El daño es proporcional al consumo, pero este nuevo estudio deja en evidencia que tomar siempre es perjudicial, aún si es una sola medida diaria.
Demuestran que una copa de vino al día es capaz de dañar el cerebro
Si bien siempre hemos creído que tomar una copita de vino por día es beneficioso para la salud, recientes estudios demuestran lo contrario.
Un trabajo realizado por la Universidad de Pensilvania y publicado en Nature Communications vuelve a dejar en evidencia que tomar alcohol es perjudicial para el cerebro, aún si es solo una medida diaria.
De esta manera, la relación saludable entre organismo y alcohol queda totalmente desmitificada. Si bien hace mucho se sabe los daños que provoca el consumo excesivo, la novedad tiene que ver con que en pocas cantidades el daño igual existe.
Del estudio en el que se analizaron 36.000 adultos británicos con un consumo bajo o moderado del alcohol es que sale esta nueva conclusión.
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Los participantes tuvieron que someterse a una prueba de resonancia magnética cerebral, además de responder a encuestas sobre consumo de alcohol, que variaba desde la abstención total hasta un promedio de cuatro o más unidades diarias.
Entre estos dos grupos, no hubo mucha diferencia, aunque consumir dos o tres unidades diarias demostró otras repercusiones.
Según la investigación, la asociación entre el alcohol y las alteraciones cerebrales es directa: más alcohol, más daño.
En personas de 50 años, por ejemplo, a medida que el promedio de consumo de alcohol aumentaba en unidades diarias comenzaban a notarse cambios en el cerebro equivalentes al envejecimiento de dos años por unidad.
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Al referirse a una unidad, se trata de 10gr de alcohol puro: una lata de cerveza de 5º contiene entre 13 y 14 gr de alcohol en total.
Investigaciones previas ya habían analizado el vínculo entre el alcohol y la salud cerebral, pero los resultados no eran claros y asociaban exceso de alcohol con cambios estructurales cerebrales.
Pero estos estudios se realizaron en grupos reducidos de personas. La conclusión actual, por contrario, parte de un análisis mucho más amplio en el que se asocia la reducción del tamaño cerebral y el envejecimiento al consumo de bebida.
Con tan solo una dosis de alcohol diaria, notaron un envejecimiento de medio año a nivel cerebral: con cuatro unidades, el desmejoramiento alcanzó hasta 10 años o más.