Las autoridades penitenciarias confirmaron su muerte.
El principal opositor de Putin, el ruso Alekséi Navalny murió en prisión
El líder opositor ruso Alekséi Navalny fue reportado muerto por las autoridades penitenciarias, según informan varias agencias de noticias.
Según dijeron las autoridades carcelarias, Navalny había salido a dar una caminata y luego se desplomo.
Al llegar la ambulancia, los médicos confirmaron su muerte.
Navalny tenía 47 años, y había sido envenenado con un gas nervioso de origen ruso el 20 de agosto de 2020. Fue hospitalizado en Alemania y en enero de 2021 regresó a Rusia donde fue detenido y condenado por supuestamente haber violado una libertad condicional. Desde entonces permanecía en prisión.
Su fallecimiento deja a la oposición rusa, que ha sufrido años de hostigamiento y persecución, sin un líder claro, ya que todos los críticos más destacados de Putin están muertos, encarcelados o en el exilio.
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Navalny, sin duda, representaba la mayor amenaza para el Kremlin. Durante más de una década, lideró protestas nacionales contra las autoridades, desafió a los miembros del establishment ruso postulándose para cargos políticos y estableció una red de oficinas de campaña en todo el país, las cuales han sido desmanteladas desde entonces.
Nacido en 1976 en la pequeña ciudad de Bytyn, cerca de Moscú, Navalny se recibió de abogado y economista, pero se adentró en la política en 2008, cuando fundó su organización contra la corrupción, FBK, tres años más tarde.
El líder oporsitor ganó prominencia como el crítico más acérrimo del Kremlin en Rusia después de liderar una serie de investigaciones de corrupción que involucraban a destacados miembros de la élite rusa.
Su exposición en 2017 del lujoso estilo de vida de Dmitry Medvedev, ex presidente y primer ministro, provocó protestas masivas. Y una investigación sobre un lujoso "palacio secreto" en la costa del Mar Negro de Rusia, supuestamente propiedad de Putin, generó una ola de indignación en todo el país en 2021.
Sus aliados también han sido perseguidos y su fundación contra la corrupción fue declarada una organización extremista, obligándola a cerrar y a la mayoría de su personal clave a huir al extranjero.
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