Era "ñoqui" y no lo sabía. Trabajaba para los padres de Claudia Sgró. Declaró ante un fiscal y reveló una trama que espanta.
Habló la mucama que puede meter preso a Lobos
Fue empleada de la Municipalidad de Guaymallén durante cinco años, pero se enteró el mes pasado. Le daban un “subsidio” de 500 pesos pero en realidad tenía un sueldo de casi 10.000 pesos que nunca vio. Y una sola vez tuvo en sus manos la tarjeta de débito con la que cobraba. El testimonio de Laura Fara (41) a través de su caso y el de su hijo de 22 años –también “empleado” de la comuna- revela la metodología de financiamiento ilegal a través de “ñoquis” que habían puesto en marcha Luis Lobos, su esposa y el grupo que les respondía, y confirma con creces lo que este diario publicó en diciembre de 2014, cuando la investigación “Así se enriquece un intendente” se dio a la luz y generó un terremoto político de magnitud. De aquel trabajo surgieron seis denuncias penales y varias administrativas y diversas auditorías y pericias. También la imputación de Lobos por fraude al Estado. A Lobos y su mujer y a varios funcionarios se les investiga desde entonces por enriquecimiento ilícito, lavado, presunta evasión, tráfico de influencias, licitaciones amañadas, y varios delitos más. Al final de aquel camino, el entonces poderoso intendente peronista perdió las elecciones. Fue el día en que los vecinos le ganaron a la corrupción.
Lobos y algunos de sus funcionarios fueron imputados el año pasado por administración fraudulenta en su modalidad de fraude al Estado. Sin embargo, los testimonios de arrepentidos y personas afectadas que van apareciendo podrían poner en evidencia la asociación ilícita y complicar más al ex funcionario, que ahora revista como empleado común aunque en uso de licencia. Igual que su esposa, que lleva más de un mes sin ir a trabajar luego de sufrir una caída en su nueva oficina.
Laura Fara es empleada de los suegros del ex intendente Luis Lobos y padres de Claudia Sgró, y reveló ante el fiscal especial Santiago Garay la trama corrupta que puede meter presos al ex jefe comunal, su esposa y parte de la “cooperativa” política de Guaymallén que saqueó el municipio durante la pasada gestión. El primer dato sobre el testimonio de Fara se conoció a través del periodista Marcelo Arce el fin de semana. Y bajo la noticia de aquella declaración, hay mucho más.
La historia
Laura Fara es desde hace años empleada doméstica de Juan Carlos Sgró (77) y María Elena Fernández (77), padres de Claudia Sgro, la esposa del ex intendente imputado Luis Lobos. Y recibía todos los meses un “subsidio” que la mujer de Lobos le había “tramitado”. Empezó siendo de 500 pesos mensuales, aunque “se lo actualizaban” y en diciembre último fue de cerca de 1.600 pesos. Ese “subsidio” –le dijeron a Laura Fara- era una suerte de “plan social”. La mujer comenzó a ponerse inquieta cuando en noviembre del año pasado, antes de que iniciase la nueva gestión con Marcelino Iglesias (UCR) al frente, la esposa de Lobos le transmitió que había podido “ingresarla a planta permanente” de la Municipalidad, a partir del 23 de noviembre. Lobos aún no estaba imputado por fraude y vivía sus últimas horas de jefe comunal, pero la transición se empezó a notar en el clan Lobos-Sgró. Fara empezó entonces a reportar en Turismo, área a la que fue a dar la propia Claudia Sgró con el cambio de gestión.
La mujer había advertido las quejas de “la señora Claudia” porque le habían bajado el sueldo –cobraba cerca de 30.000 pesos y sin la “mayor dedicación” y otros cargos le redujeron a diez mil- y una carta que recibió uno de sus hijos la decidió a hacer una denuncia. Esa misiva no era otra cosa que una intimación para presentarse a trabajar, porque el chico -que era jardinero de papá y mamá Sgró- era “empleado” de la comuna desde 2014, y la nueva gestión estaba tratando de identificar y ubicar a empleados que cobraban sin aparecer por la municipalidad. Fara se atemorizó y se puso en contacto con “funcionarios de la municipalidad” a través de un amigo. Así se llegó a su primera declaración. Fue en una oficina, con el abogado de la Municipalidad de Guaymallén y personal de RRHH que le responde a Iglesias.
Allí, Laura Fara contó que para recibir el “subsidio social” que le había tramitado Claudia Sgró debió “firmar una serie de papeles” en una oficina de la comuna que no pudo identificar. Tiempo después la llamaron para cobrar un cheque de 3.500 pesos. “Le explicaron que de ese cheque debían cobrar seis personas más, y le dieron 500 pesos” contó una fuente. Más tarde le llegó una tarjeta de débito, y una persona la acompañó a cobrar y le retuvo el plástico, de la sucursal Villa Nueva del Banco Nación. Desde ese día y durante cuatro años, recibió los 500 pesos que le fueron actualizando. Se ve que Lobos y Sgró son ladrones pero con sensibilidad social por la inflación.
En la Municipalidad empezaron a rastrear los datos de Laura Fara y se encontraron con una sorpresa mayúscula. La mujer era empleada municipal desde el 1 de agosto de 2011 y no lo sabía. “En su legajo dice que no había faltado nunca y que jamás había tomado una licencia. Nunca se enfermó ni le pasó nada, pero no firmaba las asistencias y nadie lo hacía por ella. Por diciembre cobraba cerca de 10.000 pesos. Por eso le daban 1.600” dijo una fuente. La municipalidad decidió hacer declarar a Fara en la Unidad Fiscal de Delitos Complejos y se constituyó en querellante en esta nueva causa.
Corría pleno enero y el encargado de tomar la denuncia fue el fiscal Santiago Garay, aunque la causa –a fin de feria- pasó a Juan Manuel Bancalari, el fiscal que reemplazó a Daniel Carniello y se ocupa del Caso Lobos. Como ocurrió con la auditoría del Tribunal de Cuentas y con el alquiler “trucho” de maquinaria, Bancalari decidió hacer una causa aparte con el testimonio de Fara, un criterio un poco extraño porque en algún momento deberá reunir los elementos comunes –muchos- de todas las causas que hay, empezando por la promovida por el FIT y un grupo de abogados y publicada por este diario en la investigación inicial.
(Foto Gentileza: El Sol)
Cuentan que Fara repitió la historia con lujo de detalles, por lo que es inevitable una próxima imputación a Claudia Sgró y Luis Lobos por los casos de ñoquis. Este diario ya reveló el testimonio reservado de un arrepentido que contó una historia parecida. Y en la investigación inicial, alguien contó la metodología. Ese testimonio fue filmado y grabado por este periodista, y la identidad del testigo se mantiene en reserva aunque ya declaró en la fiscalía especial. “Me dijo que iba a cobrar 500 pesos y que iba a recibir la OSEP para mi familia. Ella se llevaba el resto en un sobrecito. Después, cuando me fueron aumentando el sueldo, yo seguía recibiendo los 500 pesos y ella lo demás. Llegué a cobrar cerca de 5.000 pesos, de los que yo me quedaba sólo con 1.000 y la obra social”. Otra fuente dijo que estuvo un largo tiempo como asesor de un organismo provincial al que ni siquiera le conoció el domicilio. Hasta que lo llamaron a cobrar. “Cobré varios meses juntos… y lo entregué todo…” aseguró. Ese testimonio también está registrado.
Un caso más
La semana pasada, otro caso de “ñoquis” puso en alerta a la Municipalidad de Guaymallén, pero en este caso del palo “demócrata” de la cooperativa de beneficios mutuos que varios políticos usufructuaron durante años. Uno de los “empleados” citados por la comuna para responder acerca de su trabajo, confesó directamente que él “cobraba sin trabajar” y que le reportaba al ex concejal demócrata Ariel Rinaldi. Según el testimonio que dio esta persona, también “ñoqui”, Rinaldi le habría retenido su tarjeta de débito. Con el tiempo, y por diferencias seguramente alrededor del dinero, esta persona denunció al banco el extravío de su tarjeta, y le llegó otra con la que comenzó a cobrar por sí mismo. Pero, sin trabajar. Los abogados de la Municipalidad siguen esta denuncia. Es también un testimonio importante.
Ñoquis y cajeros
En el verano 2014-2015, cuando la denuncia contra Lobos y el resto de la banda estaba fresca, el matrimonio Lobos-Sgró pasó unas vacaciones en la Costa Atlántica con un matrimonio amigo. Un testimonio reveló que una persona muy, pero muy parecida, casi idéntica a Claudia Sgró, acompañada de una mujer, comenzó a sacar dinero de un cajero del Banco Nación usando muchas tarjetas de débito, una a continuación de la otra.
Y todas las tarjetas, con la misma clave.
El fiscal Bancalari debería conseguirse esos videos. Deben estar deliciosos.