Defender la escuela pública de los populistas y otros demagogos

 "La educación es un factor fundamental en la movilidad social. Muchos chicos no tienen límites en sus sueños y a través de una educación de calidad pueden alcanzarlos... ¿Cómo hacemos que la escuela pública salga de esta condición inaceptable para un país que quiere progreso social?"

Paolo Rocca, presidente de Techint, en el festejo de los 10 años de su escuela privada en Campana, provincia de Buenos Aires, que acaba de ser elegida entre las cincuenta mejores del mundo en el World's Best School Prizes 2023 junto a la estatal Domingo F. Sarmiento de Junín, también bonaerense

Si el calendario electoral de este año hubiera sucedido en 2015 los estudiantes mendocinos habrían tenido siete días menos de clases en las comunas que desdoblaron las elecciones municipales y seis en el resto. Hasta ese año se suspendían las clases por "desinfección" el lunes siguiente del comicio. Había varias otras razones para cortar la actividad escolar, como el día de cada departamento, sin olvidar, por supuesto, los numerosos paros. Todas esas jornadas sin estudiar se sumaban al alto ausentismo docente, que rondaba el 20% previo al Item Aula y fue bajado al 5%. En las estadísticas oficiales se "cumplían" los 180 días del calendario. Era lo formal. Pero en la práctica los estudiantes tenían muchos menos días reales de clases. Y era invisible. Sin contar con el alto ausentismo de alumnos, que lleva a un panorama complejo. El fenómeno es incluso anterior a la pandemia y continúa.

Pero Mendoza tomó hace tiempo la decisión de que la educación importara y se adoptaron medidas para revertir los malos resultados. Incluidas acciones para favorecer el presentismo. Cada acción por separado no consigue resultados, pero en conjunto están apuntadas con un sentido claro: que los chicos aprendan.

El punto de partida de un proceso de mejoramiento educativo es el orden. Sobre todo cuando se tiene un sistema cuyo enorme desorden perjudica los aprendizajes. Se puede tomar para ejemplificar una sola de esas acciones de ordenamiento. Hoy en la provincia de Mendoza no se pierden los lunes tras los comicios porque se investigó el tema y se descubrió que la "desinfección" era una limpieza más profunda con más lavandina que se podía hacer los domingos pasada la votación. Por supuesto se concretó con resistencia sindical. Y así se consiguió mejorar, sumada al resto de medidas, la cantidad de días que cada estudiante está efectivamente aprendiendo y cada docente enseñando.

Los mejoramientos en educación son complejos porque no son mecánicos ni inmediatos, con lo cual los planes integrales están a merced de quienes critican cualquiera de sus elementos y con liviandad dicen por ejemplo "pero el Item Aula no mejoró la calidad". ¿Están seguros? Por supuesto que en sí misma ninguna de las acciones trae una mejoría por sí sola. Todas juntas y persistentes en el tiempo adquieren otro sentido.

Por suerte a veces suceden hechos excepcionales como la comunicación de esta semana por parte de un organismo como el Banco Mundial de resultados integrales de las políticas educativas mendocinas. Son un conjunto de acciones y eso queda claro en las conclusiones. No se pueden sintetizar en una medida sino que implican un espíritu, la creación de un clima y de un estado de situación. Con orden y esfuerzo como guías.

Vale la pena ver y escuchar en el video a María José Vargas, economista especialista en temas educativos del Banco Mundial. El organismo ha estado monitoreando la experiencia mendocina iniciada en 2017 con su plan provincial de alfabetización temprana continuado y mejorado hasta hoy. El interesante desgranar algunos de los resultados hallados en la investigación por un organismo internacional de alta calidad técnica para sacar los debates un poco del fango eleccionario y ponerlos en el mediano y largo plazo.

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La especialista empieza su exposición, basada en evidencias, diciendo: "El sistema educativo de Mendoza se comprometió a lograr que sus estudiantes aprendan a leer, y lo está logrando. Con su énfasis en alfabetización y su respuesta a la crisis de aprendizajes, Mendoza tiene mucho que mostrarnos." ¿Qué es eso para mostrar? Fundamentalmente un sistema enfocado en los aprendizajes que ha hecho una serie de acciones para que sus docentes, que son la clave de lo sucedido, a no dudarlo, hayan podido cambiar una tendencia que está afectando al país y a la región, por no ir más lejos, porque la problemática es global. Esa tendencia está marcada por la dificultad de alfabetización que se está comprobando en muchos países. Estados Unidos, por ejemplo, a pesar de su poderío cultural y económico.

El estudio hecho por especialistas del Banco Mundial encontró y sintetizó cinco puntos para destacar en la experiencia mendocina: "1) El retorno a la presencialidad ha estado en línea con las mejores prácticas a nivel global. 2) Diseñó un operativo de evaluación diagnóstica de fluidez lectora que brindó información oportuna y pertinente para conocer el estado de los aprendizajes de cada estudiante. 3) Se priorizaron las habilidades básicas de fluidez lectora que, según muestra amplia evidencia, son clave para el éxito de las trayectorias educativas. 4) Utilizando esta información, se diseñaron e implementaron intervenciones orientadas a aquellos estudiantes que más necesitaban de apoyo para recuperar sus aprendizajes, convirtiéndolo en una herramienta compensatoria equitativa. 5) Las intervenciones implementadas están en línea con la evidencia de intervenciones efectivas, tales como lecciones estructuradas, acompañamiento pedagógico y horas adicionales enfocadas en lectoescritura."

Estos cinco puntos se pueden traducir en algunas claves locales. Un retorno a la presencialidad post pandemia que debería enorgullecer a todos los mendocinos "en línea con las mejores prácticas a nivel global". Es decir entre las mejores del planeta. Y se logró con la decisión política del gobierno provincial de Rodolfo Suarez en oposición clara a la Casa Rosada y por haber contado con la información para llevar esa política a cabo. Buena información del robustecido sistema de salud y del educativo a través del GEM, en sintonía con la gran labor docente durante la pandemia, cuyos principales referentes sostuvieron un sistema en emergencia en funcionamiento. Por eso se retornó a la presencialidad con rapidez y con parte de la tarea realizada. Pero además evaluación para saber cómo le va a cada uno y poder ayudarlo. A eso se refiere con una "herramienta compensatoria equitativa", porque no depende de la pobreza o de la desprotección sino que iguala y contiene. También fue central la priorización de lo principal: la lectura y la comprensión. Porque la evidencia científica muestra que son esenciales para el resto de las actividades educativas. Sin leer y entender un problema de matemática no se lo puede resolver. Y nadie aprende a leer espontáneamente, sino por una acción sostenida de enseñanza y ejercitación.

Al principio de aquel proceso iniciado en 2015 el sindicalismo populista de entonces condenaba la obsesión de la nueva gestión por la alfabetización y sostenía que lo importante era la "adquisición de ciudadanía", no aprender a leer. Traducción: adoctrinamiento de chicos que no entienden lo que leen. La propuesta fue que cada uno entendiera bien, habiendo adquirido en tiempo y forma conciencia fonológica para permitir desarrollar su capacidad de leer y comprender y así poder pensar como se le diera la gana. Dos concepciones.

Una funcionaria del gobierno escolar que conoce como pocos el camino recorrido, con la satisfacción de lo escuchado en la presentación del Banco Mundial, me escribió: "No se han enterado que el 10 de diciembre del 2015 le pusimos play a la educación y que el camino recorrido ha sido difícil. Hoy empieza a mostrar los primeros resultados palpables, pero es un bebé prematuro recién nacido, al que hay que cuidar amorosamente mucho tiempo y eso es tarea de toda la clase dirigente, porque el futuro no es sólo para un candidato, el futuro es para todos".

Esto muestra que hay temas, lo que se llama pomposamente políticas de estado, que deberían estar fuera de la discusión pequeña, tosca, mezquina. La educación debería ser una. Y en las PASO y en lo que se viene la educación ha estado a la cabeza de las discusiones. ¿Discutir el Item Aula como se lo está haciendo es darle la importancia que merece a la educación o es sólo reabrir un debate terminado a ver si se obtienen con penosa demagogia unos votitos más? Ojalá la sociedad sepa leer esto y condene a los oportunistas. Sólo hace falta ver el video consignado en esta página para entender que ahí hay algo a defender y que tiene que ver con una construcción colectiva y compleja. Porque hoy ya hay una Ley de Alfabetización vigente en Mendoza aprobada por unanimidad. Con gran ausentismo docente, como había hasta 2015 y como tiene el resto del país, una política de alfabetización se debilita como se debilita sin libros o sin un buen programa que desarrolle la conciencia fonológica. Los chicos no aprenden solos, aprenden con sus docentes en el aula. Por eso el informe del Banco Mundial sintetiza al final "la receta con muchos ingredientes": "1) Apuesta por la alfabetización inicial desde 2017. 2) Reapertura temprana de escuelas y foco en la asistencia escolar. 3) Sistema de información con datos históricos a nivel de estudiante que facilitó la recolección y análisis de información. 4) Fortalecimiento del sistema de evaluación educativa. 5) Intervenciones basadas en evidencia." Lo más curioso y descorazonador es que los cinco puntos contienen aspectos que fueron cuestionados en su momento por el sindicalismo y por referentes populistas locales y algunos que todavía están en cuestión. Moraleja: una cosa es hablar y decir "hay que", es decir criticar y hacer propuestas, muchas irrealizables, y otra muy distinta es gestionar y obtener resultados con la gestión.

Vale dejar para los lectores curiosos ver el video completo con el informe del Banco Mundial y con las muy pertinentes explicaciones de los funcionarios de DGE, encabezados por José Thomas. Pero es interesante reproducir aquí las "Cinco lecciones que nos deja esta experiencia": "1) La importancia de la reapertura y la presencialidad: el aprendizaje sucede en las escuelas y en el aula. 2) La alfabetización es un problema que trasciende el nivel primario y hay que evitar que persista a lo largo de la trayectoria escolar. 3) La evaluación formativa oportuna es una herramienta para no volar a ciegas. 4) La evaluación formativa puede ser un insumo para orientar políticas efectivas y equitativas. 5) Los resultados de aprendizaje pueden modificarse en el corto plazo, aún en un contexto adverso y con recursos limitados."

Si el aprendizaje sucede en el aula, hay que tener mucho cuidado con lo que se hace con el presentismo de alumnos y de docentes. La evaluación (que los populistas rechazaban y rechazan por estigmatizar, según ellos) formativa, es decir la que se hace mientras se enseña y se aprende para ir ajustando e ir cambiando estrategias, es esencial para no avanzar sin rumbo y sirve para diseñar políticas públicas. Y lo más importante y alentador, buenas políticas pueden mejorar la situación en el corto plazo, aún en contextos adversos y con recursos limitados. Sólo si se actúa con consistencia y con decisión y coraje, sin recular frente a los zapateos. No con ocurrencias y oportunismos electorales. Por eso es que los resultados de la presentación que los lectores pueden ver desmiente esa idea de que Mendoza está detenida y que todo está mal.

Hasta hoy ninguno de los candidatos a gobernar la provincia se ha expresado sobre el informe del Banco Mundial de la política alfabetizadora mendocina. Ojalá si lo hacen pongan la misma vehemencia en el elogio que usan para las críticas. Será un gran aliento para los docentes que dicen defender. Desde afuera nos han venido a advertir, con evidencias y resultados, que lo hecho en Mendoza ha funcionado bien.