Rodrigo y Alejandra González son dos destacados deportistas mendocinos del ámbito del fisicoculturismo. Desde su experiencia personal conocemos el detrás de escena de un mundo donde abundan prejuicios y falta información.
Hermanos fisicoculturistas: verdades y mitos de una actividad que crece
Alimentación, pinturas para el cuerpo, deshidratación, suplementos y algunas otras aristas de un deporte sumamente exigente como es el fisicoculturismo son de las pocas cosas que se conocen sobre esta disciplina.
Pero, ¿qué hay detrás de las personas musculosas a las que vemos posar para las fotos? ¿se dedican plenamente a esto? Vamos a conocer parte de una historia de vida particular, los hermanos Alejandra y Rodrigo González cuentan como arribaron al fisicoculturismo y nos ayudan a derribar algunos mitos.
Para empezar, el circuito de competencia es muy variado en la provincia y está regulado por la AMFIM, que es la Asociación Mendocina de Fisicoculturismo y Musculación. Con federarse en esa asociación y pagar un carnet una vez al año ya se puede acceder a las competencias.
Una vez realizado esto, el deportista puede participar en todos los torneos de orden provincial y también de orden nacional porque Mendoza tiene convenio con otras provincias. "Se hace un itinerario que, por lo general, se entrega a principio de año con las fechas de los torneos provinciales regionales y nacionales y también de algunos internacionales", explicó Rodrigo al Post.
Por ejemplo, Mendoza fue sede de la Copa Mercosur en 2022, 2023 y lo será en 2024. La provincia se ha convertido, poco a poco, en una referencia para la región y muchos fisicoculturistas. "Los niveles son altísimos", detalla este representante mendocino en esos torneos. Este año, la Legislatura distinguió a atletas de esta disciplina y reconoció sus avances.
En cuanto a las categorías de competencia, hay algunas vinculadas al mundo fitness, que son, por decirlo así, cuerpos marcados, pero no "gigantes" como los que a veces se ven en TV. Las categorías de Bikini Fitness o Memphis Hick, por ejemplo, se encuentran en ese rango.
Luego, hay categorías Classic, que son unas categorías intermedias en musculación, esto incluye a la hora de la presentación rutinas con coreografías y diferentes poses. Además, toman una mayor relevancia las piernas.
En tanto que luego vienen las categorías Open. Estas son las de fisicoculturistas que tienen más de 100 kilos de masa muscular. "Son palabras mayores y en Argentina no son muchos los que lo practican. Se requiere casi de tiempo completo dedicarse a eso porque es realmente otro nivel, es otra cosa", puntualizó Rodrigo.
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La historia de los hermanos González
Los hermanos Rodrigo y Alejandra González son oriundos de Godoy Cruz. Sus vidas transcurrieron en el oeste del departamento y recién "de grandes" decidieron dedicarse a esta actividad.
Al tratarse de un deporte no profesionalizado, tanto Rodrigo como su hermana Alejandra se dedican a otras cosas en paralelo a su actividad. Es habitual verlos haciendo sus trabajos y combinando sus rutinas laborales con una estricta vida de gimnasio y esfuerzo. "Creo que no hay otros que sean dos hermanos y se dediquen a esto, al menos no en Mendoza", apuntan.
Rodrigo tiene 36 años y empezó a entrenar a los 20 años. Al principio no lo hacía de forma competitiva, solo se vinculaba a su gusto por el gimnasio. "Muchos años jugué al fútbol, hice actividades de montaña, maratón. Entonces los entrenamientos iban orientados en otra dirección", recuerda.
Y explica que recién desde los 32 años, empezó a entrenar de otra manera. "Todo influye, la alimentación y a la dedicación que uno le pone, la constancia del entrenamiento, de las comidas", apunta.
Además, recuerda que cuando se quiso dedicar a esa disciplina, pese a haber estado entrenado, le tomó un tiempo. "Demoré aproximadamente unos ocho meses para preparar mi primer torneo. Para alguien que empieza de cero, probablemente necesite un año y medio de entrenamiento previo", explica.
Alejandra es la hermana menor de Rodrigo, tiene 33 años y hace exactamente dos años que empezó a entrenar con un objetivo claro: ser fisicoculturista como su hermano. "Después de una preparación previa de un año, empecé a presentarme a los torneos y a los campeonatos. En septiembre del año 2022 exactamente fue el inicio de mi presentación en las competencias de fitness", cuenta.
Los hermanos González tienen una rutina de entrenamiento de dos horas por día durante seis días a la semana, algo sacrificado, pero alcanzable con dedicación y esfuerzo. "A diferencia de lo que muchas personas creen, no hay edad para comenzar con esto. Por supuesto que siempre una persona que se ha mantenido realizando actividades físicas le va a ser mucho más sencillo", explican.
Alejandra cuenta que en torno a la práctica femenina del fisicoculturismo hay mucha desinformación y prejuicios. "Se veía como un deporte que era como muy masculino, por el grado de desarrollo muscular que se lograba era tan grande, voluminoso y vistoso que se lo asociaba a una imagen masculina", relata Alejandra.
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En ese marco, apunta que "las mujeres cuando comenzamos a introducirnos en este deporte y a informarnos bien sobre todo lo que se está viviendo, nos empezamos a dar cuenta de que el desarrollo muscular que se pide a las mujeres puede estar apuntado hacia un cuerpo más alcanzable, por así decirlo".
Ambos hermanos apuntan a que se puede realizar esta disciplina de una forma saludable y sin poner en riesgo el cuerpo. "El entrenamiento que se realiza dirigido a las mujeres está muy adaptado a lo que la mujer naturalmente puede llegar a alcanzar", advierte la entrevistada.
"Las mujeres preocupamos mucho por la salud y la estética, los resultados que se obtienen son verdaderamente muy buenos", explica Alejandra. Mientras que agrega que "empiezan a cambiar los hábitos nutricionales, el sistema inmunológico, el músculo responde de otra manera".
En ese sentido, Alejandra apunta que esta disciplina, más allá de lo competitivo, puede servir para mejorar hábitos personales. "La capacidad que me define como atleta son la paciencia, el esfuerzo, la perseverancia, la disciplina con el entrenamiento, la disciplina con la nutrición", señala.
Ante esto, Rodrigo apunta que "la alimentación cambia mucho, uno cuando aprende cómo actúan las comidas en nuestra vida diaria y sobre todo en los entrenamientos, aprende a comer de determinada manera para incorporar una cantidad de proteínas determinadas o medir los niveles de carbohidratos".
La vida de un fisicoculturista: trabajo y amateurismo
En la Argentina el fisicoculturismo no es profesional como en otras partes del mundo. "Casi nadie en la Argentina, o muy pocos, logra vivir de esto", remarca el deportista. "Es muy difícil actualmente en la Argentina, en cambio en países como España o Estados Unidos, hay otra cultura con ese tema", señala.
Quienes viven del fisicoculturismo en Argentina lo hacen mediante sponsors o como influencers de entrenamiento que monetizan sus interacciones en las redes sociales. "A veces, a través de lo que le pagan las mismas marcas de suplementación pueden llevar un estándar de vida media", remarcó.
Rodrigo cuenta que, fuera de sus horarios de entrenamiento, "trabajo en una distribuidora, hago asesorías nutricionales, vendo suplementos deportivos y actualmente estoy con un proyecto de turismo a la montaña".
Alejandra, también es una atleta "multitask" y realiza distintas actividades aparejadas a su entrenamiento. "realizo baile como actividad extra y hago actividades artísticas como maquillaje, dibujo, realizo manicure y doy clases online".
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Los cambios en el cuerpo y en la vida cotidiana
Respecto a qué tan estricto es, Rodrigo asegura que "nadie nos pone un cuchillo en la panza por decirlo así, nadie nos obliga, y se supone que mientras uno más estricto y más cerrado a los lineamientos de esto es, mejor los resultados uno obtiene".
"Lo que pasa es que todo es tan relativo porque, por supuesto, hay cuerpos que ante el mismo estímulo se comportan de una manera y otros de otra", señala. "A veces salirse un poco del plan tampoco hace mal, porque bueno, si no uno se condiciona mucho con la cabeza", remarca Rodrigo.
Por su parte, Alejandra asegura que "se ve un cambio increíble, no solamente corporal sino como hábito de vida. Invito a todas aquellas personas que quieran lograr un cambio verdaderamente positivo en sus vidas es a practicar este deporte. Realmente es bellísimo", destaca.
Ambos aseguran que el trabajo, la edad y las responsabilidades "no son excusas".
"Están todos empepados", ¿mito o realidad?
Uno de los grandes tabúes de esta disciplina es el consumo de distintos tipos de sustancias que ayudan o potencian el desarrollo muscular. "Con respecto al tema de la suplementación, como le dicen, en realidad no es ningún mito", advierte Rodrigo.
Mientras que aclara, "creo que se hace un tabú sobre todo eso. La realidad es que para lograr determinados niveles de masa muscular que exceden al parámetro normal de las personas, algunas personas complementan con eso".
Sin embargo, apunta que "hay criterios, cada uno sabe y se puede asesorar con especialistas". Mientras que señala que "muchas veces dicen que para lograr resultados extremos hay que hacer cosas extremas. Yo no estoy de acuerdo con eso, nosotros no ponemos en riesgo la salud".
"Se toman muchos suplementos nutricionales que aportan proteínas que aportan aminoácidos o quemadores de grasa que nos ayudan en los momentos de los torneos", agrega el emprendedor y atleta.
"La salud es lo primero", asegura Rodrigo González y aconseja a quienes estén empezando con la actividad "que primero vayan a nutricionistas y comiencen por ahí. Hay que trabajar desde el conocimiento y con especialistas".
Muchos mendocinos y mendocinas se destacan en una actividad que día a día crece y toma mayor notoriedad en la provincia. La historia de estos hermanos marca en parte como es la vida de quienes se dedican a su cuerpo y ponen esfuerzo y dedicación en una disciplina muy exigente que pone a prueba los límites y las capacidades del cuerpo humano.