El mayor poseedor de Bitcoin, alerta y critica la devaluación del dólar

Michael Saylor, salió públicamente a cuestionar al poder político y económico de Estados Unidos.

El mayor poseedor de Bitcoin, alerta y critica la devaluación del dólar

Valiéndose de la poderosa imagen de un óleo de George Washington (el Padre de la Patria estadounidense) en su lecho de muerte, el hombre que posee más Bitcoin en el mundo, el norteamericano, Michael Saylor, criticó con dureza la devaluación del dólar en los últimos dos años, luego de que se conociera el nuevo índice de inflación del país del Norte, cuya medición anual es récord desde 1981.

El multimillonario empresario, que es dueño de la empresa MicroStrategy y posee 125.051 bitcoins, cantidad que hoy representa una fortuna de unos U$S 5.000.000.000 (cinco mil millones de dólares), no declamó su mensaje en Wall Street, en el Congreso de los Estados Unidos, o en una rueda de prensa ante las principales cadenas de televisión.

En apenas un párrafo y por Twitter, lanzó su áspera crítica ayer por la tarde, como quien postea una reflexión, para meditar el resto del fin de semana.

En su posteo, Michael Saylor (@saylor) escribió: "George Washington se despertó a las 2 am del 14 de diciembre de 1799 con dolor de garganta. Después de una serie de procedimientos médicos, incluido el drenaje de casi el 40 por ciento de su sangre, murió esa noche. Hemos drenado casi el 40 por ciento de la energía de nuestra moneda en dos años"

La crítica de Saylor, además de tácita y ácida, es mordaz, apuntando directamente al sistema político y económico norteamericano, a esos profesionales premios nobel de las finanzas, de la economía o de la política, que, como los médicos de George Washington, le drenaron sangre a más no poder, precipitándolo a la muerte.

Cuestiona no solo las consecuencias, que sería la propia devaluación y sus efectos, sino la idoneidad de quienes están a cargo de resolverla. Esta confrontación entre el movimiento Bitcoin y el establishment comenzó hace rato y es la madre de todas las batallas que vendrán, y que comenzaron con los intentos y leyes de regulación de criptomonedas en todo el mundo.

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La preocupación de Saylor, además, es válida. En los Estados Unidos se agarran la cabeza por el aumento de la inflación, que resultó ser del 1,2% en marzo, sumando un 8,5% en el último año, y que repercute directamente en el dólar, que perdió poder de compra, afectando los bolsillos de los estadounidenses.

Aquí, en Argentina, también nos agarramos la cabeza, aunque comparando, aquello es el paraíso. Nuestro índice de precios de marzo fue del 6,7% (casi la anual de Estados Unidos), anotando una inflación en los últimos doce meses del 55,1%.

La devaluación del Peso no es un problema de los últimos dos años, sino un lastre de las últimas cinco décadas, que empezó en 1970 cuando tuvimos que abandonar el Peso Moneda Nacional, muy devaluado después de 89 años, para crear y actualizar una nueva moneda. Entonces, llegó el Peso Ley 18.188, que no aguantó mucho, luego el Peso Argentino que aguantó menos; en 1985 cambiamos al Austral y 1992 volvimos al Peso, el de la convertibilidad 1 a 1 con el dólar, que tenemos aún hoy, 30 años después, pero cuya conversión es 200 pesos a 1 dólar.

El reclamo, reproche y crítica de Michael Saylor, uno de los máximos referentes de la comunidad Bitcoin, resultó ser oportuno a los fundamentos del Movimiento para argumentar por qué la criptomoneda es un invento mucho mejor y más seguro que el dinero tal cual lo conocemos.

La comunidad y sus promotores, afirman que Bitcoin está protegido de estas pérdidas de valor que sufre el dólar, porque no está en manos de esos burócratas que imprimen papel moneda a discreción para sacar las papas del fuego.

Al contrario, dicen e insisten y está comprobado, que Bitcoin, es emitido en una red administrada por la misma sociedad civil, por la ciudadanía, fuera del alcance del establishment político y económico, bajo un sistema de control con tecnología blockchain que permite, no solo que no se devalúe, sino que se revalúe, por esa condición y por todas sus virtudes, a tal punto, que, 1 bitcoin vale hoy 40 mil veces más que un dólar.

¿Y cuáles son esas virtudes que postulan? Que Bitcoin tiene mejores requisitos que un billete o una moneda para cumplir esa función. No se puede falsificar, no se puede emitir de forma indiscriminada ni gemela, se puede dividir en el triple de decimales que el dinero actual, es solo digital y por lo tanto se puede transferir de forma on line en el acto, como también guardar en cantidades millonarias en una billetera electrónica, sin la necesidad de la custodia de un banco.

De hecho, aunque no lo sabemos, Michael Saylor puede tener perfectamente guardados sus 125.051 BTC en una billetera electrónica fría (con conexión a internet solo para operar) o en un soporte digital personal, si fuese necesario, lejos de cualquier conexión que implique un mínimo riesgo de hackeo.

El Movimiento Bitcoin y criptográfico en general, está en contra de la existencia de los bancos centrales y de las monedas soberanas, como el Dólar, la Libra, el Euro y sus similares, porque los considera instrumentos de manipulación y poder de las propias élites políticas y económicas que controlan la economía.

Para ellos, Bitcoin es la mismísima libertad monetaria y por lo tanto, la libertad económica y el proceso inflacionario que se viene dando en Estados Unidos y en el mundo, causado en parte por el circulante volcado al mercado para compensar la caída de la economía en la pandemia del Covid y hoy agravado por la guerra en Ucrania, es un modelo manejado por una elite que al final del día nunca pierde.

Basta recordar que Bitcoin nació en 2009, un año después de la famosa crisis de la hipotecas, que impactó a nivel mundial y se devoró buena parte de los ahorros estadounidenses, quebró empresas, dejó decenas de miles de personas en la calle y sin vivienda alrededor del planeta, provocando la aparición de incontables campamentos urbanos de carpas en la vía pública de los Estados Unidos, de familias sin techo ni empleo, instaladas bajo los puentes de autopistas cerradas y o en parques que habían sido de ocio y paseo.

Ese año, algo se quebró en una generación de personas que perdió toda la fe en el establishment y el Estado y decidió inventar algo totalmente nuevo y revolucionario.