En la noche del lunes, el empresario Jorge Roberto Díaz atropelló en su Mercedes Benz a tres personas. Dos murieron. Una está muy grave. La pelea por tomar la defensa, la historia del teléfono, las dudas toxicológicas. Qué tipo de caso se está configurando.
Tragedia de El Challao: dólares, seguros, el teléfono, y la danza de abogados
Jorge Roberto Díaz (62), empresario en diversos rubros, está pasando las horas encerrado en un calabozo -en soledad- en la Comisaría Sexta del Barrio Cano. Allí quedó alojado y detenido por la muerte de Tamara López (29) y Pablo Navarro (26), y por las lesiones gravísimas de Andrea Morales (27), que lucha por su vida internada en el Hospital Central. Literalmente, Díaz les pasó por arriba con su auto, un Mercedes Benz C300 que cuesta aproximadamente USD 87.000, al ingresar y perder el control en la rotonda de Regalado Olguín, muy cerca de Avenida Champagnat. Por estas horas, la justicia intenta determinar la mecánica y los detalles de la tragedia, en medio de una nube de interrogantes: ¿A qué velocidad circulaba, por qué perdió el dominio del vehículo? ¿Venía manipulando un teléfono? ¿Estaba en condiciones de manejar, debido a la medicación que toma? Estas y otras son las preguntas centrales a las que el fiscal Fernando Giunta, de la Unidad Fiscal de Tránsito, está buscando respuestas antes de imputar homicidio culposo agravado al empresario.
Ayer hubo algunas novedades de importancia en el caso. La mañana amaneció agitada con peleas de abogados. El primer letrado que tuvo Jorge Díaz horas después de la tragedia fue Cristian Vaira Leyton, que incluso salió al aire en nuestro programa Te Digo Lo Que Pienso, por Radio Nihuil, como defensor del empresario. Duró menos de dos horas. Cuentan que el abogado se habría comunicado temprano ayer con la UF de Tránsito para averiguar el lugar de detención del empresario, y ofrecer sus servicios. Luego, el que se presentó como defensa fue Fernando Lúquez, un abogado que fue letrado del ex intendente de Guaymallén Luis Lobos en el caso de la "mucama ñoqui", por el que Lobos y su ex mujer Claudia Sgró fueron condenados a prisión de cumplimiento efectivo. Tampoco duró. Mientras estas conversaciones ocurrían, sobre el mediodía de ayer, la esposa del empresario Díaz, Mónica Valverde (59), estaba conversando con dos de los penalistas más importantes de Mendoza, de la organización Xumek, Lucas Lecour y Sergio Salinas. Finalmente, fueron los que formalizaron la defensa de Jorge Díaz. "Siempre pasa lo mismo cuando el acusado es un empresario de mucho dinero... o alguien conocido..." dijo una fuente judicial.
El teléfono
Desde ayer a la mañana hay dudas respecto del teléfono que supuestamente habría estado manipulando Díaz, de acuerdo al testimonio de la única persona que vio lo que pasó, un motociclista que venía detrás del empresario en el momento de la tragedia al que Díaz había sobrepasado antes de ingresar a la rotonda. "El auto venía haciendo la rotonda muy rápido y no frenó, no hizo nada, fue como si los hubiese encarado y los atropelló" contó el joven ante las cámaras de El 7 TV. Este es su testimonio, en el lugar del accidente:
El mismo testigo dijo que Díaz venía manejando mientras manipulaba un teléfono, que la misma persona recogió de la escena del accidente y entregó a la Justicia para las pericias. El primer defensor de Díaz negó que el hombre estuviese usando un teléfono. Más tarde, fuentes cercanas al caso accedieron a una versión de primera mano que habría dado el propio empresario, aunque aún no constituye una declaración oficial. Según esa fuente, el hombre habría dicho que "olvidó" el celular en su casa al momento de dirigirse a su empresa, donde dijo que iba a trabajar, y se habría dado cuenta al bajarse del auto luego del golpe e intentar llamar a una ambulancia. El misterio del teléfono sigue, pero se va a esclarecer en horas, con los peritajes. Fuentes de la defensa dijeron que el teléfono hallado podría haber sido propiedad de alguna de las víctimas, y que hoy aportarán el verdadero teléfono del empresario, que según dijo su propia esposa a la Fiscalía había quedado en el domicilio familiar de la calle Cerro León, en el barrio Dalvian.
¿Qué paso?
Todas las partes están interesadas en conocer la mecánica del accidente. Y por qué Díaz perdió el control del vehículo matando a dos personas e hiriendo muy gravemente a otra. Pero para ello habrá que esperar. Mientras tanto, resta ver si declara una vez que sea imputado -probablemente hoy- por homicidio culposo. También se abrió una causa en paralelo por la portación de un arma 9 mm con la documentación vencida. Hasta ahora hay dos testimonios directos. El del motociclista que aportó el teléfono, quien dijo que el auto no frenó e ingresó "como venía" a la rotonda, ratificado en sede judicial por una mujer que habría validado los dichos del testigo. Y luego habrá que escuchar a Díaz. Informalmente, se sabe que el hombre habría oído "un golpe" contra el auto, como si hubiese dado contra una piedra, o algo que no podía ver, perdió el control, subió a la vereda de la rotonda y terminó chocando contra un árbol, un pimiento. Recién cuando se bajó, habría advertido la presencia de las personas entre su auto y el árbol. Todo ocurrió en apenas segundos. El motociclista luego lo increpó, recriminándole "¡Qué hiciste... mirá qué hiciste! Mataste a tres personas!" Una de ellas, Andrea Morales, estaba viva, pero muy malherida a unos ocho metros del lugar en que había quedado el Mercedes Benz.
Cómo sigue el caso
El fiscal Fernando Giunta le va a imputar al empresario Díaz la figura de homicidio culposo agravado. En caso de ser hallado culpable le corresponderían de tres a seis años de prisión. Y hay algunas certezas respecto del estado del hombre. Fue operado hace tres meses de la espalda en el Hospital Español, y desde entonces toma Flogocox, un desinflamatorio potente. En el Vademecum completo del medicamento, se indica que "Los pacientes que presenten mareo, vértigo o somnolencia mientras toman etoricoxib deben evitar la conducción de vehículos y el manejo de maquinaria". En tanto, fuentes médicas dijeron al Post que se trata de una droga (Etoricoxib) en un medicamento bastante nuevo sobre el que no se ha reunido aún suficiente información. Lo que intentará definir el fiscal Giunta es si el uso de esta medicación implica haber ingerido un "estupefaciente" que hubiese afectado los reflejos del empresario, porque ello agrava la pena. Díaz llevaba en su auto un "blíster" de este medicamento, al que le faltaban tres comprimidos de 120 mmg. cada uno. Por ello será importante contar hoy con un avance del informe toxicológico pedido por la fiscalía. El resultado de este informe -que esta tarde estaría disponible- es clave también para el seguro de responsabilidad civil, el que en definitiva debería pagar por las vidas que se perdieron y las heridas y secuelas que le queden a Andrea Morales. Los seguros nunca responden por una tragedia en la que el conductor ha manejado ebrio, o bajo el efecto de estupefacientes.
Díaz está solo en un calabozo en la Comisaría Sexta del Barrio Cano. Duerme en un colchón en el piso y su esposa le lleva la comida. Es improbable que el fiscal le otorgue la libertad de inmediato, y menos aún Giunta que suele tomar las medidas más severas en los casos de muerte en tragedias de tránsito. Habrá que ver si le otorga prisión domiciliaria, en caso de que sus abogados demuestren alguna condición de salud a causa de su operación. Pero es muy difícil que salga en libertad, de momento.
La autoría de Jorge Díaz es indubitable. Lo que se debe determinar son las circunstancias que agraven o limiten la condena. Por lo que es muy probable que este juicio no llegue a debate público, y se resuelva en un juicio abreviado. Son los casos en que los acusados aceptan la culpabilidad y se acuerda una condena. Se espera a la vez que los juicios civiles por la responsabilidad en la tragedia y las muertes sean multimillonarios. Díaz es un empresario "tech" como CEO de la empresa familiar Foca Software cuyos integrantes del directorio son su esposa y sus dos hijos. También fundó hace poco una empresa de objetivos amplios, Lamuchi SRL, que va de los agronegocios y explotación de campos, a las gestiones inmobiliarias. Allí es socio de su hijo Iván Díaz en partes iguales, y su hija Débora figura como gerente. Ninguno de sus dos hijos estaría en el país.
La muerte de una de las dos víctimas fatales, Tamara López (29), una madre joven con uno de sus dos hijos autista, fue particularmente conmocionante. Y enlutó a la comunidad educativa de la escuela Arístides Villanueva, donde era celadora. A través de su trabajo, podía acceder a terapias y acompañante para su hijo. Tamara y Pablo Navarro (los dos fallecidos) y Andrea Morales, estaban descansando luego de haber salido a hacer ejercicio, sentados a un costado de la rotonda presumiblemente sobre el cordón, cuando fueron atropellados.
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