En la temporada con mayor cantidad de agua en los ríos, falta agua en los barrios. Cuánto tiene que ver la extensa ola de calor. Por qué hay que "proteger" a Potrerillos.
Si nos sobra agua, por qué no nos sube al tanque
El domingo 28 de enero a la siesta hacían 37 grados, el vecino maipucino miraba como sin entender por qué abría el grifo del agua "fría" y nada salía, lo mismo apasaba con el de la "caliente", ya se había consumido el agua del tanque que no se había llenado por falta de "presión". Llamó a sus parientes de Las Heras y la falta de agua fue el motivo de conversación junto con el calor que todo lo hierve, hasta el ánimo de las personas afiebradas y secas de Mendoza. Escenas similares se dieron en Guaymallén, Godoy Cruz y Luján de Cuyo.
Son secuencias repetidas desde el jueves 25 de enero en que comenzó la ola de calor de la que hablamos constantemente, mientras nos ubicamos debajo de una "ducha" de aire frio de un aire acondicionado a 24 grados.
Las contracaras, aunque también sufrientes, fueron y son las familias de San Roque en Maipú que viven a la vera del río Mendoza y cuyas viviendas terminaron inundadas por el aumento del caudal a causa de la mayor cantidad de agua de deshielo liberada, o mejor dicho no retenida por el dique Potrerillos.
Ver: El deshielo provoca aluviones y crecidas que afectan rutas de la provincia
Por eso el título de este texto de observación periodística con tono de planteo, mirando al cielo intentando entender: ¿Por qué si nos sobra agua, no nos sube al tanque?
"De cumplirse el pronóstico, hoy (por ayer miércoles 31 de enero) San Martín (Mza) registrará la ola de calor más extensa de la historia, con 10 días de duración que podrían extenderse a 16 (el martes 6) según el pronóstico extendido. Pulverizaría el récord de 9 días de duración registrado en enero de 2010, 2019 y 2020", posteó el científico investigador mendocino Juan Rivera, doctor en Atmósfera.
Este panorama extremo y expandido en el territorio provincial se acentúa con los informes fatídicos de las muertes de cinco adolescentes durante enero por arrastre del torrente de agua, sin contar con la pérdida de un joven de 20 años que cayó al río trabajando para una empresa de rafting.
Otra imagen contrapuesta son las personas bañándose en sectores donde el agua chocolatosa se enlaguna mientras los grupos rescatistas buscan cuerpos de otras ahogadas. Sale a la superficie la pobreza acalorada que se deslumbra por el río desbordado que rememora viejos cauces antes de la sequía crónica. Esas personas de bajos recursos no entienden de prevención, solo ven el agua para aliviar sus cuerpos caldeados.
Mientras la campaña "Por un verano sin muertos de calor", del Departamento General de Irrigación se seguía escuchando en las radios tratando de concientizar sobre el riesgo de bañarse en cauces riego, pero no dentro del ahora bravo río Mendoza.
Ver: ¿Por qué hay tantos ahogados en los cauces de agua en Mendoza?
"¿Qué pasa ahora? Pasa lo que pasaba en años normales cuando había caudales medios. Es algo extraordinario para la nueva normalidad donde tenemos sequías casi permanente. Este tipo de caudales se daban cuando habían años buenos", explica desde ahace días el titular de Irrigación Sergio Marinelli.
Qué pasa con el río que inunda
"Lo que pasa que con tantos años de sequía han habido avances de población sobre el bajo del río y ahora al volver a los grandes caudales pasa lo que pasa (se inunda esa zona que es ocupada hoy por las viviendas). Por eso estaba determinada la línea de ribera del río, debajo de esa línea de ribera ya es peligroso ubicarse", responde el titular del gobierno del agua sobre la situación de las familias inundadas en el departamento de Maipú cerca en el límite con San Martín, área donde más se siente el calor extremo. Marinelli veladamente, y no tanto, apunta a la falta de planificación de la distribución del suelo por parte de los municipios que han dejado que ese corrimiento de la poblacional avance sobre los cauces secos.
Qué pasa con el dique Potrerillos
Sabemos que el dique Potrerillos en su función de embalsar agua para que actúe como reservorio y regulador del río Mendoza, se mantiene lleno hasta primavera para cuando llega la temporada agrícola que comienza entre agosto y septiembre y en el verano baja notablemente.
Explica Marinelli que es en septiembre cuando se entreaga más agua del embalse de la que ingresa por el rio y es hasta fines de enero con las altas temperaturas cuando más agua ingresa al embalse. "Entonces es en verano cuando es más lo que ingresa y menos lo que se saca y el embalse se vuelve a llenar para la primavera siguiente", detalla Marinelli.
La consecuencia de la intensa y extensa ola de calor es el mayor deshielo en tiempo más corto que el previsto y por ende sube el caudal del río que llena el embalse antes del tiempo previsto. Esa es la secuencia que hace que a través de los dispositivos de descarga del dique se libere agua por el cauce que hasta el año pasado estaba seco. Tanto el descargador en la base del dique (para limpiar el fondo del dique) como por arriba el vertedero (que evita que desborde) ahora descargan agua de modo contante. Así lo explicó, hoy jueves 1 de febrero, el subdelegado de la cuenca del río Mendoza Marcelo Landini en el programa Jornada de 6 a 7 (Radio Jornada 91.9).
"Hace unos meses nos preguntaban porque el embalse Potrerillos estaba tan bajo, nos criticaban diciendo que estábamos en contra del turismo. Estaba todo programado, estábamos haciendo lugar porque seguramente íbamos a tener mucha agua en verano", explicó Landini esta mañana.
Ver: Para regar las fincas de Mendoza se utiliza el equivalente a más de 3 diques Potrerillos por año
El agrimensor repasó los datos de magnitudes del agua regulada. Potrerillos tiene una capacidad de 419 hectómetros cúbicos y para regar todas las supeficies agrícolas y asegurar el agua potable se necesitan "tres Potrerillos".
Entonces, por qué no sube agua al tanque
Entonces sigamos la trazabilidad del agua excedente que corre hacia abajo llega barrosa a la entrada de las plantas potabilizadoras por el arrastre de tierra y piedra que la misma corriente caudalosa transporta. A esa altura se convierte en materia prima turbia para las potabilizadoras de Luján, Maipú y Aysam y no es conveniente para la producción normal de agua potable. Por eso se restringe el ingreso de ese líquido turbio a los establecimientos lo que comienza el retraso de la elaboración del agua apta para el consumo humano.
Es ahí cuando los reservorios alimentadores de las redes acuíferas se despresurizan y pierden "fuerza" y comienza el déficit de agua en las zonas urbanas que no llegan con el suficiente empuje y eso hace que los tanques domiciliarios queden vacíos.
Dada estas circunstancias los cortes de agua se suceden con más frecuencia y nos seguimos preguntando qué hace falta para que no nos quedemos sin agua en nuestras casas. Y quizá la parte de la respuesta esté en una falta de regulación del río antes de Potrerillos. En Irrigación señalan que hace falta un dique "protector" en Uspallata que permita producción energética y que el agua termine siendo conducida hasta Potrerillos limpia y sin limo. Eso estiraría más la vida últil del embalse más empblemático del oasis Norte.
El agua reparadora en el desierto
Landini especifica que previendo este fenómeno de abundancia de agua entonces pensaron en restituir de humedad a los sectores desérticos y que originalmente recibián agua del río que alimentaba la zona lagunera donde se desarrolló la vida humana como es el desierto lavallino.
Landini vaticinó que de persitir estas condiciones de calor se acentuará el deshielo y el río llegará a la Lagunas del Rosario, el río ya llegó a San José y cada hilo de agua en esa zona es una sonrisa de cada persona de las 600 familias que viven el secano criando cabras y haciendo artesanías.
Tanto el funcionario de Irrigación como el intendente lavallino, Edgardo González dieron fe de esta bendición al decir del mismo jefe comunal. Son las disonancias y los efectos de "El niño" la corriente climática que se isntaló en esta parte del planeta donde vivimos.