Con el crimen organizado y el narcotráfico, los asesinatos se propagan por todo el país. Los presos tomaron a policías y penitenciarios de rehenes.
Tensión en Ecuador: presos mantienen decenas de rehenes en las cárceles
Grupos de presos de seis cárceles en Ecuador mantienen de rehenes a 57 guardias penitenciarios y policías en protesta por operativos de seguridad de la fuerza pública en las prisiones. La información fue proporcionada por el Sistema Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la entidad encargada de supervisar las cárceles en el país, en medio de una jornada violenta que incluyó el estallido de dos coches bomba en la capital, Quito.
Según el SNAI, siete policías y 50 agentes penitenciarios están retenidos en seis centros de privación de libertad, aunque inicialmente el Ministro de Interior, Juan Zapata, había indicado que todos los guardias estaban retenidos en la prisión de Cuenca, donde los reclusos protestan desde el miércoles por la presión policial.
Las tomas de rehenes responden a operativos para decomiso de objetos prohibidos que son utilizados en hechos violentos entre los reclusos.
La situación se agrava debido a la creciente ola de violencia en Ecuador en los últimos años. En 2022, el país registró la cifra más alta de homicidios intencionales en su historia, con un aumento significativo en asesinatos y matanzas relacionadas con el crimen organizado y el narcotráfico.
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El presidente Guillermo Lasso decretó el estado de excepción en todo el sistema penitenciario en julio, permitiendo la intervención de militares en las prisiones debido a los violentos enfrentamientos entre bandas vinculadas al narcotráfico.
En medio de la incertidumbre y la tensión, se viralizó un video presuntamente grabado desde dentro de la cárcel de Cuenca, en el que los policías y guardias carcelarios retenidos hacen un llamado al Gobierno para encontrar una solución que permita su liberación.
En un contexto relacionado, se registraron dos explosiones de coches bomba en Quito. El primer incidente ocurrió en los exteriores del Ministerio de la Mujer, mientras que el segundo tuvo lugar cerca de una universidad en el centro norte de la ciudad. Estos ataques parecen ser un intento de intimidar al Estado en respuesta a las acciones de las Fuerzas Armadas y la Policía para controlar los centros penitenciarios.
La Policía ha detenido a seis personas sospechosas de estar involucradas en el primer coche bomba, algunas de las cuales tienen antecedentes por delitos graves. Las investigaciones están en curso para identificar a los autores intelectuales detrás de estos actos.