Luego de la humillante derrota sufrida en Mendoza, el vicepresidente y máximo ídolo del Xeneize tomó una decisión con el plantel.
La tajante decisión de Riquelme tras el papelón de Boca ante Godoy Cruz
El vicepresidente de Boca Juniors y máximo ídolo de la historia de la institución, Juan Román Riquelme, en las horas previas a su partido homenaje en La Bombonera, vio por TV en el predio del club en Ezeiza el papelón que hizo el equipo en Mendoza al caer por 4 a 0 ante Godoy Cruz y rápidamente tomó una decisión para intentar cambiar el rumbo.
El dirigente, que en medio de una de las peores crisis futbolísticas de la historia del club está enfocado en la organización de su despedida, no se fue a su casa cuando terminó el partido y se quedó en el centro de entrenamientos de Ezeiza.
Es que ni bien consumada la derrota, decidió esperar por el regreso del equipo desde la provincia cuyana, donde sufrió la novena derrota en el torneo, para encarar a los jugadores personalmente.
Los jugadores llegaron al predio pasadas las 4 de la mañana para retirar sus automóviles y se sorprendieron con la presencia de Román, que los reunió junto al cuerpo técnico para transmitirle su fastidio por la pésima actuación y su estado de alarma por la campaña.
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Riquelme les hizo saber que en el club están muy molestos con lo que está sucediendo, para intentar tocar las fibras más íntimas de un equipo que no muestra ninguna reacción ante las adversidades.
El delantero Darío Benedetto, uno de los más criticados del plantel y reemplazado al comenzar el segundo tiempo, no estuvo en el encuentro con Román porque se marchó directamente a su casa desde el aeropuerto.
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Tras la derrota en el estadio Malvinas Argentinas, Boca quedó duodécimo en la LPF con 28 unidades, ya sin chances matemáticas de pelear por el título cuando todavía restan seis fechas.