el Omar-.
-Che, ¿ustedes se acuerdan quién es César Torres? -retomó Ludovico-. Es el "Tuta" Torres que en 2009 mandaron a Mendoza para que se haga cargo de la campaña del Nene a concejal de Capital.
-Ahhhhhhhhh. No, no me acuerdo -admitió el Omar-.
-Lo mandó el Jorge Macri, se quedó a vivir en Mendoza durante toda la campaña. Se puso el equipo al hombro, ¡y se le cayó! Se pegaron un golpazo contra las urnas.
-De eso sí me acuerdo. Fue tapa de un diario deportivo porteño: "Chocó con las urnas".
-Podrían haber puesto "volcó con las urnas", era un título más realista.
-Jajajajaja.
-Conclusión: lo banco al Marquitos. Viendo los antecedentes, yo también me sacaría la foto con el marido de Pampita.
(...)
Sacaron el reloj de Lencinas de Casa de Gobierno
-¿Se acuerdan cuando fue noticia que las estaciones de servicio iban a tener que cambiar los carteles para poder poner un precio de tres cifras? Esto fue en febrero de 2021, apenas hace tres años. De repente ya tenemos un precio de cuatro cifras y nadie lo notó -planteó el Ruso-.
-Es verdad. ¿Pero qué tiene que ver con la Vendimia?
-Nada. Sólo me acordé de eso porque estaba mirando el cartel con los precios actuales, por arriba de 1.000. ¿¡Quién diría!?
-Jaja. Bueno. Yo viendo la hora me acordé que el Tadeo mandó a sacar el reloj de Lencinas de su oficina.
-¿Qué?
-Desde hace mucho tiempo, en la oficina de la DGE había un reloj antiquísimo, enorme, que según cuenta la leyenda fue llevado ahí por José Lencinas, cuando fue gobernador. Donde hoy está la DGE, anteriormente era el despacho del gobernador, cuando aún no se ampliaba la Casa de Gobierno. Y cada gobernador iba llevando muebles propios. Y hace unos días, ese reloj apareció en el lobby del exbanco Hipotecario. Y ahí está. Nadie sabe de dónde salió ni la historia que tiene detrás.
-En realidad es un reloj antiguo que nadie sabe de dónde salió -explicó Ludovico-. Se supone que fue de Lencinas, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó a la Casa de Gobierno en su momento.
-Claro, pero por las dudas deberían resguardarlo un poquito...
-También sacaron de la DGE un cuadro de San Martín de Fidel Roig Matons, de la década del '40, que había "rescatado" el Jaime Correas cuando era director general de Escuelas. Lo cruzaron a pie al Memorial de la Bandera.
-Bueno, en ese caso está bien, me parece -opinó el Dani-. Es mejor que esté en un museo para que pueda verlo todo el mundo, que en la oficina de un funcionario.
-Sí. Por ahí deberían haber tomado algún recaudo para moverlo. Pero bueno, ya está.
(...)
Otro problema para Fecovita
El reloj -de los amigos, que sí funciona, a diferencia de la reliquia de Lencinas- avanzó rapidísimo en la última hora y la cercanía con el mediodía genera que el Omar, Ludovico y el Dani amaguen con retirarse. Pero el Ruso, el hombre de los negocios, prometió un último datito que rápidamente genera el interés de sus amigos.
-Se viene otro quilombo para Fecovita.
-Uhhhh. ¿Qué pasó ahora? ¿Cuántos millones de dólares le reclaman?
-No, este quilombo es más "doméstico".
-Bueno, ¡contá pues!
-No sé si se acuerdan, pero desde hace unos 10 años, más o menos, Fecovita explota unos viñedos de la Bodega Antucura y también administra el hotel. El tema es que se le acaba la concesión ahora en abril y ya hay problemas.
-¿Cómo es eso?
- Son ciento y pico de hectáreas que tiene alquilada Fecovita en Vista Flores y en abril se vence el contrato y tienen que devolverlas. Ya en noviembre iban a devolver el hotel, pero nunca se pusieron de acuerdo en las condiciones de "reintegro".
-¿Y de quién es la bodega? ¿Con quién sería el quilombo?
-De una empresaria francesa: Anne-Caroline Biancheri, la exesposa del Gerardo Cartellone, que en su momento construyó el hotel del lugar: una maravilla de ultra lujo. ¡High level! Desde hace unos años, bajo la administración de Fecovita, el hotel pasó a llamarse Casa Estancia Mendoza.
-¡Les encanta tener problemas con los europeos!
-Jajajaja.
(...)
Y así, con la idea de buscar alguna promoción en el hotel de Fecovita por "fin de temporada", los amigos se despidieron hasta dentro de unos días, para seguir compartiendo datos y datitos, cosas y cositas.