Para el Financial Times Macri anotó un éxito, pero tiene mucho por hacer
El célebre diario económico Financial Times —uno de los más prestigiosos del mundo— decidió analizar el acuerdo de Mauricio Macri con los holdouts y, de paso, su breve gobierno. El Cronista Comercial hizo una traducción de la nota en cuestión:
Hace tanto tiempo que se esperaba un acuerdo final entre Argentina y sus acreedores holdouts que ahora es difícil creer que haya llegado. El gobierno de Argentina, conducido por el presidente Mauricio Macri, está a punto de poner fin a una reestructuración de deuda una década y media después de lo que entonces fue el mayor default soberano de la historia.
El acuerdo por u$s 4700 millones con los inversores holdouts, encabezados por el fondo neoyorquino Elliott Management, permitirá que la Argentina regrese a los mercados de capitales internacionales. Ese acceso había sido bloqueado por el fallo de un juez de Nueva York que le impedía pagar bonos ya reestructurados mientras se negara a acordar con los holdouts.
El pacto propuesto forma parte de una parte esencial del alentador retorno de la Argentina a la cordura económica bajo la conducción de Macri, quien asumió como presidente en diciembre. Pero el triunfalismo estaría fuera de lugar. Por un lado, los excéntricos fallos de Thomas Griesa, el juez del caso, crean incertidumbre sobre las futuras reestructuraciones. Segundo, los ambiciosos planes de Macri para estabilizar la economía argentina están sujetos a serios riesgos.
Que hayan convencido a los acreedores para que acepten el 75% del valor acumulado de los bonos, en vez de exigir el 100%, se debe en parte a un fallo sorpresivo dictado el mes pasado por el Juez Griesa, que debilitó la posición negociadora de los holdouts diciendo que levantaría la cautelar que impedía el pago a otros acreedores. En un gesto inusual, el juez explícitamente señaló que la elección de Macri, y con ella el inicio de un gobierno argentino preparado para negociar de buena fe, fue fundamental en su decisión.
Eso sólo alimenta sospechas de que la exasperación personal del juez con los últimos gobiernos argentinos jugaron un rol indebidamente considerable en sus fallos. Eso deja en una nube de confusión el importante tema del precedente que deja este caso. El juez Griesa tiene 85 años y expresó su deseo de jubilarse pronto. Todos se preguntan cuánto confiarán los jueces futuros en su propia evaluación sobre la actitud de un gobierno en las negociaciones de deuda. Los fallos del juez Griesa no ayudan a resolver el complicado tema de la reestructuración de bonos soberanos.
Al acordar con los acreedores, junto con la eliminación de los controles de cambio y el retorno de la independencia del banco central, Macri quizás haya despejado el terreno. Pero aún asumiendo que el Congreso argentino aprueba el acuerdo, el presidente todavía tiene que trazar el rumbo atravesando mares picados e impredecibles.
Macri heredó un caos económico, con un gran déficit fiscal y un índice de inflación cercano a 30%. Planea hacer un ajuste fiscal y al mismo tiempo espera un rebote económico que el año próximo genere un crecimiento superior a 4%. Su gobierno también quiere reducir la inflación, pese a la suba de precios provocada por la fuerte depreciación del peso. Parece optimista esperar que logre todo en seguida.
Además, tanto el gobierno federal como las provincias probablemente tengan que recurrir a la emisión de considerable deuda durante el ajuste. Dada la actual naturaleza precaria de los mercados de activos en el mercado emergente, no es sencillo atraer compradores a buenos precios para deuda soberana argentina. El excelente inicio de la presidencia de Macri sugiere que los inversores le darán el beneficio de la duda, pero el ánimo puede cambiar con rapidez.
Los argentinos pueden sentirse ofendidos de que efectivamente se vieron obligados a pagar rescate para volver a los mercados de capitales globales. La combinación del gobierno populista inepto de las anteriores administraciones y de los fallos judiciales arbitrarios provenientes de Nueva York provocó un daño duradero. Macri hizo bien en poner fin al impasse, pero para el país es sólo una etapa de su lento viaje de regreso hacia la normalidad económica.