Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina, dijo que todavía se desconocen muchos detalles de la medida que entró en vigencia este lunes. "Si la devaluación del dólar oficial se acelera, los $300 quedarán cortos", advirtió.
El sector vitivinícola pedirá un "Dólar Agro" más alto y por más tiempo
Desde este lunes, el Gobierno nacional implementa el denominado dólar agro, con el objetivo de comenzar a acumular divisas con las ventas de soja como motor y revertir el saldo negativo del Banco Central.
Contempla un tipo de cambio diferencial de $300 para la oleaginosa y tiene como meta principal que ingresen unos u$s5.000 millones en apenas 45 días. Pero la proyección oficial indica, además, que se liquidarían, hasta fines de agosto, otros u$s4.000 millones provenientes de las economías regionales.
En el programa Te digo lo que pienso que conduce Ricardo Montacuto por radio Nihuil, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola, analizó el dólar agro y dijo que "si uno se pregunta, si es mejor un dólar a 300 que uno a 210, la respuesta es sí. ¿Es mejor 5 meses que 3 meses? La respuesta es sí. La problemática se presenta cuando esto lo encuadrás en la realidad de las empresas".
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"Obviamente, las empresas más grandes, o las que exportan más o las que tengan mayor rotación, es probable que entren en una ventana positiva porque los 300 pesos son fijos. Pero, en la medida en que te demoren en el pago, es decir, en las condiciones habituales, el dólar oficial va a ir alcanzando al de 300 que es fijo, con lo cual, es como un cono acostado; al principio va a ser bueno, pero va a ir achicándose", explicó.
"Para una empresa más chica, que tiene que hacer un envío y que cobra a 60, 90 o más, cuando llegue, va a tener una diferencia entre el oficial y este dólar, que o sabemos cuál va a ser porque no sabemos cuál va a ser el ritmo de devaluación. Pero, por otro lado, se tiene que inscribir, entendemos que en la página de la AFIP, individualmente, cualquiera sea el tipo de vino que vende e inscribirse en precios justos. Esto implica que admiten el 3,2% de aumenta; la inflación va a ser del 7%, pero cuando ese 3,2% lo bajas por toda la cadena, en la práctica es como un congelamiento de precios por ese período. Todo depende de la empresa. Hay empresas que tienen mucho mercado interno y no les conviene mucho", afirmó.
Villanueva estima que falta negociación porque todo el nivel de detalles es grande. "Para colmo han cambiado algunas normas que todavía no hemos estudiado sobre el tema importaciones y que influyen en el precio de los insumos, que salieron esta mañana, con lo cual, me parece que se necesita una dosis de renegociación, para ver que realmente sea práctico".
"Creo que esto se hizo básicamente para la pampa húmeda, o para las economías regionales, como por ejemplo la del maní, que a lo mejor tienen mercadería para vender, la meten en la ventana y rápidamente la cobras. Lo nuestro (vino) no se hizo específicamente. Es un traje que venía armado de antes; a veces nos queda grande y otras nos queda chico. Entonces, hay que seguir renegociando".
Respecto de la renegociación, el referente dijo que intentarán conseguir un dólar más alto y también que se extienda este tipo de cambio especial en el tiempo. "Lo que se pidió originalmente era que este dólar agro durara hasta el final del mandato de este gobierno, es decir hasta diciembre, que fuera una ventana amplia. Todo depende de las circunstancias del país porque si la devaluación del dólar oficial se acelera, los $300 quedarán cortos. Yo creo que debería ser una especie de negociación permanente, porque mucha gente pregunta si esto va a beneficiar al productor, y yo creo que no. Va a mejorar la posición de quienes exportan, porque los precios de la uva ya se jugaron con la cosecha. Va a mejorar una situación muy complicada, pero cuando ves los números de despachos de exportaciones, te das cuenta de que venimos para atrás hace bastante tiempo".
Por último, Sergio Villanueva señaló que "cuando se tiene el dólar oficial atrasado, con las categorías de mayor volumen y más competitividad, te quedás afuera y la industria se refugia en precios más altos; pero también es como una limusina, no caben todos. Entonces, el proceso de estancamiento de las exportaciones vitivinícolas argentinas viene desde hace una década. En 2021, empezó a mejorar y parecía que el pico iba para arriba pero se volvió a atrasar el tipo de cambio en año eleccionario y ahora estamos viviendo las consecuencias. Obviamente que algunos de esos números están influenciados por situaciones como el granel, que a veces sale mucho y a veces poco, pero si se mira el más estable, que es el fraccionado, hemos venido mejorando en precio, pero cayendo en volumen".
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