Laura Horta hizo cumbre en el cerro Manaslú, en el Himalaya, el 28 de septiembre a las 11:45 hora de Nepal. El testimonio de una mujer que lleva un mensaje de empoderamiento femenino y también una ambición de proyectar la Educación en lo más alto.
Las vivencias de la primera mendocina en conquistar la cumbre de Nepal
Laura Horta (53), profesora de Matemáticas, Física y Cosmografía y decana de la Facultad de Educación de la Universidad Juan Agustín Maza se convirtió en la primera mujer de la provincia en hacer cumbre y sobrevivir en un "ochomil", el Manaslu, en el Himalaya (Nepal), de 8.163 metros y la octava montaña más alta del mundo.
La deportista integra el equipo de running Team Aventura y su entrenador, Sergio Furlán, la motivó para encarar el desafío. También agradeció a la empresa Asist Card por asistirla.Fueron largos meses de juntar fondos para poder contratar la expedición de Dream Carrier Trek dónde conoció a Pasham, sherpa que habla español y que fue su guía. En diálogo con el Post, contó como fue esta experiencia inolvidable.
¿Cómo resumirías esta experiencia? Superó tus expectativas? Seguramente no volviste igual que como te fuiste, qué te cambió, en que sentís que te superaste?
Supero tanto mis expectativas esta experiencia que viví que la cumbre quedó casi te diría en segundo plano. Ese pedazo de montaña al cual muchos tratan de alcanzar y para lo cual uno pone toda la energia, en mi caso pasó a ser el trozo de montaña más alto del Manaslú pero lo que viví fue mucho más allá. He logrado descubrirme como mujer, con una fuerza interior increíble, he traspasado límites internos en lo mental y en lo emocional de una forma que me ha dado una riqueza enorme porque he descubierto una Laura que era capaz de mucho más de lo que se imaginaba. El logro fue la cumbre y conocer mis límites.
Hubo momentos muy duros en la travesía, desde el comienzo. El hecho de llegar a un campamento base donde vos estas como en el estadio de una super league donde sabés que todos los que están ahí son personas fuertes, escaladores profesionales, montañistas, ahí en la base del Manaslú no hay nadie improvisado. Si bien no soy una montañista profesional, me había preparado en pocos meses, Gonzalo Dell Angola hizo maravillas en prepararme, iba con un Aconcagua y muchas cumbres en Mendoza que no superaban los 6 mil metros. Desde el comienzo fue duro darme cuenta estaba en un ambiente donde no había una profesora de matemática que hacía cuatro meses había empezado a dar los primeros pasos en escalar.
Cuáles fueron los momentos más duros en la travesía? En Instagram contabas que el mal tiempo estuvo cerca de impedir llegar a la cima.
Momentos duros fueron sentir los estruendos de las avalanchas a mi alrededor, convivir con gente todo el tiempo en otro idioma, el ver que la nieve nos tapaba y solo se podía esperar que dejara de nevar, ir al baño en forma incómoda, no poder bañarme durante 20 días, tomar líquido aunque no tengas ganas y tener los labios lastimados. Fue todo muy difícil desde la respiración, reconocierme con una respiración agitada permanente más el miedo a lo que venía.
El momento más dificil fue el de la noche anterior a la cumbre, a nosotros nos habían dicho que íbamos a estar en campamento tres porque la meterología falló, la montaña estaba muy cargada, mucha nieve, las huellas se tapaban y había que volver a empezar el camino.
Ver: Una mendocina logró hacer cumbre en el Himalaya
Fue muy dificil porque solo tuvimos dos horas de descanso antes de tirar cumbre desde un campamento que era mucho más alejado. Al llegar al campamento 4 fue el peor momento de la expedición, el viento era de 80 km por hora, pasamos la noche 17 personas en una carpa de tres y ahí tuve que apelar a la fuerza interior.
Esa noche casi desistimos, mi sherpa me decía que se había terminado la expedición y yo les insistí en seguir, yo quería ir hacia arriba. El otro sherpa me dejó y solo quedé con uno. Seguimos subiendo y al rato él regresó al igual que un compañero polaco que venía con su sherpa. Así que ya eramos cinco subiendo a pesar del viento.
¿Físicamente cómo te sentiste, cómo fue tu desempeño Tuviste algún inconveniente de salud?
Físicamente fue increíble, es algo con lo que tenés que contar sí o sí y estuve muy bien. Me costaba cada paso como a todo el mundo, los pasos hacia arriba, más en la última etapa te exige estar en un nivel óptimo, pero me di el gusto de estar a la altura de los otros expedicionarios de la compañía y creo que tuve el día de bajada de la cumbre un poco de dolor de cuadricep y eso fue todo.
¿Una anécdota, una historia o una persona que conociste allá que te haya marcado y quieras compartir?
Habíamos llegado al campamento 3 y mi carpa, la del campamento 2 se habia volado, cayó cerca de una grieta y todo lo que tenía ahí lo perdí. No tenía con que comer, yo convivía con mis dos sherpas en la carpa. En un momento íbamos a comer puré y solo había una sola cuchara para los tres, uno de ellos tenía un herpe. Entonces saqué de la basura un esqueleto de galletitas, agarré el pomo de la crema que usabamos para el sol y ese fue mi plato y mi cuchara. En otra ocasión me lavé los dientes con toallitas para bebés y bueno esas fueron algunas de las situaciones que tuve que superar y apelar a la creatividad.
Me gustaría agregar que, además de la preparación física y técnica, estuve a la altura porque no necesité casi ayuda para subir paredes, pude usar la yuma y esos materiales que para mi eran nuevos, con mucha fuerza porque ni mis brazos ni la voluntad fallaron. La clave fue tener el desafío muy presente y acudir a muchas frases que me ayudaron en su momento. Por ejemplo mi entrenador me había dicho que cuando se presentaran situaciones dificiles que me divirtiera superarlas y cuando había momentos delicados trataba de cambiarle el chip y verlo desde otro punto de vista. También me recomendaron la mente en blanco, no pensar en los momentos complejos y eso también me ayudó.
Ver: "Hay que cumplir los deseos": decana mendocina a la conquista del Himalaya