El libertario dijo que el candidato de Unión Por la Patria tosía a propósito. La palabra de un experto en Comunicación No Verbal.
¿Massa tosió para desequilibrar a Milei?: esto dice un experto
Después del debate previo al balotaje, Milei denunció que Massa y su séquito efectuaron una estrategia sucia en su contra: sentaron a dirigentes y colaboradores de Unión Por la Patria, en el auditorio de la UBA dónde se hizo el debate, y se pusieron a toser para distraerlo. También dijo que el propio Ministro de Economía lo hacía cada vez que le tocaba hablar a él.
Al respecto, Milei dijo a Marcelo Longobardi: "La gente de Massa, que estaba próximo a mi atril, se dedicó a toser para desconcentrarme. Estuvo lleno de situaciones irregulares. El plan del equipo era entrar en descalificación de que no tengo el equilibrio emocional para estar a cargo del gobierno. Era la estrategia. A lo largo del debate, Massa me agredió cientos de veces y yo no entré en ninguna de esas provocaciones".
Por su parte, el candidato oficialista retrucó: "La tos no me incomoda. Solo a aquellos que van a escucharse a si mismo les molesta la tos. A mí no me molesta", manifestó.
Hugo Lescano es Director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal y dialogó con el Post respecto a esta denuncia de Milei y lo que reveló los gestos de Massa: ¿un estratega o un catarro en un mal momento?
En concreto dijo que la tos es un reflejo inconsciente, un "recurso paralingüístico", que surge cuando algo nos incomoda. Precisó que Massa tosió cada vez que Milei arremetió con algún punto polémico que lo ponía en duda, aunque evidenció que casi al final del debate, se lo vio al Ministro de Economía tomando una pastilla que podría ser para tratar esta afección.
En cuánto a otras observaciones respecto a la conducta de uno y de otro, detalló que en estas instancias de debates presidenciales, "no gana el que tiene razón" sino el que mejor gestiona sus emociones y ejecuta la estrategia estudiada. Detalló también que a Massa se le nota que trabajó mucho, junto a su equipo, la "sonrisa gardeliana", esa sonrisa de costado que en términos de comunicación no verbal, denota desprecio hacia el otro.
Por otro lado, señaló que, de acuerdo al estilo de cada uno, se invirtieron los roles. En Milei fue evidente el trabajo de coaching para contener sus escaladas de ira que lo llevan a perder el foco. En tanto, Massa que siempre se ha mostrado una estrategia de conciliador y dialoguista tanto en el debate de las generales y durante la campaña, sorprendió con una agresividad verbal sostenida que le dejó poco margen a su oponente para reaccionar.
Ver: Lo mejor y lo peor del debate, según los mendocinos