Muchas personas sienten ganas de ingerir comida dulce y no tan saludable cuando hace frío. Hablamos especialmente chocolate, galletas, golosinas, postres y bueno, todo el buffet.
¿Por qué se antoja comer más dulces en invierno?
Muchas personas sienten ganas de ingerir comida dulce en invierno, especialmente chocolate, galletas, golosinas, postres y bueno, y practimanete todo el buffet.
Según nos informa el Heraldo Saludable, básicamente los alimentos dulces son atractivos para satisfacer las necesidades, tanto fisiológicas como psicológicas, ya que son fuentes rápidas de obtención de glucosa para el cuerpo, considerada el combustible principal de las células.
También existen estos factores:
- La falta de luz del invierno afecta las necesidades de pasar por la confitería. La exposición al sol afecta la producción de vitamina D, que está relacionada con la síntesis de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, haciéndonos sentir placer, alegría y bienestar, como nos explican en La Vanguardia. Al tener un tiempo de exposición a la luz natural es menor, éstos niveles pueden reducirse, causando tristeza, ansiedad o depresión estacional. Emociones que nos hacen caer en lo dulce buscando consuelo y recompensas en forma de azúcar.
- Con el frío el cuerpo gasta más energía para mantener la temperatura corporal, lo que genera mayor demanda de calorías. Los alimentos dulces son una fuente rápida de ¨combustible¨, por lo que resultan una idea directa para satisfacer esa necesidad.
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- La comida para el placer. Culturalmente asociamos los alimentos a un valor emocional, se asocia el invierno con el disfrute de comidas reconfortantes, como sopas, guisos o postres caseros. Creando una sensación de calidez y seguridad, que es cierta. Pero, muchas de estas preparaciones tienen una gran cantidad de azúcar añadido, conservantes y demás agregados, que pueden crear adicción y desequilibrar las hormonas del hambre y la saciedad.
- Las dietas muy estrictas o restrictivas. Debemos observar si tienen un efecto contrario al deseado. Cuando se consume solo un grupo específico de alimentos, y se priva de otros, especialmente de los dulces, puede crear una gran ansiedad por querer comerlos. Además, se baja el nivel de glucosa que tiene en la sangre, esto puede disparar el apetito por querer algo rápido que lo aumente, o sea azúcar.
- Ejercicio físico al aire libre y a la luz del día. Esto contribuye a aliviar el estrés, a mejorar el estado de ánimo y a quemar calorías extra. Además, la luz solar aporta vitamina D y regula el ritmo circadiano del sueño, para dormir mejor.
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