El jefe de la misión observadora de la Organización de Estados Americanos, el paraguayo Rubén Ramírez, destacó que los comicios presidenciales se desarrollaron sin inconvenientes.
Para la OEA, las elecciones en Brasil fueron "absolutamente normales"
El jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), el excanciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano, afirmó que los comicios generales de este domingo en Brasil fueron "absolutamente" normales.
"El proceso electoral se realizó de manera absolutamente normal", dijo Ramírez Lezcano en declaraciones a la prensa, al hacer un primer balance de lo registrado por la misión.
La misión de la OEA, que por tercera vez envía un equipo de observadores electorales al vecino país, desplegó a 55 expertos de 17 países en 15 de los 26 estados federados de Brasil y en el distrito federal de Brasilia, así como en dos centros de votación en Estados Unidos y uno en Portugal.
Los expertos del organismo se reunieron la semana pasada con el presidente Jair Bolsonaro, autoridades electorales y del Congreso, y miembros del equipo de campaña del exmandatario y candidato Luiz Inácio Lula Da Silva.
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La observación internacional de las elecciones de este domingo contó también con especialistas de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), el Parlamento del Mercosur (Parlasur), la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa y el Centro Carter, de Estados Unidos.
Además hubo dos "misiones técnicas de acompañamiento" a cargo de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES) y la Red Mundial de Justicia Electoral (RMJE).
En total, las autoridades electorales computaron unas 120 personas en esas comitivas internacionales, además de unos 300 observadores nacionales independientes.
Pero otras 80 personas, entre expertos, exgobernantes y autoridades electorales, fueron igualmente invitadas, incluyendo la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla y la exvicepresidenta de Colombia Marta Lucía Ramírez.
Los expertos acudieron a una elección marcada por los continuos cuestionamientos de Bolsonaro sobre la confiabilidad de las urnas electrónicas y las alertas de sus rivales y analistas de que el mandatario podría no reconocer el resultado si perdiera.
"Unas elecciones limpias deben ser respetadas", dijo hoy el presidente antes de votar en una escuela de Río de Janeiro, y evitó varias veces pronunciarse con claridad sobre si aceptaría o no una eventual derrota frente a Lula.
El voto electrónico fue usado en todas las elecciones brasileñas desde 1996, sin que se haya constatado ninguna falla significativa.
Las elecciones "son limpias, seguras y transparentes", dijo el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, en un acto con los observadores internacionales la semana pasada.
En ese encuentro, el jefe de la misión de Uniore, Lorenzo Córdova, destacó su confianza en un sistema electoral de "referencia para todos los países", informó la agencia de noticias AFP.
Sin embargo, Bolsonaro repitió advertencias sobre un posible fraude y tachó a las encuestadoras -que no dejaron de ubicar a Lula en la delantera- de "mentirosas".
El viernes pasado, Lula dijo que temía que el mandatario ultraderechista pudiera "intentar crear algún tumulto durante la transición" en caso de ser derrotado.
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Hoy, los invitados internacionales pudieron presenciar el inicio de las votaciones y acompañar las pruebas de integridad de las urnas electrónicas, que se realizaron de manera aleatoria en distintos centros electorales.
Al cabo de una jornada de visitas a centros de votación, retornaron al TSE para observar el escrutinio.
También estuvieron atentos a posibles episodios de violencia en las calles, un asunto que preocupaba a las autoridades brasileñas en medio de las elecciones más polarizadas del país en décadas.