Las cifras de pobreza de Mendoza del segundo semestre contrastan con la evolución positiva de otros centros urbanos. Más lejos de la media nacional, en un contexto de una economía que quedó chica.
Teléfono urgente para Mendoza
La mujer rubia, bajita, con un barbijo a medio colocar, se acercó a recriminarles a los referentes del Polo Obrero por el corte total de la calle Patricias Mendocinas, ayer a la tarde, en la Ciudad de Mendoza. Fue a dos metros de otra conversación, entre el fiscal Mauro Perazzi, su ayudante, el subdirector de la policía Roberto Favaro, y el que aparecía como responsable de la protesta en la provincia, el dirigente del FIT Martín Rodríguez, empleado municipal en Guaymallén y ex candidato a legislador provincial. En esa conversación acordaron una "tregua" y que los piqueteros que bloqueaban la calle Patricias con 85 carpas, a razón de siete personas por cada una con mayoría de mujeres, bebés y niños, liberasen aunque fuere media calzada para que pudiesen pasar el transporte público, de agua y de sustancias alimenticias. "Están cometiendo un delito... los vamos a tener que imputar a todos... ¿Usted entiende eso?" le dijo el fiscal a Rodríguez, que la fue "piloteando" hasta que cedieron. A la vez, la dirigente social Lorena Torres se cruzaba muy feo con la vecina que reclamaba su derecho a circular. "¡Nosotras somos empleadas domésticas, obreros, trabajamos todo el día, limpiamos la mierda, queremos trabajos reales, dignos" reclamaba. Torres es del Barrio Olivares, el resto la reconoce como una referente. Y durante buena parte de la tarde de protesta en pleno centro mendocino y con una arteria neurálgica del transporte público cortada, mantuvo conversaciones telefónicas con el subsecretario de Desarrollo Social de la provincia, Alejandro Verón. No fue el único mediador. Luego de varias horas en las que la ausencia del Estado se sintió -a pesar de que hubo multas municipales al Polo Obrero- hubo una mediadora del Ministerio de Seguridad, y tanto dirigentes piqueteros como policías, cuidaron que no hubiese agresiones, ni situaciones que lamentar.
Está claro que las organizaciones sociales ganaron la calle, que la izquierda le birló al peronismo la representación de los más pobres, y que muchas de las mujeres que estaban ayer ocupando la calle Patricias, son rehenes de un sistema clientelar. Deben ir a las marchas para seguir cobrando el plan, el que sea, y recibir ayuda alimentaria o un peso extra de vez en cuando. La pobreza que castiga a la Argentina desde hace muchos años ha generado estos bolsones de utilización perversa del ser humano. ¿Pero, qué decirles? Ahí, en plena calle y a la vista del "centro", estaban los pobres reales.
Una hora antes de que entre policías, fiscal y dirigentes tratasen de encarrilar la protesta, el INDEC dio a conocer los números de incidencia y pobreza del segundo semestre del año pasado, el año "completo" de pandemia. Y las cifras de Mendoza son en verdad preocupantes. Confirman el estancamiento obstinado de una economía que se niega a generar mejor empleo y bien pago en cantidad suficiente. El aumento de la pobreza en el segundo semestre del año pasado fue de unas décimas comparado con el primero. Pero es grave si se considera que pocos días atrás, las cifras de empleo marcaron cierta recuperación en los puestos de trabajo en la provincia, unos 10.000 en el último cuatrimestre. Ello quiere decir que aunque más gente tiene trabajo, igualmente no llegan al costo de la canasta que cubre el 100 % de sus necesidades. La brecha es enorme y está clara en el cuadro que difundió el INDEC como promedio nacional:
El ingreso promedio familiar en los 31 conglomerados urbanos que se miden es de poco más de 46.000 pesos, contra una canasta de algo más de 74.000 (la de Mendoza es más cara). Quiere decir que la gente que es pobre, y que en Gran Mendoza son 462.422 personas de 111.487 hogares (incluye 74.121 personas indigentes) están realmente lejos, a más de 30.000 pesos de ingresos mensuales, de superar la pobreza.
Mendoza comparada
En el cuadro que sigue, resumimos algunos indicadores importantes, de unos números que son "los que son" y que deben realmente preocupar a todos. Pero especialmente a quienes gobiernan, a quienes quieren gobernar, a los legisladores, intendentes, concejales, y los 84 miembros del Consejo Económico Social y Ambiental de Mendoza, que ya debe frotar la lámpara y generar iniciativas posibles antes de que la pobreza alcance a buena parte de la otra mitad de la población.
Comparamos la situación de Mendoza con otros aglomerados, con criterio diverso. Político, porque incluimos a los gobernados por la oposición, a algunos con situaciones particulares (Trelew sufre un experimento social montado por la intendencia local, de pobrismo puro al estilo Grabois), y distritos con una macroeconomía similar a Mendoza, pero que en vez de aumentar pobreza, la bajaron. Este es el gráfico:
El segundo semestre del año pasado fue el de la "economía abierta" casi totalmente, con las elecciones de medio término, versus un primer semestre más cerrado. Ello podría indicar que mucha gente volvió a trabajar mejorando los ingresos de sus familias. Más el plan "platita", que transformó proporcionalmente al conurbano bonaerense en una zona objetivamente menos pobre que Mendoza. Luego, hay de todo. La CABA sacó una mala nota y agregó pobres, el Gran Buenos Aires retrocedió. El promedio nacional de pobreza bajó tres puntos. Y también se registraron menos pobres en Gran Buenos Aires, Formosa, Posadas, todo el NOA, Bahía Blanca, Gran Córdoba, Concordia, los tres conglomerados santafesinos, Mar del Plata, entre otros. Sólo aumentaron la pobreza en el segundo semestre la CABA, Mendoza, San Juan, San Luis (en las zonas medidas), Resistencia, Río Cuarto, Santa Rosa, San Nicolás-Constitución, Comodoro Rivadavia (tuvieron una crisis de empleo petrolero) y Trelew-Rawson.
La suba de la pobreza en Mendoza respecto del primer semestre de 2021, cuando la economía local ya estaba casi totalmente abierta, es menor a un punto. Podría ser incluso un error muestral. Pero contrasta notablemente con las cifras de otros conglomerados similares, e incluso el Gran Mendoza se ubicó muy lejos del promedio nacional. Quedamos 7,3 puntos por encima de la pobreza del promedio de los otros 30 conglomerados que mide el Indec. Nunca esa brecha había sido tan grande, desde que el país volvió del "apagón estadístico" generado por el kirchnerismo y el Indec de Moreno en tiempos de Cristina.
La incidencia de pobreza e indigencia en Mendoza es alarmante. Debe sacudir a la clase política, sindicatos, universidades, centros científicos, empresas, a moverse muy rápido de modo de crear las mejores condiciones posibles para generar empleo genuino, en vez de "changas" informales y planes. Días atrás, un informe de la Fundación Mediterránea dio cuenta del estancamiento. En diez años, Mendoza perdió el 3 % del empleo privado y el salario del mismo sector, cayó 17 %. Luego, la inflación se va comiendo lo que queda. No cabía esperar una baja en la pobreza a pesar de que se generó algo de empleo al finalizar 2021, algo que ya había advertido nuestro economista Carlos Ponce en su columna habitual en "Te Digo Lo Que Pienso" por Radio Nihuil.
El gobierno
En el gobierno de Mendoza, la difusión de las cifras de pobreza cayeron como una bomba de profundidad. Aunque la propia DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas, que depende del ministerio de Economía) hace el trabajo de campo, ayer trascendió que probablemente objetarían las cifras difundidas por el Indec, o buscarían contrastarlas o complementarlas con otras. Deberá ser con argumentos que resulten irrebatibles. Es muy probable que la pobreza salte a la discusión política que en las últimas semanas fue de tema en tema hasta estacionarse en los casos de inseguridad.
Al cierre de esta nota, ya en la madrugada de este jueves, militantes del Polo Obrero continuaban el acampe en la Calle Patricias Mendocinas. Gente con poca esperanza, que viven de un plan, o de las changas, o de trabajar en negro en el agro como los siete obreros que se ausentaron de una finca ayer a la mañana para participar de la protesta, según nos contó al aire el dueño del campo, que estaba indignado. Que sobreviven como pueden. Pero que a la vez, invisibilizan su propia situación rechazando el contacto con los medios. En el video que sigue, registramos el momento en que intentamos hablar con algunos de ellos. Esto es lo que pasó:
Gente acarreada, para que algunos sigan haciendo el negocio del pobrismo a costa de la dignidad de miles de personas. Ya son casi 1,5 millones los que cobran el plan Potenciar Trabajo, que es manejado directamente por las organizaciones sociales. Son los que deciden quién come, y quién no. Depende de si van a las marchas a cumplir con el "presentismo" y gritar la consigna del día.