En la primera jornada de consultas a ministros y funcionarios sobre los puntos de la Ley Bases y Puntos de Partida, los legisladores, de todos los partidos, mostraron un nivel paupérrimo de educación y conocimiento.
Flojísimos los que "deliberan y gobiernan" a nombre de los ciudadanos
Durante la primera jornada de debate y consulta en comisiones, donde los legisladores exigieron la presencia de los distintos ministros para saldar las dudas que tienen los diputados sobre diversos puntos de la Lay Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, los ciudadanos nos encontramos con un debate impresentable y decadente.
Con picos de hasta 27 mil personas viendo en vivo y por streaming la jornada, algo pocas veces visto antes, la sensación que dejaron las 9 horas de consultas a los tres ministros que fueron a dar cuenta al Congreso de los alcances y objetivos de la Ley, demostraron la paupérrima preparación de los congresistas argentinos.
Se trató más bien de un tsunami de chicanas, reclamos y discursos proselitistas, varios de ellos incluso individualistas donde algunos diputados hablaron desde su militancia e ideología, donde les pareció más importante reafirmar eso que consultar sobre las dudas que podría haber sobre los puntos de la ley y dando por sentado que la ley tiene algún trasfondo oscuro y maligno que va en contra de las estructuras estatales que, según ellos, los representantes, es imprescindible para la vida de los argentinos.
Si la desconexión con la realidad de la situación del país por parte de una gran porción de la clase política viene siendo evidente desde hace años, la jornada de ayer demostró la poca capacidad o nulo interés en realmente trabajar sobre un proyecto de Ley, haciendo conclusiones que demostraron que no sólo no estudiaron previamente el proyecto, sino que tampoco pudieron comprender el verdadero espíritu del mismo, a pesar de que está explicitado en el título del proyecto de Ley.
Preguntas como ¿qué es lo que están buscando con esta Ley? o ¿por qué quieren desmantelar tal o cual estructura del estado que ha dado tan buenos resultados? demuestran que no comprenden el objetivo que La Libertad Avanza planteó desde el principio de su campaña y que fue lo que hizo que Javier Milei resultara el presidente con la mayor cantidad de votos en la historia de las elecciones argentinas. Es decir, la mayoría de los ciudadanos eligió apoyar esas propuestas que no son más que desestatizar para dar libertad de acción a los ciudadanos.
Desde el momento en que los legisladores de la oposición insisten en llamar "Ley ómnibus" a una ley que se titula "Bases y Puntos de Partida para la Libertad", es notorio que no pueden (o no quieren), ver que la mayoría de los argentinos quiere que el Estado se achique y deje de estar a cada paso y en cada rincón de la vida cotidiana. Por eso el proyecto da de baja estructuras que tranquilamente pueden manejar organismos o empresas privadas.
Otro punto que sorprende es que, leyendo el proyecto, que busca desregular para que exista la competencia entre privados, pero la oposición insiste en hablar de "favorecer empresarios".
Es claro que los argentinos votaron un profundo cambio de modelo, y ese cambio se trata de dar de baja la idea del "Estado Presente" que no era para resolver problemas de la ciudadanía sino claramente para crear estructuras y otorgar puestos a dedo pagados con los impuestos que deberían ir a administración, seguridad, educación, salud, defensa y relaciones exteriores, este último para abrirle el camino a los privados para que puedan exportar, importar y también para atraer inversiones.
Por otro lado, fuera de la ceguera de no querer ver que los argentinos piden un cambio de modelo, parece que los legisladores carecen por completo de lo que hoy se conoce como "habilidades blandas" que son: la capacidad de seguir reglas, de respetar al otro, de poder escuchar y responder de manera ordenada, de respetar el tiempo que se da a cada uno para hablar, de seguir la consigna de que se trata de una instancia para hacer preguntas sobre dudas específicas y no para dar opiniones que incluso ¡se aplauden!, como si fuera un acto proselitista o un stand up.
Claro que tenemos entre nuestros representantes, mujeres como Natalia Zaracho, que ciertamente no tuvo las mismas posibilidades de educación que pudo haber tenido algún legislador nacido en un barrio más acomodado, pero que sí debe saber que agarrar a piñas a otra persona en una cancha es un delito, y solo por eso debería ponerse en consideración su participación en el Congreso.
También tenemos legisladores que parecían alumnos que se equivocaron de aula: haciendo preguntas de Ambiente al Ministro de Justicia, o de Economía al Procurador del Tesoro. Durante las últimas seis horas de la jornada de este martes, primaron los gritos, las faltas de respeto, las muestras de desconocimiento sobre los planteos del proyecto, la falta de educación y, sobre todo, la falta de representatividad. Casi ninguno de los legisladores se puso en el lugar que debía estar, que es el trabajo que se le dio y que es representar al pueblo que tiene vedado "deliberar o gobernar sino a través de sus representantes".
Muchos de los que ayer hacían planteos a los intentos de desregular y liberar la actividad y la vida de los argentinos se acostumbraron tanto a dirigir la vida de los ciudadanos, que se olvidaron de que los ciudadanos también tienen libertades. Ahora los ciudadanos están viendo que sus representantes se olvidaron de ellos y los están viendo de cerca.
Y la mayoría de los comentarios demuestran que solo sienten vergüenza del comportamiento de sus representantes. De todas las fuerzas, porque si al que grita no lo calla nadie, si al que falta el respeto, nadie le pone un freno, si nadie les reclama que se comporten, dan todos los mismo. Y los argentinos están cansados.
Compórtense, los están filmando.