El día de recibir la noticia de expulsión, real para los jugadores y falsa para los televidentes, coincidió con el de la prueba para ganar una vivienda. Todo fue asombro, especulación y cansancio.
Gran Hermano: Agostina atendió el teléfono rojo y tuvo que salir de la casa
Los televidentes esperaban que sonara el teléfono rojo para ver quién recibía la noticia de expulsión en la casa de Gran Hermano, el reality de Telefe, mientras el panel del debate y el conductor Santiago del Moro miraban el reloj de cuenta regresiva.
Los "furiosos" en las redes sociales rogaban que Juliana "Furia" saliera rápido del baño, porque sabían que los beneficios eran importantes al atender el teléfono, la salida de la casa le daba a quien atendiera la llamada de Gran Hermano, la posibilidad de ver durante 24 horas todos los movimientos y charlas del resto de los participantes desde otra habitación.
Pero la doble de riesgo cuando sintió el sonido del teléfono rojo sólo grito ¡atiendan!, la más rápida fue Agostina, quien no entendió qué sucedía cuando Gran Hermano le dijo que tenía que abandonar la casa en ese mismo momento, sin valijas ni nada.
La mujer policía salió de la casa sin entender y saludando a sus compañeros, que en un primer momento se mostraron preocupados, pero luego se sentaron a comer mientras hablaban de su salida, especulando si volvía a ingresar o si iba al repechaje.
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Mientras tanto, Agostina, disfrutando de la comida que le dejaron en el SUM pidió ver la casa, ya que era parte de su beneficio, y no paró de centrarse en los dichos de Furia.
Agostina volverá a ingresar a la casa para participar de la segunda parte de la prueba por la casa prefabricada. Todos, menos Rosina que fue sancionada y Emmanuel que abandonó el desafío, tendrán que elegir llaves, de una cantidad de 200, hasta que la puerta de la casa abra y salga el ganador.
Para llegar a esa instancia, los jugadores estuvieron parados, alrededor de la casita armada en el salón de usos múltiples, durante más de 8 horas, sin poder sentarse, ni apoyarse de espaldas, ni comer, ni ir al baño, al punto de que Furia utilizó un pañal que tenía Rosina en la casa y los varones toallitas femeninas, para no moverse del lugar.
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