Los ciudadanos chilenos decidieron por segunda vez votar en contra de la propuesta que buscaba reemplazar su Constitución actual.
Las 3 claves de por qué Chile rechazó, otra vez, cambiar la Constitución
Los chilenos rechazaron este domingo en un plebiscito la propuesta de nueva Constitución elaborada por una asamblea dominada por fuerzas de derecha, con lo que se mantiene en vigor el texto actual que data de la dictadura militar mientras el Gobierno reafirmó que no impulsará un nuevo intento.
La autoridad electoral Servel dijo en su página web que con un 99,65% de las mesas de votación escrutadas, la opción "en contra" se impuso con 55,76% de los votos, mientras que la alternativa "a favor" obtuvo 44,24%.
El resultado del domingo marca el cierre de un ciclo de cuatro años y varias elecciones en el país sudamericano desde que a fines de 2019 los chilenos iniciaron un camino de cambio constitucional como respuesta a grandes movilizaciones sociales contra la desigualdad y el acceso a servicios de calidad.
1. Críticas a los contenidos de la propuesta y al consejo
De acuerdo con los analistas consultados por BBC Mundo, una de las razones que explica el triunfo del "en contra" es que los principales contenidos de la propuesta no reunían acuerdo transversal. Los críticos del documento lo calificaron de "profundamente neoliberal" y afirmaron que no respondía a las principales demandas que surgieron con fuerza en las masivas manifestaciones en 2019, como reformas a los sistemas de salud, educación y pensiones.
Ver: La mayoría de los chilenos rechazó el proyecto de una nueva Constitución
La propuesta privilegiaba un sistema mixto en la provisión de estos servicios. En salud, decía que la ley debía establecer un plan de salud universal, el cual podía ser ofrecido por instituciones estatales y privadas. Algo similar planteaba en el caso de las pensiones, donde el Estado debía garantizar el acceso a prestaciones básicas y universales que podían ser otorgadas a través de "instituciones públicas o privadas".
Y en educación, se acentuaba la "libertad de enseñanza" y el derecho preferente de los padres sobre la educación de sus hijos. Según sus críticos, con lo anterior el texto no aseguraba una mayor participación e implicación del Estado en la provisión de estos servicios, sino todo lo contrario: consolidaba el modelo del "Estado subsidiario" que existe actualmente y que, para muchos, es el responsable de la desigualdad estructural en el país.
También se cuestionaron artículos como el que decía "la ley protege la vida de quien está por nacer" o el que establecía la "objeción de conciencia" pues, para algunos, se podían poner en peligro derechos de las mujeres como la ley de aborto bajo tres causales que rige en Chile desde 2017, o el acceso a la píldora del día después.
2. "Hastío" constitucional y otras prioridades
Chile está cansado del debate constitucional y prácticamente todos los estudios de opinión así lo demuestran, señala BBC Mundo. A solo un mes de la elección, la encuesta Cadem (una de las más reputadas del país) mostró que un tercio de los votantes (32%) estaba "poco o nada" interesado en el proceso. Se habla de "fatiga" o "hastío" constitucional tras estos cuatro años de esfuerzos por cambiar la Carta Magna.
Entre tanto, han pasado cinco elecciones (entre plebiscitos y comicios para elegir a los consejeros a cargo de redactar las propuestas) y el resultado son dos intentos fallidos. "Ya llevamos demasiado tiempo alargando este proceso, perdiendo tiempo en elecciones y con una clase política inepta e incapaz de ponerse de acuerdo", le djo a BBC Mundo Gabriela, una chilena que este domingo votó en contra.
Para Octavio Avendaño, una de las razones de esta falta de interés tiene que ver con el fracaso del primer intento en el cual los chilenos tenían depositadas sus esperanzas. "El proceso sufrió un enorme descrédito y eso generó un efecto nocivo", indica.
Hoy, dicen los expertos, el cambio constitucional ya ni siquiera se ve como una herramienta para salir de la crisis.
"Hay decepción y hay poca fe en que las élites actuales pueden ser capaces de resolver el problema", señala Javier Sajuria a BBC Mundo.
3. "Castigo" a la clase política
Otra de las razones que explica el fracaso de este proceso es que no logró unir a los distintos sectores políticos del país. Lo mismo sucedió con el primer intento, cuando grupos de centro y de derecha insistieron en que se les había marginado. Esta vez, fueron los sectores mayoritariamente de izquierda los que dijeron sentirse excluidos.
Según los analistas, esto llevó a que un alto porcentaje de los votantes marcara la opción "en contra" como un "voto de castigo" hacia la clase política chilena. "Un escenario donde todos hubiesen estado de acuerdo, defendiendo la misma propuesta, evidentemente hubiese sido distinto. Esto fue un castigo por la falta de transversalidad", dijo Isabel Castillo.
En esa línea, este domingo, tras conocerse los resultados, la presidenta del partido socialista, Paulina Vodanovic, indicó que deben ser capaces de reflexionar las razones de por qué no se logró la "tan ansiada unidad". "El país perdió la oportunidad de haber hecho una Constitución en democracia", agregó.
Además, se debe considerar que en Chile -y buena parte del mundo- la aprobación hacia los políticos ha ido disminuyendo considerablemente en los últimos años.