Confesiones de un votante con 40 años de elecciones encima. Una simulación de alguien que votará por convicción para no defraudar al adolescente que fue y sufragó en el mítico 1983. Proyecciones y temores.
Este voto es mío
¿Qué pasará a partir de mañana lunes 14? Tomando en cuenta lo que ocurrió hace cuatro años luego de las PASO que perdió el oficialismo de ese momento, es de esperar que otro sea el camino de este gobierno Alberto Fernández y no genere una devaluación como la que aplicó Mauricio Macri tras su derrota en las primarias de 2019. Ese es el primer "deseo" que flota en el ambiente y por el escenario actual será "concedido". No habrá una medida económica de alto impacto en ese sentido.
En tanto la realidad, la realidad de la otra "macro", truncó los finales de campaña y sólo Javier Milei, uno de los cuatro contendientes con posibilidades presidenciales reales, pudo concluirla como lo tenía previsto por cerrar su periplo proselitista, un día antes del asesinato en Lanús de la niña Morena a manos de dos hombres "larvas".
Esa es la otra "macro", la violencia social macrocefálica de la Argentina. Estamos en un país que sigue sacudiéndose por las calamidades socioeconómicas del AMBA donde está la mitad de la población del país. Un menú condimentado de violencia. Hechos inhumanos que tragamos en imágenes en multiplataformas, producidos por la droga, en especial en barriadas y asentamientos, donde se sobrevive cada día.
Quincho: Hoy puede ser día de sorpresas, caras largas y miedo en la política
Eso irradian CABA y el Conurbano bonaerense y estremecen a quienes habitamos las provincias que tenemos nuestras propias mochilas de déficits como la misma narcoviolencia, la inseguridad cotidiana que mete miedo, la falta de crecimiento del empleo (en Mendoza hace diez años que no se mueve la aguja en ese sentido) o la crisis de servicios como la falta de agua (por la mala infraestructura). Además de los problemas globales que nos acechan como la sequía (hace una década que la soportamos) y el mismo cambio climático (al que no miramos, pensado que así no nos afectará).
Con todo esto, hoy domingo 13 tendremos que ir a votar para elegir quiénes aspiren al cargo electivo más importante de esta institución llamada República Argentina constituida como tal en 1853.
Los cambistas (macristas) que competirán entre sí, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, junto con el ministro de Economía Sergio Massa (peronista/massista) que se medirá con Juan Grabois (dirigente piquetero peronista/bergogliano), componen el elenco del escenario electoral de presidenciables con chances de concentrar la mayor cantidad de votos en estas PASO 2023.
Lo que escuché, leí y proyecté
Para hacerme eco de lo que he escuchado e intercambiado en esta semana última, previa a la elección, tomo mi primera decisión: asumo el rol individual como prototipo de persona votante urbana de Mendoza. Con franqueza ciudadana, soy una persona no bien predispuesta para este día electoral. Presumo este estado como cierto y común al de mis congéneres. Lo atribuyo al momento que transito junto a los demás, por supuesto que todo está basado en la misma percepción personal, pero también en lo que las mismas encuestadoras revelan de sus estudios cualitativos estadísticos de opinión electoral.
Fue una semana de altos niveles de atención individual y fuertes resonancias por las altas tensiones públicas. Escuchas intensas de especulaciones fundadas y otras deseadas, lecturas de papeles manuscritos con porcentajes de votos proyectados en base a mediciones propias y cálculos geométricos y extrapolaciones de estudios ajenos.
Armo ese mapa en mi cabeza, y ya a una cuadra de la cita de votación, y pienso cómo han defendido sus estimaciones cada quien responsable de sus encuestas en Mendoza. Mejor lo desgloso por nombre y apellido.
• Recuerdo a Elbio Rodríguez esgrimiendo su postulado de votantes: "quien ya decidió a quién votar no cambiará su opción y así lo hará". Por eso para él no será una sorpresa si lee esta noche que el melenudo, quien con su impronta derechosa y rabiosa forzó los tres tercios, queda primero en cantidad de votos y de modo individual en las preferencias.
• Tengo presente a Martha Reale siendo muy cautelosa con sus vaticinios por los grandes márgenes de indecisiones que registra en sus consultas, y al final asintiendo como presunción firme "una muy buena elección" del que tercia discordantemente, aunque depende del grado de participación ciudadana.
• No se me olvida que Roberto Stahriger, monosilábico, lacónico, me comentó que aquí ella le sacará una venta notable al jefe porteño en la interna de JXC (coincidiendo con la mayoría) y que con el rockstar "estarán parejos" a la hora de contar los votos individuales encabezando el conteo.
• La pista de Nicolás González Perejamo, que me dejó hace unas horas suena a determinante: "da la impresión que las reiteradas visitas a Mendoza de la mayoría de los candidatos nacionales, en este último tramo de la campaña, fueron para restarle votos al que solo vino una vez". O sea, entiéndase como al que vino y solo posó para las fotos y no hizo declaraciones a los medios en Mendoza y se floreó en el populoso y siempre "difícil" Barrio La Gloria de Godoy Cruz.
Mi indecisión, mi voto
Entonces, hablando en primera persona hay un proceso introspectivo que uno hace caminando hacia la escuela donde se encuentra la urna. Y pienso que quizá sea éste tiempo uno de los momentos históricos más impopulares para la dirigencia de la política partidaria. Tanto que el formato de partido político se ha ido luyendo, deshilachando, y enmascarándose detrás de los títulos de los frentes electorales con marcas de fantasía como si fueran franquicias (lo son) y que esas denominaciones mutan de acuerdo a la demanda del votante, cada vez más escasa, dicho sea de paso.
Repaso lo que ya hemos expresado, un partido político es hoy una especie de unidad orgánica política utilizada como herramienta administrativa para formalizar y ordenar por dentro a sus corrientes y sectores que lo componen. También y por ese desgaste que traen los años y las frustraciones colectivas, ahora, principalmente existen para establecer alianzas con uno o más facciones con intereses electorales comunes. Estas coaliciones son, en definitiva, organizaciones asociativas de la política partidaria de segundo grado, que han venido para reemplazar a los antiguos partidos. Estas formaciones burocráticas electorales son necesarias para aplicar el método de la votación para elegir a los delegados en ejercer el poder público.
Así ensimismado, con los datos de la mesa y orden de votación en el celular para no perder tiempo, miro con el rabillo algunas personas que se buscan en las planilla del padrón pegada en la pared. Voy llegando al viejo cuarto oscuro, no debo olvidar que para cargos nacionales, presidente y vice y diputados nacionales, se sigue utilizando el sistema de boleta sábana, tan defenestrado por quienes como yo se han quejado de todos los colgados que acceden a cargos agarrados de la lista.
En la antesala, en el transcurso de presentarme ante quienes esperan en la mesa para verificar la identidad, advierto que me enfrentaré a las ocho opciones de precandidaturas, pienso en lo cansador que resulta votar habiendo perdido el sentido del poder mi voto. Por eso recuerdo que fui una de las tantas personas, uno de los tantos homus sufragante que contestó alguna encuesta con fastidio: "no quiero votar, no sé si iré, y si voy a votar, lo único que sé es a quién no voy a votar".
Postdata y la distopia que asoma
Reviso esta descripción, me sigue entusiasmando teorizar en base a la observación y aportar algunas ideas para la mejor comprensión de los actos de interés público. Son mínimas veleidades que este oficio proporciona, sepan disculpar. Pero no puedo dejar de admitir que entiendo cada vez más a mis pares, varones, mujeres y a las personas diversas, que sienten que votar es más un trámite que un sentimiento de ejercicio de derecho ciudadano. Como una reacción inmediata mi espíritu ochentista emerge en mi escenario mental, ese pibe esperanzado de 19 años que debutó votando a Alfonsín en 1983, se levanta y me mira desorientado. Es un autosalvataje en el mar del escepticismo.
Ver: Estos son los precandidatos de las 8 listas que lleva Mendoza como Diputados
Aquel adolescente espectral que fue deslumbrado por la ancestral imagen y la voz de la Negra Sosa cuando regresó del exilio, sigue viviendo en mí para exorcizar los fantasmas de la antipolítica que, curiosamente, pero no casualmente, tiene en Milei su candidato, el político de la derecha más "apto" para este cuadro desértico, postpandémico y presagiando la distopia. Nos seguimos leyendo más tarde.