El arquero de la selección nacional fue el encargado de la reanimación cuando se habían paralizado todos los corazones. Y Argentina va.
Argentina, con el corazón en las manos (del Dibu Martínez)
No hay caso. Nacimos para sufrir. La selección argentina logró este viernes el tan ansiado pase a semifinales del Mundial Qatar 2022 en un partido en el que dominó claramente a Países Bajos y cuando parecía que se quedaba con la clasificación de manera holgada, otra vez terminó sufriendo de más, con una definición infartante que incluyó los penales, y allí apareció una vez más el arquero nacional para hacerse gigante bajo los tres palos.
Lionel Scaloni decidió cambiar el esquema y apostar a una línea de cinco defensores, y lejos de ser defensivo, Argentina fue el que más atacó y el que dominó a lo largo de todo el partido, dándole una paliza táctica a Louis Van Gaal, quien se atrevió a decir que la Albiceleste cuando no tenía la pelota jugaba con uno menos, criticando el rol defensivo de Lionel Messi.
A falta de 17 minutos para el final del partido, el número 10 marcó de penal el 2 a 0 y Argentina se encaminaba hacia las semifinales con holgura y con la tranquilidad que no había tenido en todo el Mundial, porque comenzó el torneo perdiendo y luego tuvo que jugar cada encuentro como una final, con el riesgo de la eliminación temprana siempre latente.
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Pero, si no se sufre, no vale. A falta de 7 minutos, Wout Weghorst descontó y le puso dramatismo al final, pero incluso ese descuento no dio la sensación de que a Argentina se le podría escapar la victoria sobre Países Bajos.
Sin embargo, el árbitro Antonio Mateu Lahoz jugó su partido. Tuvo un rendimiento pésimo, cobrando todas las divididas para los neerlandeses, y le puso la frutilla del postre a su actuación adicionando, sin ninguna razón lógica, 10 minutos.
Y justo en el último minuto, llegó el empate de Weghorst, el que paralizó los corazones de todos los argentinos, que veíamos cómo de manera insólita se nos podía escapar la clasificación que, apenas segundos antes, teníamos abrochada.
El alargue fue todo de Argentina, sobre todo el segundo tiempo, en el que incluso pegó un pelotazo en el palo, y llegaron los penales. Los grupos de WhatsApp explotaron: "No doy más", "me voy a infartar", "me muero", fueron algunos de los mensajes que empezamos a recibir todos antes de la definición desde los 12 pasos.
Pero allí apareció él. El Dibu. Damián Emiliano Martínez Romero. Sí, Romero, como aquél "Chiquito" que se hizo gigante hace ocho años precisamente contra el mismo rival, en semifinales de Brasil 2014, para tapar dos disparos y ser la figura de la clasificación.
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Mientras los corazones de todos los argentinos estaban paralizados por la definición, el arquero del Aston Villa que hasta hace poco más de un año y medio era prácticamente un desconocido en nuestro país, se encargó de realizar las tareas de reanimación, con las dos manos, como indica el procedimiento.
Y Argentina va. Con el corazón en las manos (del Dibu Martínez).