Alejandro Castro Santander es especialista en Gestión de la Convivencia Social y Escolar. Testimonio de un líder transformador.
"En Argentina, desde los años 60 hasta hoy es toda una caída en picada en cuanto a la educación"
La última vez que estuve en este café fue para hacer una entrevista con Daniel Oldrá, el Gato, que debe estar viviendo horas felices con ese karma llamado Godoy Cruz, el Tomba. Me acuerdo que grabé dos horas, al aire libre, muy macanudamente. Ni bien quise pasar la charla a la computadora oí todos los sonidos de coches, motos, tractores, veleros, algún rezagado del Dakar, posiblemente una flota de aviones en ejercicio táctico y/o estratégico. Oí todo. Oí el mundo, el progreso, el aleteo de una mariposa. Todo. Menos la voz del Gato Oldrá.
Hace unos días vi una película, "Entrenador Carter", interesado por ver a un Samuel Jackson distinto. Y de pronto me di cuenta que la película hablaba sobre educación. Era, como el título de la nota con el Gato Oldrá, la historia de un reclutador de talentos y sus metodologías. Algunas ásperas. Yo no sé el gusto de ustedes en asuntos cinematográficos, pero esta me pareció que podría haber sido filmada en cualquier lugar de Argentina, como mínimo. Está online.
La semana más corta del año tuvo como eje la situación de la educación pública en Mendoza. Que, de algún modo, se resolvió. Por modo deberá entenderse a decretazos, como un ciego abriéndose paso a machete en plena selva misionera. Medio a lo Lencinas José Néstor.
Alejandro Castro Santander es Psicopedagogo Institucional, Licenciado en Gestión Educativa y Especialista en Gestión de la Convivencia Social y Escolar. Y, además, autor de más de una docena de libros, en relación a las dinámicas de convivencia y la violencia en el ámbito escolar.
Vive en Mendoza la mayor parte del año, aunque viaja bastante. Bastante mucho. Conoce realidades educativas desde lo macro a lo ínfimo, al punto que también es docente. Y lo ha sido por más de 20 años en escuelas de nivel medio. Sus libros parecen nacer de simples preguntas que se autoformula y que más tarde desarrolla mediante investigaciones, búsqueda bibliográfica y trabajos de campo.
No pertenece a SUTE y tampoco es espada del Gobierno. Aunque se hace carne del hecho educativo, como se desprenderá en esta entrevista. Puede permitirse opinar, ya que, al fin, es considerado uno de los mayores expertos en bullying (acoso escolar) y mobbing (acoso laboral) de Latinoamérica.
Portada y contratapa de su último libro
- ¿Mendoza es una de las peores del país en estadísticas sobre violencia escolar?
- Sí. En la mayoría de los estudios que hemos realizado estamos muy cerquita de lo que serían los índices de la provincia de Buenos Aires. Y estos serían los niveles de la media internacional. Pero con estos índices no hay que cometer el error de generalizar. Hace 6 años que trabajo como consultor internacional en un Programa de Convivencia en el estado de Querétaro, en México.
- ¿Y cómo mide Querétaro?
- Primero hay que decir que es un Estado que se ubica a 300 kilómetros al norte del DF. Y a diferencia de otras zonas del país se vive tranquilo: hay trabajo, la seguridad en general es buena y es un Estado que crece en forma permanente. Allí medimos 27 mil alumnos el primero, el segundo y el tercer año. Esto arrojó una estadística estable. Y cuando lo comparo con otro estudio similar, hecho en Mendoza, con más de 10 mil alumnos, que la gestión anterior no quiso ver ni usar ni nada, ellos estaban mejor posicionados que nosotros. Y estamos hablando de México.
- ¿Y cuál sería el error de fiarse por esta clase de mediciones?
- Salir del verdadero foco del problema, que para mí pasa por mirarse a uno mismo. Nos hemos encontrado con escuelas vecinas, en la cual una presenta gravísimos problemas y la que está enfrente, o a una cuadra, todo lo contrario, problemas lógicos y normales. Y se trata de escuelas en la misma situación socio-ambiental. Por eso para mí la clave es la gestión. La de tú escuela. Allí está la batalla. Lo que sostengo sobre las escuelas tan próximas y tan diferentes es lo que lleva a pensar en qué fue lo que pasó en la que es exitosa. Y ahí aparece otro elemento importantísimo, que es el liderazgo educativo.
- La educación hoy está en la mira de todos. Allí se refleja la crisis, a la que siempre decimos que es terminal, pero que, al mismo tiempo, avanza en su empeoramiento…
- (Interrumpe) Vos te referis a la falta de calidad.
- Sí, en el sentido que en el año 2000 el nivel educativo de Argentina era mejor que el actual.
- Si nos medimos a nivel internacional, sí. La primera referencia es de la época cuando nos introducimos en el esquema PISA. Y en general, en cualquiera de las evaluaciones internacionales, en comparación, estamos peor o igual. A cambio de eso afirmo que mi escuela secundaria, privada y que se suponía ofrecía mejor educación, es peor en este aspecto a la que hicieron o hacen mis hijos. Hay elementos que se deben cambiar. Nadie lo discute. Yo diría que en Argentina, en general, desde los años 60 hasta hoy es toda una caída en picada en cuanto a la educación.
"Mi escuela secundaria, privada y que se suponía ofrecía mejor educación, es peor, en este aspecto, a la que hicieron y hacen mis hijos"
- Entonces, ¿es más estructural la crisis del sistema?
- Yo creo que en Argentina perdimos el sentido de la educación. Es que el conocimiento dejó de ser un factor gravitante en el ascenso social. Hoy preguntas a los chicos en el secundario por sus expectativas y dicen que quieren terminar la escuela, pero no piensan en la universidad. Saben que dedicándose a otras cosas les puede igual o mejor que terminar una carrera universitaria. Y ahí encontras que muchos de ellos se hacen emprendedores, aún con una formación mínima, básica.
"En Argentina perdimos el sentido de la educación y el conocimiento dejó de ser un factor gravitante en el ascenso social"
- Esa es una falla el sistema educativo.
- Falla el sistema pero también falla el país. Por eso menciono la falta del sentido en la educación. Es imprescindible que resolvamos para qué queremos educar. Por eso cuando uno asiste a tanta deserción del sistema es entendible. La mayoría de las personas que entran a una facultad no la terminan. ¿Por qué es muy exigente? No. Al menos desde mi experiencia como docente y también como padre de universitarios. ¿Dónde están esos jóvenes que abandonan la universidad? En la informalidad del mercado laboral. Pese a esto hay que seguir apostando a la educación porque no sólo se relaciona con el mundo del trabajo, sino con el desarrollo personal, con un proyecto de vida. Una persona que estudia tiene más posibilidades de enfrentar la vida. Es el efecto “fila”: una integrada por varias personas que buscan empleo. ¿Quiénes son los que tienen más chances? Los que poseen más estudios. Y después el otro ejemplo: de cara a las crisis, el que tiene estudios, en vez de caer en picada libre, aterriza en paracaídas, con las ventajas que esto supone en esos escenarios.
"Es imprescindible que resolvamos para qué queremos educar. Por eso cuando uno asiste a tanta deserción del sistema es entendible"
- El rol del docente es clave en estas instancias. En tu opinión, ¿cómo debería ser el docente ideal?
- Necesitamos maestros motivados. Hoy, en cambio, están pinchados.
- Esta conclusión da pie para preguntarte por el celebérrimo “ítem aula”, que tanto malestar causa en la tropa docente.
- Lo que yo planteo es que se trata de una situación real y opino con grandes esfuerzos en busca de ser objetivo. Nos encontramos con un gobierno que recibe una situación no desconocida, dicho de otra manera: con poca plata. Y que debe empezar su gestión con paritarias, en la cual la primera de ellas es la docente. Por otro lado tenemos docentes, más allá de lo vocacional o no, que no pueden empezar su trabajo con incertidumbres acerca de su salario. A veces va mucho más allá de lo económico para meterse con su dignidad. Los docentes necesitan conocer cuáles son las reglas de juego para transitar todo este año escolar. Y es legítimo que quiera saber cuanto es lo que va a cobrar por su tarea. Eso excede a su vocación.
La historia sin fin: "Gobierno sin dinero, docentes que quieren saber lo que van a ganar y los padres, que quieren que los chicos estén en la escuela"
- ¿Por qué a los docentes no le sirve el “ítem aula”?
- No le sirve como se lo presentó. Y ahí se desprende el tema. Con el siguiente escenario: gobierno sin dinero, docentes que quieren saber lo que van a ganar para empezar a jugar y los padres, que quieren que los chicos estén en la escuela. Yo banco al gobernador en su postura de sincerar las cuentas, decir que no hay dinero. Lo asocio a la función de un padre de familia: “este año no tenemos para más que lo indispensable, habrá que ajustarse y colaborar para salir adelante”. Muy distinto a que los traductores de ese mensaje atropellen al resto de la familia y les digan: “Y ahora vamos a dejar de comer la mitad, porque ustedes se la pasan morfando…”. Aquí, en vez de tratarlos con guantes de seda, se ha tratado a los docentes al revés.
- Debo entender que los traductores de Cornejo en este tema se han movido muy mal con el sector.
- Muy mal. Y el primer hecho fue tratarlos de caprichosos…
- (Interrumpo) Estamos hablando de Jaime Correas, a cargo de la Dirección General de Escuelas, sino parece que fuese un fantasma.
- Pongamos nombres (ríe). No sé es solamente él o sus asesores. No tengo idea. Hablo de la gestión y los gestores. “Rechazar el ítem aula es un capricho”, dijo Correas. ¡Caprichoso yo le digo a mi hijo! (risas). Y por otro lado, el discurso de Cornejo, dice una y otra vez: hay que levantar la autoridad del docente, el respeto de la sociedad, de los padres y entre los alumnos. No se entiende bien lo de ser considerado caprichoso con esta última línea. Otro aspecto: identificar al sindicato como si allí estuvieran representados todos los docentes. Todos sabemos que hay muchísimos docentes que no tienen nada que ver con el SUTE. Y que igual rechazan esta iniciativa: analizan su bono de sueldo y no les alcanza. No se puede sostener este mensaje, ante la sociedad, de que todo estamos sindicalizados y que el sindicato habla por todos los maestros de Mendoza.
"Rechazar el ítem aula es un capricho”, dijo Correas. ¡Caprichoso yo le digo a mi hijo! (risas)
"Al ítem aula lo hemos complicado innecesariamente. Y empezó mal, me parece, por una mala forma. Se hizo mal el bien que se pretendía"
- Es una situación de amplio espectro, al decir de un farmacólogo.
- La realidad docente es mucho más compleja, como en cualquiera de los temas de implicancias sociales. Y al ítem aula lo hemos complicado innecesariamente. Y empezó mal, me parece, por una mala forma. Se hizo mal el bien que se pretendía.
- ¿Será que el liderazgo educativo no se establece por quién grita más alto que el otro?
- El que tiene razón no grita. Esto ha tomado un tono de pelea, de lucha, inconducente.
"¿Qué hacen los sindicatos argentinos y latinoamericanos? Lo que hace el SUTE ahora: estar en contra si no obtienen prebendas o beneficios"
- Percibí que la situación era compleja con esos afiches que equiparaban a Cornejo con Hitler. No creo que sea tan condenable la actitud como sí ridícula.
- ¿Qué hacen los sindicatos argentinos y latinoamericanos? Lo que está haciendo el SUTE ahora: estar en contra si no obtienen prebendas o beneficios. Es así: estar en contra.
- El núcleo sindical argentino suele ser tan o más corporativo que la peor multinacional, también hay que decirlo. El comentario trasunta la actualidad.
- Yo he tenido la suerte de trabajar con sindicatos y asociaciones de trabajadores de la educación en España. Y allí el tema salarial es uno más de la labor que desarrollan. Realizan diagnósticos. Ofrecen servicios a la sociedad, a veces incluso fuera de los ámbitos académicos y estudiantiles. También reparé que se preocupan por las condiciones laborales, salud. No es sólo el salario lo que discuten. Sobre la violencia en las escuelas, los mejores estudios y diagnósticos que he visto en mi vida los ha hecho los sindicatos de la educación en España. Por eso digo que es muy distinta esa realidad a la de los sindicatos en Argentina o en el resto de Latinoamérica. Puedo entender la lógica de la organización, pero lo importante es mirar al docente. Por eso tampoco puede ser cualquiera el que gerencie un sistema educativo.
"Puedo entender la lógica del sindicato, pero lo importante es mirar al docente. Por eso tampoco puede ser cualquiera el que gerencie un sistema educativo"
- ¿Por qué?
- Una de las cosas que menos se han tenido en cuenta, más allá del desrespeto y más allá de lo salarial que no cierra, es no darse cuenta que mayoritariamente los docentes son las docentes. En nuestras aulas las mujeres son mayoría. Y no se las puede tratar de cualquier manera. Tiene que haber una seducción inteligente, por lo menos.
- ¿Correas carece de estas características, hasta ahora?
- Yo no se las he visto. Por ahí la orden ha sido seguir con esto a morir. Y él es el funcionario que tiene que llevar a cabo el plan. Quizá podría haber obtenido lo mismo, pero no de la forma que lo ha planteado. Hay que trabajar con ellos. No puedo mirarlos desde la estratósfera. Hasta por empatía, mínima.
"Hay que trabajar con ellos. No puedo mirarlos desde la estratósfera"
- Me sorprende la escasa difusión de estas medidas. Insisto con esto porque así nos privamos de un debate más que necesario. El gobierno tiene medios, canales propios, para explicar su posición. No he visto ni siquiera un spot explicativo sobre los alcances del ítem aula.
- ¿Qué te van a decir? Van a decirte: “Nos cansamos de explicarlo”. Y qué explicaron: el ítem aula 1.0, que hablaba sobre la asistencia perfecta, hasta el 7.0 que fue mutando y terminó siendo un híbrido. ¿Qué van a explicar? ¿Qué empezaron diciendo que era un premio y que eso no se puede colocar nunca dentro de lo salarial? Si es un premio deberían saber que eso va por fuera de lo salarial. Primero arreglemos lo de salario justo y después hablamos de los premios, de los incentivos. Pagame lo justo y ojalá algún día pueda ganarme el premio que ofreces. La forma en que quisieron introducir lo del ítem aula es como si vos le queres dar al perro la pastilla para dormir y como no se la quiere tomar lo que haces es metérsela entre un pedazo de carne. No, no es así. Estamos hablando de docentes y de seres humanos. Y cuando ellos vieron eso lo primero que dijeron fue no nos gusta. ¿Hay docentes chantas? Claro. Y los conocemos. Todos los docentes tenemos al lado a un docente chanta. Personas que no tienen empacho en pedir la recomendación de un psiquíatra para que les extiendan la licencia por enfermedad. Y te dan ganas de decirle: “eso es fraude, sos un delincuente”.
"¿Hay docentes chantas? Claro. Y los conocemos. Todos los docentes trabajamos al lado de un docente chanta"
- ¿Cuál es la experiencia en otros países sobre medidas de este tipo?
- En algunos lo llaman premiación a la excelencia. O reconocimiento a la docencia efectiva. Ninguno está relacionado con lo salarial, sino que se trata de un incentivo o premio, pero que al mismo tiempo tiene un impacto social. En Argentina incluso tenemos el premio Maestro Ilustre. Ignoro si este año se volverá a repetir la experiencia. Cada provincia elige su Maestro Ilustre. Se toman en cuenta aspectos como su desempeño frente a los alumnos, los resultados conseguidos, el compromiso con el sistema, la innovación. En Brasil existe el premio Nota Diez, con la misma característica, aunque la diferencia es que cada instancia se transmite por televisión. Estas acciones lo que hacen es empoderar al docente frente a la sociedad. Es decir, todo lo contrario a lo que sucede en Mendoza. En Colombia está el premio Compartir al Maestro.
- ¿Consideras que es error técnico importante haber colocado el Item Aula dentro de las afectaciones salariales?
- Obvio que sí. Incluso se podría haber modificado o discutido en base a lo que hoy llamamos el presentismo, que ya existe y que hubiera evitado tanto tiempo y energía derrochada. La realidad es que es un rubro que hoy impacta muy poco en el sueldo. Pero esa es la herramienta a mejorar y perfeccionar. Lo que parece desubicado es presentarlo como un premio, como un reconocimiento o, peor, como un regalo.
- Tengo que preguntarte por esa clase de docentes chantas. ¿Qué hacemos con esa franja de trabajadores que en forma permanente sabotea el sistema y además nivela para abajo?
- Descontá esos días en los que falta de su salario justo. Es simple. Y eso también se pacta en paritarias, que es una instancia que se repite 2 veces al año. Este es el mejor resumen para explicar el Item Aula. Vos cobras 10 pesos. La inflación del año se estima en un 30 %. El cálculo es que tu salario tiene que ser de 13 pesos. Pero te dicen: mirá, no, van a cobrar 12. Pero te vamos a dar 11 pesos, dentro del salario, y 1 peso más si no faltas nunca a tu trabajo.
Teorema Suscinto, Item Aula: "Vos cobras 10 pesos. La inflación del año se estima en un 30 %. El cálculo es que tu salario tiene que ser de 13 pesos. Pero te dicen: mirá, no, van a cobrar 12. Pero te vamos a dar 11 pesos, dentro del salario, y 1 peso más si no faltas nunca a tu trabajo"
"El docente de este siglo debe ser un líder, transformador. Más si hablamos de mejorar la calidad educativa"
- ¿Cómo se sale de esta situación? No encuentro sencillo la resolución de este asunto.
- Ahí está el tema que más me preocupa. La autoridad pública. La autoridad es una persona que defiende valores con competencia. En el caso de los docentes, el valor es el conocimiento. Y hablemos del liderazgo que debería tener la Dirección General de Escuelas. Por lo cual va a costar muchísimo remontar la situación. Cuando asesoro instituciones y me plantean que hay que apuntalar el sistema estoy detrás de los docentes para que sean vistos como autoridad. El docente de este siglo debe ser un líder, transformador. Más si hablamos de mejorar la calidad educativa. Y esto puede ser traumático. Y falló el intento de liderazgo por un perfil más autoritario. Las opciones eran dos: caminar con los docentes o cargártelos en la espalda.
- Leyendo artículos tuyos anteriores subrayas que el desafío educativo está en la gestión.
- Sí. Y principalmente la gestión en la convivencia. Son elementos intangibles, no materiales. Hoy, los informes que manda tanto Pisa, en lo internacional, y el Terce, en lo regional, sostienen que el elemento que más influye en la calidad educativa es la calidad en la convivencia. Incluso dan el detalle de cuánto influyen estas herramientas en el aprendizaje de cada materia. Y el que pone esto en la mesa es el directivo. Por eso sostengo que está bien saber lo que dicen los informes, las estadísticas, pero el foco no está allí, sino que está en nuestra escuela. E insisto: no le estamos pegando al problema. Hace una década que venimos diciendo: queremos que los chicos aprendan a hacer cuentas, a leer y escribir. ¿Cuántos años más vamos a repetirlo sin ir de lleno hacia medidas más estratégicas, más inteligentes para revertir la situación? ¿Vamos a esperar a que un gobernador diga, dentro de 10 años, me conformo con alumnos que por lo menos conozcan el abecedario? Nuestras instituciones educativas, de algún modo y según ciertos autores, son instituciones zombies. Y más aún: algunos de ellos colocan en esta categoría a la escuela pero también a la familia. Quieren decir que están muertas pero caminan entre nosotros, parece que funcionan pero no cumplen con ningún objetivo. Es lo que dice el sociólogo Zygmunt Bauman. Y el planteo del libro “Modernidad líquida”.
- Suena interesante y muy explícito lo de la escuela como institución zombi: anda a la deriva, medio perdida, da miedo y produce rechazo…
- (Interrumpe) Y todo funciona: los chicos van a ellas, algunos harán los deberes en la casa, y seguimos haciendo como si realmente funcionara pero todos sabemos que no funciona.
"Otra frase que no es mía sirve para resumir el escenario: “Tenemos escuelas del siglo XIX, con docentes y padres del XX y alumnos del siglo XXI”
- Un panorama de este tipo me describió hace menos de un año Guillermo Jaim Etcheverry en una entrevista como esta.
- Lo que hay que plantearse es para que usamos la inteligencia de nuestros chicos y jóvenes. Y no hablo sólo de la inteligencia práctica, sino de poder arribar a conclusiones, de utilizar lo que aprendiste en una situación similar o más compleja. Hay otra frase que tampoco es mía pero que sirve para resumir el escenario: “tenemos escuelas del siglo XIX, con docentes y padres del XX y alumnos del siglo XXI”. Y las escuelas van perdiendo prestigio a pasos agigantados. No es un problema exclusivo del docente, sino de la comunidad. No estamos haciendo nada innovador para cambiar el paradigma.
- ¿Y de cuáles experiencias podemos aprender? Digo, por tu experiencia en el continente y el contacto con redes educativas tan diferentes.
- Ecuador. El proceso de mejora en la calidad de su sistema educativo es ejemplar. El año pasado se plantó su ministro, en el Congreso Mundial de Educación, que se hizo en Corea, y dijo que iba a hablar de su experiencia. Así contó al detalle lo que están haciendo y les está dando resultados asombrosos. Le dan más importancia al desarrollo personal de los alumnos que al aprendizaje de las matemáticas y las lenguas. Estamos educando para que sean buenas personas. Y habló sobre el desarrollo emocional social. Y junto con eso les dan matemática y lengua. ¿A qué apunta Ecuador? A la construcción de ciudadanía, que es lo que venimos pidiendo hace varias décadas en Argentina.
- ¿Qué hay que decirles a los políticos de este país en el asunto educativo?
- Simple: ¿les importa, más allá del discurso? Si dicen que si hay que preguntarles que entienden por presupuesto en educación. Lo que se usa en sistema de países prolijos es la expresión numérica de los objetivos educativos. ¿Vamos a hablar de calidad educativa? Bien. Asignemos un presupuesto, objetivos. Y si el sistema necesita 3 pesos y tenemos 2 no se puede hacer porque perdemos dinero y tiempo, que quizá podríamos emplearlo en conseguir el peso que falta y encarar un plan educativo profesional. Otra cosa es que hay que olvidarse de mejorar la calidad educativa. Acá debemos plantearnos cómo empezar a tenerla, lo que es diferente.
"Necesitamos directivos y funcionarios creativos, innovadores, movilizadores, que acompañen, que motiven. O sea: líderes transformadores"
- Pese a este panorama, día a día hay una cantidad importante de personas que siguen aprendiendo. ¿Cómo se le explicaría eso a un lunático?
- Porque hay tantos otros docentes y profesores que siguen enseñando bien. No hay magia. Deberíamos entender que más allá de una mala medida, una pésima resolución, diferencias salariales importante entre lo real y lo ideal, cada escuela tiene un proyecto educativo institucional. Por eso necesitamos directivos y funcionarios creativos, innovadores, movilizadores, que acompañen, que motiven. O sea: líderes transformadores.