El tema de esta columna lo había decidido hace tres semanas por un comentario que me hizo una sindicalista docente del Sute con la que conservé el diálogo tras mi gestión en DGE.
Sindicalistas fellinianos
No tengo twitter ni ninguna red. Esta semana mientras seguía por algunos medios lo que estaba sucediendo en ellas en el debate político referido al conflicto docente me dediqué a pensar lo que allí se debatía y sus raíces profundas. El tema de esta columna lo había decidido hace tres semanas por un comentario que me hizo una sindicalista docente del Sute con la que conservé el diálogo tras mi gestión en DGE. Me hacía una serie de críticas, muy respetables, y al final me planteaba que había en mi nota un "fuerte sesgo antisindical".
Era la primera columna sobre Carlitos Tévez y se refería, supongo, a mi explicitación de un dato duro, no opinable: los días de paro en Provincia de Buenos Aires desde la asunción del máximo líder sindical bonaerense. Desde 2004 iban 178 (ahora 179), con 40 hechos a María Eugenia Vidal y ninguno (ahora 1) a la gestión de Axel Kicillof. Ese nuevo día fue por un paro nacional. Se dejó a los chicos de todo el país sin otra jornada escolar en solidaridad con un sindicalista condenado en la justicia por haber quemado la legislatura de su provincia. Sin comentarios. En medio de esos hechos recibí una columna de quien fue ministro bonaerense durante buena parte de esos paros a Vidal. Queda claro que en todos lados se cuecen habas. Hasta en Estados Unidos padecen los vetos que responden más a la política partidaria que a la defensa de la educación.
Ver: Carlitos Tévez no sabía leer
El genial Federico Fellini, en su película "Ensayo de orquesta" (1978) tematizó brillantemente qué pasa cuando la dinámica sindical le gana a la naturaleza de una actividad. El arte en el caso del film o la enseñanza en nuestra realidad. Es recomendable la visión de esa obra maestra del cine. Seleccioné dos tramos que son claros para compartirlos y mostrar que no es tener un "fuerte sesgo antisindical" describir la realidad y dejar claro cómo la política, por intereses ajenos a la educación, le gana a la muy loable tarea gremial y deteriora a la educación. En un país corporativo como la Argentina, con una larga tradición en ese sentido, es un secreto a voces que los gremios son más un arma de política partidaria que organizaciones en defensa de derechos laborales.
Este primer video nos muestra a quienes tienen problemas salariales, de subsistencia, de condiciones laborales. Batallan por ellas junto a sus representantes sindicales. Unos trabajan, los otros miran. El problema se presenta cuando la protesta paraliza la actividad. Recordemos que la historia de las huelgas es muy rica y recorre el planeta en sintonía con las luchas obreras. En sus orígenes las huelgas eran realizadas por trabajadores cuya paralización del trabajo afectaba a un patrón al que se le provocaba un daño monetario. Es lo que sucede hoy cuando para una industria. El dueño se perjudica porque no produce y no vende. Hay una tensión entre la percepción del salario por trabajar, que se pierde cuando no se lo hace, y el perjuicio al patrón. Esa es la razón por la cual un cuentapropista nunca hará huelga. Si deja de trabajar se auto inflige un daño.
El análisis se complica con la aparición de los estados modernos y el crecimiento de los empleados estatales. ¿A quién perjudican cuando paran, a quién dañan? ¿Quién es su patronal? La patronal son los contribuyentes, que pagan sus salarios, no el gobierno de turno. En el caso docente, son los alumnos cuyos padres pagan impuestos para recibir el servicio educativo. Los gobernantes son representantes de ellos y deben defender su derecho a tener educación.
Con una intencionalidad partidaria sindical, se invocan causas justas, que siempre las hay, por ejemplo el deterioro del salario en un proceso inflacionario. Pero en nuestro caso se oculta quien es el responsable de la inflación que deteriora los ingresos: el gobierno nacional. De igual signo partidario que el sindicato. Se usa esa épica de los problemas reales para justificar una militancia política que tiene intereses partidarios camuflados como gremiales. Hay que destacar que en el caso de la docencia el único perjudicado es el que no recibe educación. La pelea entre un partido de oposición que quiere hacerse del poder y otro en el gobierno que debe gobernar para todos la pagan los contribuyentes que se quedan sin el servicio educativo:
Un punto muy interesante de la película de Fellini es mostrar qué sucede después del desastre del triunfo de los intereses partidarios sectoriales, que consiste en que la música no se interprete o las clases no se den. Y no por eso el director de "La dolce vita" tiene un "fuerte sesgo antisindical". Por eso los sindicalistas consideran que ha sido "un éxito" mientras menos chicos tienen clases y discuten acaloradamente el porcentaje de acatamiento. Es como celebrar que a alguien le cortaron un brazo. Después del paro, de entre los escombros, eso se ve bien en la película con gran dramatismo, resurgen los protagonistas de siempre: "los trabajadores", que inducidos por los sindicalistas resignan lo que realmente son: "profesionales". Ellos vuelven a tomar sus instrumentos o los docentes retornan al aula y se ponen la tarea al hombro. Y ahí vuelven a ser "artistas" y "maestros".
Hay que mirar con atención y registrar las estrategias sindicales durante el conflicto en curso en Mendoza. A la sindicalista con la que dialogo le pedí pruebas de las supuestas irrupciones de policías en escuelas pidiendo ver los registros de presentismo. No me los pudo aportar. Recurrí a fuentes policiales y me negaron que hubieran pedido registros. Sólo hicieron rondines para preservar la seguridad. Cual es la verdad: nunca sucedieron los hechos denunciados. Por la sencilla razón de que DGE con el GEM y su propio personal hace desde hace más de seis años efectivos controles de ausentismo. Y tiene en tiempo real los números precisos. No necesita la intervención policial. Sólo fue el intento de crear mal clima en medio de la negociación paritaria. Similar a lo del jueves sobre presuntos problemas en el transporte de los docentes que rápidamente fue desmentido categóricamente. De manual: en ambas situaciones se denunciaron "decenas, centenas de casos gravísimos". Ahí están los tuits.
Sobre la afirmación de que los salarios mendocinos son los más bajos del país, repetido por muchos, ahí está la información del ministerio nacional que desmiente esa versión. ¿Los salarios son bajos? Sí. ¿Los más bajos del país? No, por lejos. También se puede consultar ahí qué porcentaje en negro tienen las provincias que supuestamente pagan salarios más altos. ¿Por qué se miente?
El viernes hubo una buena noticia para que los chicos tengan clases y no se los perjudique. Se bajará a las bases una nueva propuesta salarial a los docentes. Hay un punto que mirar con atención: el descuento de los paros. El sindicato militó con énfasis el presunto debilitamiento del Item aula y minimizó los descuentos para generar adhesión. Al parecer ha estado pidiendo presupuestos mayoristas de bolsones de comida para intentar paliar los descuentos legales, porque sabe que serán duros. Lo supo siempre y lo maquilló, por eso presiona para evitarlos. El gobernador ha confirmado que se harán. Cuando se hagan, el sindicato deberá justificarlos ante quienes los padezcan.