Aunque durante años se habló de un suicidio, finalmente la justicia dictaminó que fue asesinado y hoy la sociedad sigue sin respuestas de quién lo mató aunque existe la certeza de porqué lo mataron.
A nueve años de la muerte del fiscal se sigue hablando de "nismear"
El lunes 19 de enero de 2015 quedó en la memoria de muchos argentinos por el shock que causó la noticia: el fiscal Alberto Nisman había aparecido muerto en su departamento. Era el fiscal que ese día tenía que presentar las prubas sobre una acusación formal contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Nisman era el fiscal a cargo de la UFI AMIA y llevaba años investigando el atentado que, aun hoy, continúa sin culpables. Cuatro días antes de aparecer muerto dentro del baño de su departamento y con un tiro en la cabeza, Nisman fue invitado al programa A Dos Voces de TN. Allí dijo que el lunes próximo iba a presentar al juez la denuncia formal contra la presidenta por el "Memorándum de Entendimiento" con Irán, que, para el fiscal, marcaba un acuerdo para encubrir a los sospechosos de la voladura de la sede de la mutual judía.
En esa entrevista, Nisman aseguró que estaba siendo espiado y que recibía amenazas, pero insistió en que no lo iban a detener y que tenía todas las pruebas irrefutables para denunciar a la presidenta y a otros funcionarios.
Miles de argentinos vieron esa última entrevista y quedaron expectantes de qué pasaría a la semana siguiente cuando el fiscal entregara las pruebas. Pero el lunes a la mañana todos los medios hablaban de la aparición sin vida del fiscal.
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La investigación de su muerte fue corrompida desde el principio, incluso con funcionarios judiciales y hasta el mismo por entonces ministro de seguridad Sergio Berni, pisando la sangre que había en el departamento, tocando toda la escena sin guantes, tomando café en la cocina y asegurando, desde el minuto uno, que el fiscal se había suicidado.
A lo largo de estos nueve años que hoy se cumplen de la muerte del fiscal (la justicia determinó que había fallecido el domingo 18 de enero), los diversos peritajes que se hicieron terminaron demostrando lo que pensaba todo el país: el fiscal fue asesinado.
A pesar de esta certeza, la causa sigue recabando pruebas de que Nisman no mentía y de que existió una red de complicidad entre la política, espías, informantes, policías, fuerzas armadas y hasta hackers colaborando para enterrar las pruebas de qué pasó en la AMIA y encubrir la responsabilidad iraní.
Y aunque la investigación de quién mató al fiscal no tiene todavía un culpable, en la memoria de los argentinos siempre quedarán más certezas que dudas de que lo mataron porque tenía pruebas contra la presidenta. A tal punto, que en Argentina, desde hace 9 años, nació el verbo "nismear".
La marcha que organizaron otros fiscales y a la que se sumó gran cantidad de ciudadanos
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