Narges Mohammadi tiene un rol importante en la lucha por la igualdad en Irán.
Nobel de la Paz fue para una activista iraní condenada a prisión y latigazos
En un emocionante anuncio realizado este viernes, Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Nobel noruego con sede en Oslo, declaró que la activista iraní Narges Mohammadi ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023. Este prestigioso reconocimiento se otorga en reconocimiento a su valiente lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su incansable defensa de los derechos humanos.
Narges Mohammadi, una mujer de 51 años, se ha destacado por su dedicación a la causa de la igualdad y los derechos de las mujeres desde su juventud. Su activismo valiente y su determinación inquebrantable la llevaron a ser arrestada por primera vez en 2011, marcando el comienzo de una batalla continua por la justicia y los derechos fundamentales en Irán.
Sin embargo, la lucha de Mohammadi no se limitó a las celdas de prisión y los tribunales. Después de su liberación bajo fianza, se sumergió en una campaña apasionada y decidida contra el uso de la pena de muerte, trabajando incansablemente para concienciar sobre la cruel práctica y abogar por su abolición.
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La valentía y el compromiso de Narges Mohammadi no pasaron desapercibidos para el Comité Nobel, que ha decidido honrarla con el premio más prestigioso del mundo por su contribución a la paz y los derechos humanos. En el anuncio, Berit Reiss-Andersen declaró: "Este premio es ante todo un reconocimiento al importante trabajo de todo un movimiento en Irán, con su líder indiscutible, Narges Mohammadi".
La presidenta del Comité Nobel también destacó que el impacto de este premio no solo recae en el comité, sino que espera que sirva como un estímulo para el continuo trabajo del movimiento liderado por Mohammadi en Irán y en todo el mundo en la lucha por la igualdad y los derechos humanos.
Este premio otorgado a Narges Mohammadi la convierte en la decimonovena mujer en recibir el Premio Nobel de la Paz y la segunda mujer iraní en lograrlo, después de que la activista de derechos humanos Shirin Ebadi lo ganara en 2003. Es un testimonio de la resiliencia y la determinación de las mujeres iraníes que luchan incansablemente por la justicia y la igualdad en un entorno desafiante.
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