Cuatro técnicas para cultivar verduras de fórma fácil con los elementos que tenemos en casa.
Cómo enseñar a los niños a cultivar sin tierra
Enseñar a los niños a cultivar es una actividad que sirve para vincularlos con la naturaleza y acercarles aprendizajes de formas alternativas y divertidas.
En tiempos de mucho sedentarismo y juegos digitales, podés invitarlos a cultivar sin tierra y armar una pequeña huerta en recipientes con agua. Verduras como apio, cebolla, ajo y berro se prestan para jugar y experimentar.
Es muy sencillo y en pocos días podrán tener la experiencia de cosechar hojas y brotes para disfrutar en ensaladas o en distintas preparaciones. A continuación, 4 técnicas recopiladas por La Nación para hacer jardinería sin tierra de forma sencilla.
Ajo
Cuando veas que aparece un brote verde en el ajo, ¡no lo descartes! De ese brote van a crecer hojas muy sabrosas; de hecho, en otros países, esas hojas se venden como "ajos tiernos". Las hojas son especialmente ricas en tortillas o cortaditas para aromatizar las ensaladas.
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Poné el ajo en una tacita con 2 cm de agua o directamente en una maceta con sustrato suelto. El brote verde debe quedar por fuera de la tierra y sólo hay que esperar a que crezcan las hojas.
Berros
Cuando compres un atado de berros, vas a ver que algunos tienen raíces. Elegí los más robustos y saludables y colocalos en un frasco con agua. Cuando se hayan desarrollado más raíces, trasplantalos a un sector sombreado de la huerta o en el jardín.
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Apio
Cortá la base de la planta de apio, colocala en un bol con agua (que sólo cubra la base). A la semana, ya vas a ver cómo crecen las primeras hojas desde el centro. A las dos semanas, ya podés trasplantarla a una maceta.
Cebolla
Muchas veces aparecen brotes en las cebollas y, en ese momento, cambia el sabor del bulbo. Tiene un fuerte olor a azufre y deja de ser rico. Pero, ¡no lo tires! Esa cebolla brotada va a dar hojas muy tiernas y ricas que se pueden usar como cebolla de verdeo.
Tomá la cebolla brotada y clavale 2 escarbadientes. Colocala en un vaso con agua que cubra la base donde crecen las raíces. A la semana, vas a ver las nuevas hojas saliendo del centro del bulbo.
A las dos semanas, ya podés trasplantarla a una maceta y dejarla dentro de la cocina, para ir cortando las hojas a medida que se necesitan para cocinar.